"Dos semanas"

1.9K 274 208
                                    

[Dorian]

Estuve con Harry en la alberca gran parte de la mañana mientras hablábamos de si habíamos tomado la decisión correcta o si Dereck médica haberse ido antes.

— Es obvio que lo merecía Dorian, si él estuviera aquí hubiera intentado quitarte a Brais cada segundo — dijo saliendo de la alberca.

— Hablando de quitarme a Brais, ¿tienes idea de donde está? — le pregunté y ambos entramos a la cabaña.

— No, salió temprano del cuarto supongo que fue a correr — dijo entrando a la cocina y le seguí.

— Ya es tarde y ni a vuelto — solté y el soltó una risa fuerte.

— ¿Apenas a pasado un día y ya estás cuidandolo? — dijo bajando un vaso de la alacena.

Abrí los ojos en exceso y elevé las cejas sin darme cuenta y entendiendo que realmente estaba siendo demasiado observador.

— ¿Es demasiado? — le pregunté asustado.

— No, es adorable — dijo bebiendo agua.

Suspiré.

Estuve todo el día intentando no parecer un loco obsesionado con saber dónde está su chico todo el tiempo.

Su chico.

Mi chico.

Sonreí sin darme cuenta en tan solo pensar como será todo esto es unos años o en algunos meses, aún no puedo creer como lo tengo en mi vida.

Tomé una siesta porque realmente llevaba días sin dormir muy bien por pensar de más, así que muy tranquilo me eché en la cama y me relajé lo suficiente.

**

— Sh sh — escuché muy bajito, pero logro despertarme.

Con la vista nublada un poco ví a Brais sentado en la cama y me sentí un poco avergonzado por no estar peinado y seguramente con los ojos inchados.

— ¿Dónde estuviste todo el día? — le pregunté acercándome a él y recargando mi cabeza.

— Necesito mostrarte algo — me dijo y me giré para verlo.

— ¿Acaso...

— Bueno, creo que el primer paso es preguntar, ¿quieres tener una cita conmigo? — preguntó.

No pide evitar sonrojarme y intentar cubrirme con mis manos aunque fue imposible.

— ¿En serio? — le pregunté.

— No, es una broma quiero que terminemos — dijo serio y luego soltó una carcajada — Pues claro que sí idiota, vamos — dijo y me jaló de la cama.

No sabía si estaba tan feliz que el camino se me había hecho extremadamente corto, estar con él me hacía pasar el tiempo demasiado rápido.

— Va sonar más cursi de lo quiero pero, ¿puedes cubrirte los ojos? — preguntó adorable.

Estábamos frente a la cabaña vieja en la que ya no veníamos tan seguido.
Con la mano derecha cubrí mis ojos impaciente por saber lo que esperaba ahí dentro. Cuando tomó mis hombros para guiarme noté como tenía un pequeño temblor que me hizo saber que estaba tan nervioso como yo.

Casi caigo en el escalón porque no me recordó pero gracias a las fuerzas divinas no pasó.

— Ya puedes ver — me dijo y me quité la mano de los ojos de inmediato.

Sentí que respiraba otro aire cuando ví todo lo que había arreglado, había una mesa en el centro con mantel blanco, era pequeña pero lo suficiente como para comer la comida que ya estaba ahí, no había ninguna luz encendida tan solo un montón y montón de velas, realmente por toda la cabaña había velas, había un jardín con rosas en el centro, cuando veía esto en las películas jamás creí que podía pasarme a mi, pero ahí estaba, frente a la primer cita perfecta.

¿Otro gay?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora