"Niño closet"

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— Subiré por mi celular, necesito al menos ver la hora— dije a papá en medio del desayuno.

— Esta bien — asintió no muy convencido.

Llegué hasta la habitación, subí las sabanas a la cama, revolví todo el lugar y el celular no apareció no era tan pequeño como para perderse y dudo mucho que alguien lo robara si no hay internet aunque conociendo lo estúpidos que son los que están aquí si lo veo probable.

— ¿Buscas esto? — una voz ronca sonó en la habitación y alguien preguntó en la puerta, Harry.

— Dámelo — dije al ver que mi teléfono estaba entre sus manos.

— Te voy a decir algo — caminó despacio en la habitación jugueteando con mi celular — No soportó a los maricas como tú -se paró frentre a mi con sus ojos azules atravesandome —Te ví anoche con Dereck, durmiendo juntos y no permitiré que dos maricas vivan conmigo — lanzó el teléfono hacía mí haciendo que chocara en mi pecho mismo que ardía del coraje.

— Tu opinión homofóbica es lo que menos me importa, la puerta está lo suficientemente grande y te puedes ir por donde entraste -— él con su mirada aún en mi sonrió como si fuera un chiste, negó y me ignoró por completo al salir de la habitación.

Maldito homofóbico.

Salí porque el calor en la habitación era horrible, papá había decidido la peor época del año para alejarme del aire acondicionado. A mitad del pasillo Brais salió de su habitación.

— Tu hermano es un imbécil — mencioné al mismo tiempo que bajábamos las escaleras.

— Si me lo han dicho muchas veces, ¿qué te hizo? — preguntó.

— Es un homofóbico de mierda — respondí finalmente llegando a la parte baja de la cabaña.

— Eso también lo sabía — soltó risas — Espera un momento — en ese momento se detuvo y me tomó por los hombros — ¿Eres gay? — su pregunta tan directa me hizo sentir pánico.

— No, claro que no, solo me molestan las personas que no pueden respetar a otras — llegamos afuera donde Dereck y Harry jugaban Voleibol.

— Ya somos dos — sonrió y lo hice también.

La tarde fue algo entretenida, no sabía que sabía jugar voleibol hasta que Dereck me ayudó. Harry era un imbécil pero su abdómen era jodidamente perfecto, incluso el sudor que lo recorría lo hizo ver aún mas perfecto.

¿Cómo alguien tan mierda puede lucir tan hermoso? Cada que golpeaba el balón su venas se marcaban y me hacían querer tocar cada parte de él.

— Ajá, muy bonito por fuera ¿cierto? — Brais se sentó a mi lado.

— ¿De que hablas? — pregunté al mismo tiempo que me incorporaba.

— Es obvio que te gusta y es asqueroso — dijo y soltó varias risitas.

— ¡Shh! — puse mis manos sobre su boca rápidamente — ¿Qué te hace creer eso? — dije mirando a todas partes esperando que nadie escuchara.

— Tranquilo niño closet, pero eres bastante obvio, casi debo traerte un balde para la saliva — rió a carcajadas. — No diré nada pero solo con una condición.

— ¿Cuál es la condición? — no tenía otra opción.

— Bueno — comenzó a verse nervioso — Tú y Dereck se llevan muy bien y bueno — soltó un suspiro — ¿Me ayudas con él?— debo admitir que me sorprendía y parecía una perfecta broma.

— Hablas enserio?— pregunté con mi mirada puesta en él.

— Muy enserio — respondió. — Su estilo es demasiado increíble es como el chico malo perfecto — su mirada estaba puesta en él quien jugaba Voleibol con Harry.

— De acuerdo — dije y estrechamos nuestras manos.

— Vamos a jugar — dijo y ambos nos pusimos de pie.

No tenía idea de si Dereck era gay, lo dudaba mucho. De lo que si estaba seguro era que Harry era demasiado hermoso para ser ese homofóbico de mierda.

Comenzamos a jugar y no sé si ya lo había dicho pero cualquier deporte era imposible para mí así que solo estaba ahí admirando el gran trasero de Harry.

Josh lanzó el balón demasiado lejos, tampoco parecía el mejor en este deporte pero si era mejor que yo.

— Yo voy — dijo Harry cruzando un arbusto en busca del balón.

Le seguí intentando llamar su atención o al menos ayudarlo. El tomó el balón entre sus grandes manos.

— ¿Qué quieres? — sus ojos azules me amenazaban y yo solo estaba ahí, viéndolo.

— Amm yo, creí que necesitarías ayuda — sonrió viendo el cielo.

— ¿Ayuda de ti? Maricón de mierda — lanzó el balón justo en mi estómago haciendome soltar un gemido.

Sabía lo difícil que sería que el pudieran cambiar de opinión por mí, definitivamente difícil pero nunca, imposible.

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¡Hola! Lamento muchos si encuentran fallas de ortografía, después serán corregidas.

Puesto a que muchas quejas sobre las actualizaciones quería mencionarles que está historia no es mi principal atención y por ello las actualizaciones son lentas.

Esta historia la escribí hace un par de años aunque con fallas que estoy intentando arreglar y sentí que era el momento de que conocieran a Dorian.

Gracias por su espera y apoyo, actualizaré pronto.

Valen.

¿Otro gay?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora