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Allí estaba yo una vez más, bajando las escaleras a paso de tortuga para evitar ver a mi padre, como lo llevo haciendo hace días, porque si, ha pasado una semana desde que acepte mis sentimientos por ese estúpido robot, una semana que llevo evitando a mi padre, creo que nunca estaría listo para enfrentarlo, no estaba dispuesto a escuchar los regaños de mi padre solo para decirme algo que ya sé, sé perfectamente que no debería sentir lo que siento por Jungkook.

—Jimin, hijo, tu padre quiere verte - y allí estaba mi madre, con una sonrisa preocupada al final de la escalera, mirándome, preguntándome con su mirada que era lo que sucedía entre mi padre y yo, entre Jungkook y yo-

— ¿Dónde está Jungkook? -fue lo que pregunté-

— En el auto, necesito hacer unas compras y lo llevaré conmigo para que me ayude -respondió ella con una cálida sonrisa que logró calmar un poco mis nervios- tu padre quiere hablar solo contigo...

Entonces bajé los escalones que faltaban, pasé por el lado de mi madre y salí de casa, enseguida lo vi allí, apoyado en la puerta del auto, su mirada azul se conectó con la mía, aquella molesta sonrisa apareció en sus labios, mis pasos se dirigieron a el sin duda, su sonrisa poco a poco se fue desvaneciendo una vez llegue frente a el.

No tenía claro que quería decirle, sus mejillas me llamaban fuertemente a sostenerlas como si Isaac Newton aumentará la ley de la gravitación universal y estuviera a punto de caer desplomado contra el suelo, entonces así lo hice, así lo mire, lo sostuve cómo se recogen todas las cosas importantes en la vida, con más  amor en las manos que en el pecho.

La suave piel de sus mejillas bajo el tacto de mis manos, aquellos hermosos ojos azules observándome, entonces yo fui quien sonrió y las palabras simplemente salieron de mi boca.

—  Cuidare de ti, aunque esté mal, aunque con el tiempo vaya a doler... - mordí mi labio inferior con fuerza, conteniendo el nudo que comenzaba a formarse en mi garganta y entonces dije algo que fue tan aliviador como a la vez aterrador- porque te quiero Jungkook...

— Lamento no poder corresponder a tus sentimientos... - su voz sonaba como si realmente se sintiera mal por aquello, pero era imposible, después de todo por más que quisiera que él pudiera sentir... no era posible...-  eres un chico valiente Park Jimin, por admitir tus sentimientos a pesar de qué va en contra de todo lo establecido

— Muy en contra diría yo - solté una risa amarga alejando mis manos de su rostro- me gusta un "chico" y además ni siquiera es un humano... aún así no fue tan difícil admitirlo... me pregunto porque a algunas personas se les hace tan difícil aceptar sus sentimientos...

— Porque tienen miedo de que el amor que sienten no encaja con lo que la sociedad les dijo que debían sentir -comenzó a decir el, una leve sonrisa apareció en sus labios mientras aquellos hermosos ojos me hipnotizaban con su color-  la vida no es sobre convertirse en algo, sino en no convertirte en nada que no estes destinado a ser en primer lugar...

— Eres bueno con las palabras -dije después de unos segundos, sonreí una vez más para el, llevé mis manos a sus mejillas una vez más y me acerqué dejando un suave beso en sus labios-

Él no dijo nada más, ni tampoco hacía falta que dijese algo, sólo me sonrió, acarició mi mejilla con ternura y me dejó ir, me aleje de él de regreso a casa, encontrándome con mi madre que al parecer había visto todo, aún así no me dijo nada, y realmemte agradecía eso, continué con mis pasos hacia el despacho de mi padre, sólo hizo falta que tocará la puerta unas cuantas veces y escuché su voz permitiendome entrar, en cuanto abrí la puerta ahí estaba el, sentado tras su escritorio, su mirada oscura fija en mí, me ordeno que me sentara frente a el escritorio y así lo hice, hubo un silencio bastante incómodo entre nosotros, hasta que por supuesto fue el quien rompió con aquel silencio.

PARALYZED 《Kookmin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora