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30. jugando diariamente a improvisar.

Mateo

Me pase el dorso de la mano para eliminar el resto de las lágrimas que estaban cayendo, pero fue en vano ya que estas seguían recorriendo mí cara de manera desenfrenada. Me quedé un par de minutos observándola, estaba destrozada y no solo físicamente sino que psicológicamente también, la veía más apagada que nunca, además de que sus apariencias no eran las mejores. Tenía la nariz bastante hinchada a causa de las piñas que le había dado Catalina y la zona de los ojos estaba toda amoratada, su labio estaba bastante partido, no podía respirar bien a causa de las patadas que le habían dado pero por suerte no llego a haber ninguna rotura en estas, la única rotura fue en el brazo que por lo que nos habían contado en el hospital, se debía a que había caído mal cuando Catalina la empujó.

Dirigí mis ojos hasta su cara nuevamente y me acerqué hasta ella para sentarme en una pequeña silla que había al lado de su cama, que supuse que la había puesto Julia allí, ya que había un cuaderno de dibujo delante.

—Lola...—repetí, ella no respondió a mí llamado y se dio la vuelta para ignorarme y  en su mayor esfuerzo dormir pero cuando escuché su lloriqueo, me levanté y la quise girar con cuidado para que me mirase—Beba, ¿que pasó?

—No me toques—soltó con la voz temblorosa y cerrando los ojos con fuerza provocando que sus lágrimas comenzarán a deslizarse por sus mejillas.

Y me dolía, me dolía que ella estuviera distante conmigo, que estuviera así; destrozada, me dolía que fuera mí culpa por no ponerle los puntos a Catalina antes, porque si lo hubiera hecho nada de esto habría pasado. Me dolía no haber sido yo el que la haya acompañado al hospital, pero más me dolía perder la amistad de Lola, aparté de que últimamente veníamos con nuestros más y nuestros menos, yo la quería igual y mis sentimientos hacia ella nunca iba a cambiar.

—Bebé...—me intente acercar a ella, pero con su mano me dio un manotazo. De todas manera con cuidado de no hacerle mal, tironeé de este para que me mirase por fin:—Por favor Lola, no quiero perderte.

—¡No me digas bebé, Mateo! ¿No ves que me lastimas flaco? ¿Y no me querés perder? Vos ya me perdiste hace mucho, andate—se excusó y se zafó de mí agarre con bronca mientras las lágrimas se seguían manifestando en la zona de sus cachetes—¿No ves que estoy hecha mierda? Soy un asco y todo por culpa de tu novia, te dije que no quería tener nada que ver con ella, pero al fin y al cabo tiene razón ¿no? ¿Así quién me va a querer?

Con cada palabra que soltaba de su boca, cada vez era más grande el nudo que tenía en la garganta y me ponía mal ver a Lola en ese estado. Ella siempre había sido una chica insegura y una chica que había sufrido mucho por amor, al igual que siempre la que salía lastimada era ella, pero últimamente la situación estaba superando los límites y estaba más sensible que nunca.

La agarre con cuidado y con mucha delicadeza de los cachetes apesar de las contestaciones que había recibido por parte de la castaña anteriormente para que me mirase.

—Quiero que me escuches y no me interrumpas ¿Puede ser?—avisé, ella asintió y pestañeo varias veces haciendo que sus pestañas choquen con sus pómulos y que me desconcentre por completo pero después de unos segundos agite mí cabeza y salí de mí ensoñación:—Mirá Lola, quiero que esto lo tengas presente siempre. Sos hermosa Lola, en serio te lo digo, sos una persona re linda que brinda felicidad por cada lugar que pasa y que transmite buena vibra, sos un amor de persona y ya te dije mil veces que ya no se trata del físico. Sos preciosa tal y como sos y lo que vale es lo de dentro Lola.

—Mateo.

Negué e hice una seña con la mano para que parase y que me dejara terminar de hablar.

—Vos estuviste desde el principio conmigo, bancandome y animandome en todo, que las inseguridades no te caguen beba. Yo sé que últimamente no andamos bien, pero vos siempre me vas a tener Lola y siempre que te sientas mal, voy a estar para decirte cosas lindas o hacerte reír porque sos un pilar fundamental en mí vida, te amo con el alma y me muero si te pasa algo.

Solté un suspiro de alivio al largar todo lo que tenía que decir y alce la vista para mirar a la castaña, quien me miraba atentamente y sin objetar nada.

Se pasó la mano por su ojo izquierdo para sacar las lágrimas, pero fue en vano porque vi como se formaba un puchero en sus labios dándome indicios de que iba a llorar y bastante. Me apresure a abrazarla con cuidado y con rapidez, ella no tardó en esconderse en mí pecho y llorar más fuerte para aferrarse con su brazo bueno a mí espalda.

Me avive y me subí a la cama con ella para que estuviéramos más cómodos y una vez estuve listo, ella se volvió a acurrucar en mí pecho y con una mano la abracé para después con la otra hacer caricias.

—Sos muy chiquita...—susurré y me acerque hasta su cabeza para dejar un sonoro beso allí—Te tengo que contar una cosa Lola...

La ojiverde siguió en mí pecho para intentar tranquilizarse, ya que estaba bastante agitada y con la respiración a mil, sentía como su pecho subía y bajaba a una gran velocidad. Después de alrededor de cinco minutos, Lola salió de su escondite y se limpio la carita con los manos delicadamente, obviamente yo la ayude.

Cuando la castaña centro su vista en mí, no pude evitar llevar mí mano a su cachete para acariciarlo con dulzura.

—No te vas a poder alejar de mi—expliqué y sonreí apenas, ella frunció el ceño sin entender, entonces añadí:—Corté con Catalina.










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puro drama la novela? Asies
bueno ahora sí, no me jodan más

Espero que les guste y que comenten mucho 💗💋

unidos ; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora