Capítulo 31

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Capítulo 31
Narrador omnisciente
La pelirroja caminaba a lado de Marshall, hasta que vio a sus hermanos en fase lobuna aullaron al verla, sus lobos internos aclamaban por ver a Zira, un aullido salió de los labios de la pelirroja.

Zira estaba en contacto con sus hermanos, Aaron y Sander, volvieron a su apariencia humana. Ahí estaban de nuevo los tres hermanos Morgan, bajo la diosa Luna, Sol miraba atentamente a sus queridos hermanos, los había extrañado demasiado, ellos miraban a la pelirroja y a su acompañante.

Marshall iba a hablar cuando Sander se le adelantó -A la mierda, yo no puedo estar serio con mi hermanita - saltó a sus brazos y la alzo en el aire.

-Yo tampoco estaba serio contigo - decía Aaron uniéndose al abrazo - veo que lograste traer lo que estabas buscando con tanto interés estos meses.

-Así es- decía Solanche satisfecha, Marshall se sorprendió de su pelirroja "¿Lo había estado buscando?"  Los dos hermanos Morgan, no olvidaban lo qué pasó esa noche con su manada, pero ellos mas que nada confiaban en su hermana, si ella decía que Marshall no hizo ese daño, le creerían.

-Creo que ya nos conoces, soy Aaron y el es mi hermano Sander - decía presentándose por primera vez con Marshall, este asintió.

-Así es, pero déjenme presentarme bien soy Marshall - con una sonrisa - No tengo apellido, pero si sé algo, lo que ocurrió esa noche, no fui yo, fueron mis demonios. Jamás haría algo para alterar la vida cotidiana de mi pelirroja ni a la familia y/o personas que la rodean - tomo valor sin dejar de ver a su pelirroja, esos ojos amarillos que le encantaban - porque si, yo amo a su hermana y no puedo vivir sin ella, ya no tengo esos demonios en mi interior, no les pido que me acepten o olviden lo qué pasó, pero al menos que respeten nuestra decisión de estar juntos.
Ya que he tenido la suerte que esta bella mujer, me corresponda.

-Se que ella te ama, ya que de otra manera, esa noche no hubiera salido a tu defensa, ni frente a los tribunales de la manada - volvió a decir Aaron - agradezco tu sinceridad Marshall y lo que has hecho por mi hermana, de lo qué pasó en la manada, es tema de otro día.

Sander seguía mirando con desconfianza a Marshall, hasta que suspiro - ¿Qué puedo hacer? Mi hermana te ama - cruzando los brazos - te mantendré vigilado.

Marshall tomo de la cintura a Solanche, dándole un beso en la mejilla, hundiendo su rostro en el hueco de su cuello.

-Gracias - fue todo lo que dijo Marshall a los hermanos de su mujer. Solanche observó en el suelo, algo que sobresalía entre el suelo quemado, producto de la guerra que hubo en ese territorio.

La pelirroja levantó ese retazo blanco, era una pluma blanca quemada a la mitad, Marshall alzo la mirada contemplando lo que su chica había tomado.

-Imposible - claro que él reconocía esa pluma, ahora entendía lo que estaba ocurriendo, qué pasó esa noche que perdió el juicio y comenzó a atacar en la manada.

Esto ya era personal, Marshall sabía contra quien iba ir.

Narra Solanche.

Semanas más tarde.

-No quiero escuchar Solanche - decía Oriana poniendo un plato relleno de comida - No me interesa señorita, aún tienes a Zira, ella necesita alimentarse.

Marshall estaba bien entretenido viendo esto, recargado en una pared.

-Esta bien Oriana - decía rendida después de 15 minutos de pelea, entre sí comía comida humana o no. La loba sonrio victoriosa y observó a Marshall alzando la ceja.

-Tu tampoco te salvas - poniéndole un plato, mi hombre la veía incrédulo - tienes que comer, ándale antes de que se enfríe la comida.

No creí lo que vi, Marshall sin protestar se sentó a lado mío, observé el plato tomando los cubiertos y comencé a comer, raramente me empezó a saber a comida, Nathaniel dijo que la comida humana sabía a tierra, pero esto era distinto, si sabía a comida.

Con sed de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora