A C C I Ó N: I

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Un mensaje llega y yo, con manos temblorosas, intento leer lo que dice.

-Solucionado. Oye, ya sé por fin a qué hueles.-

Pero los nervios no me dejan responder.

Mis manos tiemblan y sudan a la vez, mi corazón se acelera como si hubiese corrido una media maratón y en mi cabeza solo puedo pensar una cosa.

Soy Violet Chachki.

A Violet Chachki nadie la toca, a menos que ella quiera.

Violet Chachki es una heroína.

-¿Qué quieres?- digo.

Sin que me tiemble la voz, apretando mi quijada y tildando mi cabeza un poco a la izquierda de una forma retadora.

-A ti.- dice. -De nuevo.-

-A mí nunca me tuviste.- respondo apretando el teléfono entre mis manos sin darme cuenta.

-Bueno, quiero a Jason, quiero recuperar lo que teníamos.-

-¿Teníamos?- digo. -O más bien tenías.-

Quisiera golpearlo.

Quisiera devolver todo el maltrato y todo el daño que me hizo.

Pero sería romper una promesa.

Cole se acerca, se acerca demasiado.

Y en unos cuántos segundos ya está en frente de mí. Demasiado rápido para procesarlo, demasiado rápido para reaccionar, demasiado rápido para pensar.

Y está en frente de mí, de rodillas pidiéndome perdón.

Cuando debería estar en frente de mí pero tras rejas.

-Por favor. Vamos, sabes que lo disfrutamos.- dice

Y yo no respondo.

-Sabes que lo querías.- dice

Qué cínico.

Y se acerca más.

Hasta el punto en el que sus manos empiezan a tocar mi cintura, y aunque sus dedos solo tocan el cuero de mi corsé puedo sentir el mismo asco que sentía cuando esos mismos dedos tocaban directamente mi piel, cuando esos mismos dedos apretaban mi piel hasta el punto en el que dejaban marca.

Marcas en mi piel, marcas en mi mente y marcas en mi vida.

Que estarán allí para siempre.

-Imagina lo mucho que a Hillary le gustaría que estuviéramos juntos ahora.- dice

Y es cuando lo empujo lejos de mí.

Porque no voy a tolerar que diga su nombre de nuevo.

Pero ese empujón no le basta porque de pronto toma más energía y más fuerza. La fuerza suficiente para estar en frente de mí de nuevo a una velocidad impactante, ésta vez con su mano en mi cabeza empujándola hacia al frente hasta que mi boca entra en contacto con la suya.

Y sin mentir, por poco vomito su cara.

Apreto mis ojos con tanta fuerza que estoy segura de que cuando los abra veré puntos negros a mi alrededor.

Y luego una fuerza potente lo hala hacia atrás.

Y aunque solo fueron unos cuántos segundos siento como si de repente me hubieran liberado de una prisión en la que estuve por más de 5 años.

Tal como lo sospeché, abro mis ojos y veo puntos negros y blancos danzando en frente de mí, puntos que no me dejan concentrar ni enfocar.

Pero para cuando puedo hacerlo logro identificar la figura de Cole en el suelo, su rubio cabello despeinado y sus azules ojos recibiendo golpes.

Y Adam encima de su cuerpo, empuñando un ramo de flores blancas dentro de la mano con la que lo golpea.

-Para.- grito. -Adam ya para.-

Aunque no quiero que pare.

Quiero que acabe con mis pesadillas de una buena vez.

Pero tampoco quiero que lo mate.

-Adam vas a matarlo.- le digo y cuando veo que no me hace caso no me queda más remedio que tomarlo por los hombros y halarlo hacia atrás con toda mi fuerza.

-¡Dios mío!.- escucho la voz de Ethan en la puerta. -por Dios.- continúa. -llamaré a la policía.- y sale.

Adam se separa y se levanta, pongo una mano en su pecho en un intento fallido de calmar su furia, puedo sentir el ritmo de su corazón bajo mis dedos y eso me ayuda a determinar que no se calmará pronto.

-¿Estás bien?- dice cuando me nota por fin junto a él. -¿Te hizo algo?- y empieza a buscar signos de heridas en mi cuerpo con desespero. -Dime que no te hizo nada.- dice. -O seguiré.-

Y sé que se refiere a los golpes.

-No me hizo nada.- respondo. -Lo juro.-

Adam recoge el ramo de flores destruidas del suelo.

Las mira con pena y luego mira a Cole con odio por ser el culpable de que estén destruidas para luego, con cara de resignación, ofrecermelas.

-Gardenias.- dice. -Hueles a gardenias.-

Y yo las tomo entre mis manos y las huelo, pero su agradable aroma está combinado con el apestoso olor de la sangre.

De la sangre de un abusador.

Sin embargo, me acerco a Adam y lo abrazo, dejando descansar mi cabeza sobre su pecho, manchando su saco con la sangre en los pétalos de las gardenias y escuchando de nuevo el latido de su corazón ésta vez más calmado y suave.

-Invasión de propiedad privada, está alcoholizado y abusó de mi amiga.- dice Ethan entrando al camerino de nuevo con el teléfono en su oído.

Después entran Benjamín, Branden y Matthew con el dueño de Rocco y por último entra Pearl corriendo a abrazarme y a mirar si hay heridas en mi cuerpo tal como lo hizo Adam.

Y cuando Pearl acaba, Matthew y Branden se acercan y hacen lo mismo, y me quedo entre los brazos de Matthew por un momento mientras Benjamín y Ethan resuelven la legalidad del asunto y Pearl le hace reclamo al dueño de Rocco.

Agradeciendo por mi nueva familia.

Y sintiéndome como la hija menor que todos cuidan.

Llega la policía y también una ambulancia, Adam tiene que excusarse ante la policía porque si bien es un guarda espaldas no tiene porqué ser tan agresivo a la hora de trabajar.

Y la ambulancia lleva a Cole quién sabe a dónde.

Camino a casa el silencio es lo único que se puede palpar en el auto.

Y cuando llegamos subo de inmediato a mi habitación para salir de drag y darme un baño con agua caliente, para desinfectar la parte de mi cintura donde estuvieron sus dedos.

Cuando salgo de la ducha me encuentro con la caja de dólares que reuní en el show de hoy encima de la mesa junto a mi cama.

Y junto a la caja un ramo de flores blancas que perfuman la habitación por completo.

Gardenias.

°°°°°
YA QUIERO VACACIONES 😭

PERFORMING ARTS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora