#11

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Era fin de semana por fin, hoy tenía una idea de donde ir, aunque claro que llevaría a ese robot conmigo, Jungkook últimamente no se alejaba de mi, me confundía, no sabía si sentirme feliz o no por su repentino apego hacía mi, pero claro, después recordaba que para el solo soy alguien a quien debe obedecer, como lo haría con cualquier humano...

— ¿A donde vamos Jimin-ssi? -me preguntó Jungkook una vez más mientras extendía un casco de la motocicleta hacía mi- 

—  Solo sigue la dirección que te entregué -respondí, el simplemente asintió y se subió a la moto encendiendo el motor esperando que yo subiera también-

— Pero ¿por qué vamos en la motocicleta si recuperaste tu auto? -preguntó el volteando a mirarme mientras yo me acomodaba tras el con el casco puesto-

— No quiero conducir -respondí mientras envolvía mis brazos alrededor de su cintura y dejaba mi cabeza reposar contra su espalda-

Además de esta manera te tengo más cerca, puedo sentir que estas aquí conmigo... 

Jungkook no dijo nada más y simplemente comenzó a conducir hacia la dirección que le había entregado minutos antes, el ruido de la motocicleta y de las calles era lo único que lograba escuchar, era molesto pero a la vez calmante pues tenía a este robot conmigo, permitiéndome que me aferrara a el, incluso más de lo que debería por mi propio bien...

— ¿Es aquí? -escuché la voz de Jungkook, aquella melodiosa voz que me sacó de mis pensamientos- 

Asentí sacando el casco de mi cabeza, frente a nosotros había una gran casa de dos pisos color crema, el jardín lleno de flores y colores, era realmente hermoso. Jungkook caminó junto a mi hasta la puerta de la casa, pude notar como observaba todo detalladamente, hasta que toqué el timbre y en unos cuantos minutos la puerta fue abierta por el hombre que según recordaba era el ayudante de la señora  Lee Yon Sook.

— ¿Qué necesitan? -preguntó el, su mirada viajando de Jungkook hacía mi-

— Venimos a ver a la señora... ¿está es su casa no? -dije yo- soy el hijo de Park Young Soo

— Oh, claro adelante -el se apartó dándonos acceso a la casa- la señora está en la sala 

Asentí en respuesta entrando a la casa, Jungkook se mantuvo en silencio siguiéndome, la casa era aún más grande por dentro, me sorprendía que la señora Yon Sook viviera aquí sola, está casa se debe sentir muy vacía... 

— ¿Por qué venimos aquí? -por fin Jungkook abrió su boca-

— Cuando me dejaste abandonado en el parque me encontré con la mujer de la fiesta, la amiga de papá, ella me contó lo que sucedió con su esposo y su hijo... -traté de explicar lo más resumido posible, Jungkook me miraba con su expresión neutra de siempre- ambos murieron... ella debe sentirse sola, así que venimos a hacerle compañía

— La primera y última vez que la vi ella se puso a llorar, eso indica que no es buena idea que yo esté aquí -dijo Jungkook deteniendo sus antes de entrar a la sala- puedes quedarte y yo vendré por ti después 

No había pensado en eso, la verdad lo último que deseaba era ver a aquella pobre mujer llorar una vez más, Jungkook tenía razón en ese sentido, quizá la mejor opción era pedirle que se marchara, además yo fui quien prometió venir, no el.

— Está bien, regresa por mi en unas dos horas -sonreí hacía el-

Jungkook me sonrió también, la verdad prefería ver su expresión neutra, al menos eso si era real en el, no como esa sonrisa falsa, y una vez más me encontré deseando ver una sonrisa real y sincera en sus labios...

PARALYZED 《Kookmin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora