#25

7.1K 1.3K 311
                                    

Por suerte mi memoria era bastante buena, recordaba perfectamente el camino que había tomado Jungkook en su motocicleta aquella vez que me llevó a ese lugar, si, ese lugar que me había mencionado su madre.

Habían pasado dos días desde que visité la casa de la madre de Jungkook y por fin hoy me arme de valor para ir por él. Mientras conducía, en mi mente trataba de encontrar las palabras que le diría si lo encontraba, quería ser positivo y pensar que él estaría allí, que él estaría allí con su perfecta sonrisa y sus palabras que siempre lograban hacerme sentir bien.

Aunque más bien esta vez era él quien necesitaba más apoyo y yo estaría ahí para él pase lo que pase.

Cuando estacione mi auto cerca de la playa y bajé de este, la fría brisa marina relajó mis músculos, mis pasos me llevaron hacia donde recordaba que estaba la casa que ahora sabía era de la familia de Jungkook, entonces aquella foto que él miraba aquella vez era él de niño con sus padres.

Mientras me acercaba a la casa me preguntaba desde cuando exactamente él era consciente de la verdad, si mis suposiciones eran correctas y él realmente sabía todo desde aquella vez en el museo, quería decir que en todas aquellas citas que tuvimos él ya sabía todo, entonces ¿por qué seguía conmigo? ¿por qué me pidió que tuviéramos citas?.  

Y con aquellas preguntas en mi mente, logré entrar a la casa por aquella misma ventana rota que seguía intacta. Admito que me decepcione y entré en pánico al recorrer la primera planta y no encontrar ningún rastro de JungKook, y más aún estuve apunto de llorar cuando en el segundo piso tampoco hubo rastro de él.

Sentía como si cada uno de mis intentos ya hubieran fracasado, como si hubiera perdido a Jungkook para siempre.

Era un sentimiento horrible, el saber que había alguien que necesitaba ayuda y por más que quisieras no podías ayudarlo, y era aún más doloroso que aquella persona, fuera alguien que era tan importante para la vida de uno, así como lo era él para mí... en mi vida...

Cuando salí de la casa mi mirada se dirigió al mar, el sonido de las olas impactar entre ellas era como si me llamarán, y aquel sol marcando el atardecer, siendo como un camino al cual quería llegar. Entonces, mis pies me arrastraron por la arena dejando pisadas a su paso, mi visión nublada por las lágrimas que querían salir, mientras caminaba hacia el mar que lucía increíblemente hermoso con los rayos del sol sobre él y aquel cielo de colores pasteles, era simplemente hermoso...

Al llegar al orilla del mar fue como si este se volviera aún más hermoso, como un celeste precioso de brillantes ojos... el inescrutable cabello castaño balanceándose con la brisa y la tristeza acompañando el silencio cuando nuestros ojos se encontraron...

Allí, sentado en la arena frente al mar, estaba mi pedacito de cielo.

Sus hermosos ojos me observaban cuidadosamente, no realizó ningún movimiento cuando me senté en la arena junto a él, ninguno dijo nada, ni nos movimos de nuestras posiciones durante un par de minutos a pesar de que mis manos picaban por tocarlo, pero no me arriesgaría a un rechazo de su parte, eso haría doler a mi corazón aún más y no estaba seguro de poder soportarlo.

— ¿Qué quieres Jimin? -fue él quien rompió el silencio, aún así no me miraba, su atención estaba en unos trozos de una botella rota que se encontraba frente a él- porque no creo que vinieras aquí para ver el mar

— Perdón... -murmuré atrayendo mis piernas contra mi pecho y me abracé a estas mientras hablaba sin ser capaz de dirigirle la mirada- debí haberte dicho todo en cuanto lo supe...

— ¿Desde cuándo lo sabes? -preguntó él, su voz tan neutra que por un momento pensé que había vuelto a comportarse como el robot que conocí-

PARALYZED 《Kookmin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora