Capítulo 10

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Narrador omnisciente

-¿Cómo a visto el cuadrante 4A, Weisz? - decía una voz autoritaria, pidiendo respuestas del azabache, quien seguía serio atento a la junta.

El azabache se levantó del lugar, sus grandes alas blancas imponían -el área está siendo vigilada por mi escuadrón - Las características natas de líder que tenia Dereck, las seguía poseyendo - he estado monitoreando la zona del portal al inframundo y se encuentra fuera de actividad. Los lobos que habitan en la ciudad aledaña, también están vigilando el lugar - con una sonrisa de lado, la última vez que visitó el lugar, se había topado con la líder de la manada, una simple hechicera, pero vaya que le había parecido hermosa.

-Necesitamos que vigiles bien Weisz, tenemos 7 demonios que salieron del inframundo -decía el líder mostrando las 7 fotos - parece que están implicados en varios homicidios, esto forma parte de nuestro trabajo.

-A la orden jefe - si escuadrón de levantó, Dereck desplegó sus alas a surcar el cielo azul.

Mientras tanto en otro lugar.

Eran las 9 de la mañana, Sol salía del hospital donde le realizaron los estudios pre-operatorios, tenia un parche en el pliegue del brazo, de donde le tomaron sangre, se moría de hambre.

Caminaba tranquilamente, hasta que observa a varios hombres tomar el mismo camino que ella, se detuvo unos segundos en una tienda y los observo afuera de la tienda, la estaban siguiendo, su adrenalina se disparó al máximo, comenzando a correr, tratando de marcar a su hermano.

-Señorita Morgan- dijo uno atrapándola por detrás, la pelirroja pataleaba- será mejor que coopere no querrá que mi amigo - señalo al tipo que toco un buzón y se convirtió en polvo, le puso un pañuelo lleno de cloroformo- ¿la toque o si? - dejándola inconsciente segundos más tarde.

En un edificio en obras negras, cerrado. Los 7 demonios observaban el cuerpo de la chica inconsciente - Si es ella - observando su marca.

-Preparen todo para el ritual- murmuraba el líder autoritariamente, mientras veía al sacrificio, tanto que la habían estado buscando le alegraba por fin, tenerla.

-¿Para qué me han llamado? - un tipo de capucha roja entrando, con su voz toda distorsionada por los demonios internos que querían salir, se notaba su cabello azabache y sus ojos color Borgoña.

-Es momento de que abras el portal del inframundo, como lo quería tú hermano y tú madre -decía uno de los demonios, Marshall observo con atención la mesa de sacrificios, había una chava desnuda inconsciente en ella, se acercó con la daga en mano.

-Solanche - murmuro al darse cuenta de quien se trataba, acariciando y delineando su cuerpo, era hermosa. Una parte de él estaba tratando de luchar contra los demonios que tenían todas las intenciones de atravesar su abdomen con una daga.

"Sangre es lo que necesitamos, necesitamos un sacrificio" lo atormentaban en su subconsciente

Sol abrió los ojos observando todo, trato de contener un grito cuando observo que se encontraba amarrada de brazos y piernas, desnuda y había una persona enfrente de ella con una capa roja y una daga.

-Por favor- pedía la chica asustada, horrizada - No me hagas daño - con lágrimas en los ojos - Te lo pido -desesperada con la voz entre cortada, Marshall recordó aquella pequeña niña de 12 años llorando asustada que tanto juró cuidar.

-Prometí cuidarte Solanche Morgan - murmuraba la voz de Marshall - pero fuiste mi bendición y mi perdición - murmuraba y la marca que tenía en la espalda de comenzó a arder a la chica, la cual trataba de no quejarse mucho, pero le era imposible, dolía demasiado.

La Roja cerró los ojos, no estaba entendiendo a qué se refería, este sería su final pensaba trágicamente la chica, hasta que escucho como las cadenas que la ataban se rompía, el dolor de la marca le dejó de doler, abrió los ojos confundida.

Observando a 3 de las 7 personas que la habían secuestrado, en el piso sin vida, que pronto se desvanecieron como polvo. Parecía que el autor de esto era aquel hombre que estaba a espaldas de ella, ya no traía la capa roja que lo cubría, observando en su espalda dos cicatrices, paralelas a lado de cada omoplato, traía unos pantalones negros elegantes y zapatos que hacían juego, observo su camisa blanca de vestir en el piso cubierta con una fina capa de sangre.

-Y sigues siendo mi maldita perdición Solanche Morgan-Los ojos Borgoña conectaron con los avellana de la chica, los demonios del chico seguían atormentándolo, al mismo tiempo que la herida que traía en el pecho comenzaba a cerrarse.

Solanche seguía observándolo como se acercaba a ella con elegancia y clase, se veía sensual y no podía negarlo - ¿Quién eres? -susurro al ver desaparecer su herida- Me has salvado.

Marshall no tenía ganas ni tiempo para explicarlo así que le coloco su capa roja para cubrir su desnudez y la observo, delineando la figura de sus labios para darle un beso en la frente, la pelirroja se cubrió con al capa cerrando los ojos ante su gesto.

-Es hora de llevarte a casa Solanche - murmuraba Marshall tomándola en brazos.

-Tu nombre - murmuraba la chica sin dejar de ver esos ojos, la estaba venciendo el sueño y no sabía porque hasta que cayó rendida en brazos de Morfeo.

Marshall suspiro la esencia de Solanche seguía siendo una de la apocas fragancias en este mundo que no se cansaría de oler, era una fragancia exótica.

Solanche abrió los ojos sobresaltada, se encontraba en su pijama observando todo a su alrededor "todo fue un sueño" pensaba la chica, en eso ve la capa roja en una de las puertas de su closet.

Se levantó rápidamente- Esto fue real- murmuraba tomando la capa la pelirroja, recargándose en la puerta del closet con algo de frustración, le frustraba el no obtener respuestas.

Mientras tanto observándola desde su jardín, se encontraba cierta figura observando la ventana de la chica, Marshall sonrió.

-Yo soy el que decide cuándo y cómo acabar contigo Solanche, eres mía- decía el azabache, teniendo la sensación de los labios de la chica, antes de emprender la misión de encontrar a los otros 4 demonios que lograron escaparse.

Con sed de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora