CAPÍTULO 53:
POV EVA
A pesar de no haber querido hacer esto, me lo estaba pasando realmente bien. Era divertido pasar rato con Abraham. No recordaba lo bien que se estaba junto a él. Es cierto que al principio no estaba cómoda, pero a la vez que pasaba el tiempo, me iba alegrando más.
Ambos proyectábamos una imagen bastante ridícula. Entre los delantales de colores chillones y el cuerpo lleno de harina no podíamos estar peor.
Lina nos había enseñado a hacer las galletas y otro postre más. Y ahora estábamos esperando a que salieran del horno. Habíamos decidido que era mejor hacerlas con chispas de colores en vez de las típicas de mantequilla.
Sin darme cuenta había pasado toda una mañana. Pero daba igual, estaba disfrutando de verdad como no lo había hecho en mucho tiempo. Y aunque estaba mal, no debería ser así, Abraham era el único que podía hacer esto, hacerme feliz de verdad.
- Mira- me llamó Abraham- ¿Te gustan?- preguntó mientras me daba para probar una galleta. La disfruté. Estaba demasiado buena para ser real. No pensaba que iban a quedar así. La cocina no se me daba mal, me gustaba cocinar y varias veces había intentado hacer galletas pero en vez de quedar parecidas, lo habían hecho amorfas. Además de sin forma, no estaban buenas.
- Están deliciosas- le contesté.
- Era obvio, con unos cocineros así, nada iba a salir mal- dijo riéndose.- Ahora Lina las vende y lo recaudado va para el refugio.
- Me alegro de haber ayudado. Hemos hecho algo bueno y además ha sido divertido.
- Así es.- contestó- Tal vez podemos ir a por tu coche.
- Imposible, ya es tarde y está cerrado.
- Una pena. Tendremos que ir otro día. – río.
Al llegar a casa tomé el teléfono y tenía cerca de diez llamadas de Isaac. Lo había dejado plantado. Me lo había pasado tan bien que no me había acordado de que habíamos quedado. Después de disculparme con él cerca de veinte veces por teléfono, decidimos volver a quedar otro día.
Una vez que ya estaba en la cama, recreé todo el día que había vivido. Hacía bastante tiempo que yo no me había permitido pasar página correctamente. Él problema era simple, siempre pasaba página con la misma persona que había destrozado la anterior.
Y como había vuelto a prometer Abraham, a las 9:00h sonó el timbre. Papá amablemente lo invitó a pasar y a desayunar.
Al bajar a la cocina los encontré felizmente desayunando juntos unas tostadas. Ambos charlaban de temas diversos como del tiempo, del partido de ayer e incluso del desayuno.
- Buenos días, cariño. – dijo papá - ¿Cómo has dormido?
- Buenos días, papá, hoy he dormido bien.
- Me alegro- contestó – Ha venido Abraham para llevarte a por el coche. Como tardabas un poco hemos decido desayunar.
Abraham estuvo todo el camino hacia el coche en silencio, se le veía muy pensativo. Pocas veces había conseguido verlo tan tranquilo, tan sumergido en su mente. Él me pilló mirándole tan concentrada. Sonrió un poco y siguió perdido en sus pensamientos.
Estaba a punto de subirme en el coche cuando habló.
- Te propongo algo – dijo.
- ¿Qué cosa? – en realidad tenía bastante curiosidad sobre su propuesta.
- Un pacto. Hagamos un pacto.- mi cara reflejaba ese desconcierto que sentía.- Ayer estuvimos muy bien juntos, no discutimos. Seamos amigos, hagamos un pacto de no sé, paz. – Él tenía razón, hacía tiempo que no teníamos esa relación y a decir verdad, yo también lo había pasado bien ayer.
- Vale, me parece bien – pero no todo es un cuento de hadas- pero hay condiciones para que esto funcione.
- Acepto lo que sea – contestó.
- Nada de recordar el pasado, empecemos de cero, como sino nos conociéramos. Tampoco nos meteremos en la vida del otro y por último, si quieres que esto funcione tenemos que respetarnos.
- Me parece bien, pero, quiero añadir una más. – dijo. – Sinceridad. Tenemos que ser sinceros.
- Vale. Espero que cumplas todo, no quiero que me decepciones.
- No lo haré – y por primera vez en mucho tiempo, lo creí.--------------------------------
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The Eva's Problem
Ficção Adolescente¿ Qué ocurre cuando tu mejor amigo de la infancia se muda a tu casa? Eva creía que al llegar a casa, volvería a ver a ese chico que tantos momentos felices le dio. Ese con camisas y pelo lleno de gomina. Pero... ¿ Y si no es el mismo ? ¿ Y si...