CAPÍTULO 49: 1

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Parte 1:

CAPITULO 49:
POV EVA.

Abraham me había mandado un mensaje con la información, me dijo la hora a la que debían estar mis padres en su casa. Después me mandaría la ubicación del lugar.
Mis padres, en realidad solo mi madre, sabían que había tenido algo con Abraham, pero tuvieron la genial idea- nótese la ironía- de obligarme a ir con ellos. Decían que era una grosería por mi parte no ir a aquella comida.Así que me levanté de la cama a duras penas y sin ganas de nada me vestí.
-Venga cariño- dijo mamá desde la puerta- vamos a llegar tarde.
-¡Ya voy!
Le pedí la ubicación a Abraham y la pusimos en el GPS. Aunque yo ya sabía para donde iba y no me hacia ninguna gracia.
-Mamá- la llamé- apaga el GPS e id hacia la casa de los abuelos de Finch.
-Cariño, no tenemos tiempo para ir a ver si está la casita del árbol, iremos cuando volvamos a casa.
-No mamá, esa es la casa que han comprado. Me he dado cuenta al ver la dirección. – sin decir nada más nos dirigimos al lugar.

Al bajar del coche tomé aire y respiré tranquilamente. Hoy me esperaba un día muy largo. Aún no había entrado ahí y ya estaba deseando irme de nuevo a casa a meterme entre las sábanas y a comer helado.
Mamá tocó y al momento apareció la madre de Abraham. Me di cuenta de que ella seguía siendo la misma mujer. Nos recibió como si no hubieran pasado años desde la última comida de amigos.

Al entrar noté que esa ya no era la casa de una pareja de ancianos que dedicaban la vida a sus nietos, que tenía ese olor tan peculiar a galletas de azúcar y canela recién hechas. Miraba a todas partes y no veía ninguna imagen de Finch o de su hermano. Todos los recursos los habían desterrado con paredes de colores vivos, de figuras, que se notaba que eran muy caras, y con muebles de diseño. Ahora esa casa familiar ya no existía.

Mi cara debía ser otra cuando mamá me dio un codazo para que reaccionara. Si antes quería salir de allí, ahora lo quería más.
-Pasad, Abraham y Martina nos esperan en el comedor. – nos dijo.
Mamá sabía que no estaba bien en este lugar. Miles de recuerdos pasaron por mi cabeza. Tuve que comportarme y aguantarme.
Martina me saludó como si fuera mi amiga de toda la vida. Abraham fue a darme dos besos pero no me apetecía, así que me alejé.
Me senté entre mamá y Martina, y aunque era de mala educación estar con el móvil en la.mesa, lo utilicé. No quería estar ahí y todos se habían dado cuenta.
La comida seguía su cauce, mientras ellos se ponían al día de su nueva vida, yo me dediqué a borrar imágenes del móvil que me ocupaban mucho espacio, si tenía que estar ahí, al menos haría algo productivo.
-Entonces Eva- me llamó su madre- ¿Qué tal te va?
-Bien- papá me miró y supe que el tono no era el adecuado.
-¿Te gusta la casa?- me preguntó. – Está totalmente reformada, antes parecía la casa de unos abuelos. – “antes parecía la casa de unos abuelos” la imité.
-La casa antes era preciosa, no parecía una casa de revista, sino un hogar y eso la hacía única.
-Bueno esto también es un hogar.
-No lo parece.
-Bueno- interrumpió mamá- ¿cómo os conocisteis? – esta vez la pregunta iba para Abraham y para Martina.
-Digamos que en realida nos conocemos desde siempre. - le contestó.

*
HOLAA!!

Por fin puedo publicar algo. Es un capítulo corto, en realidad solo es la primera parte, quería anunciaros que vuelvo a estar libre, por fin acabé mis exámenes y ahora tengo todo un verano para pasarlos con vosotros.
Espero poder subir un capítulo cada domingo y poco más.
😊😊

The Eva's ProblemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora