unidos ; trueno

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38. que entre tanta gente en el mundo contigo me quedo.

Me acomodé el top de brillos de color plata y me miré por última vez en el espejo ganándome una sonrisa por parte de las dos gemelas, las cuales aprobaron mí vestimenta.

—Vení, que te pongo el labial rojo y nos vamos—informó la ojiverde, asentí y me senté en la silla que había enfrente del espejo—Hace así.

Entreabrí la boca y me aguante las ganas de reírme al ver la cara de concentración de la rubia mientras me pasaba con cuidado el labial.

—Listo, vamos.

Me levanté y agarre la riñonera que estaba encima de la cama de una de las gemelas para ponerla alrededor de mí cintura y también la campera, por si llegaba a hacer frío que era lo más seguro. Bajamos a la primera planta y el papá de mis amigas estaba esperandonos para llevarnos a la joda.

No pasaron ni diez minutos, que ya estábamos en el boliche, en el cual íbamos a pasar toda la noche y en el que supuestamente me iba a comer al tal Ezequiel. Las gemelas me habían mostrado fotos de el y me quise pegar un tiro al ver que era medio parecido a Mateo, con la única diferencia que tenía los ojos claros.

Después de haber saludado a Maximiliano, fuimos hasta la entrada, donde habían un par de personas y los seguritas pidiendo las entradas de dicho lugar. Cuando pasamos, el ambientes cambio por completo, ya que había empezado a hacer calor y la música me estaba aturdiéndo, además de que no se veía prácticamente nada. Nos fuimos hasta una parte de la pista, que por lo que nos había dicho Agustina, los chicos con los que nos íbamos a juntar estaban en esa zona que supuestamente era la más tranquila y la gente no se amontonaba tanto como en las otras zonas.

Le apreté la mano a Mora, y está se giró para mirarme con el ceño fruncido, para a continuación hacer un gesto con la cabeza para que hablara, tironeé un poco de su brazo y me acerque hasta su oído para avisarle que tenía que ir urgente al baño. Ella simplemente asintió y me hizo la típica señal de “ojito”.

Caminé con cuidado entre la gente para no empujarla, ni recibir puteadas, ni miradas de orto por parte de nadie. Cuando llegue al baño, me metí en un cubículo y nada más bajarme la tanga, vi una pequeña mancha roja.

—La puta madre—solté con enojo y como pude la limpie con un poco de papel higiénico y abrí mí riñonera para ver si tenía algún tampón, porque siempre solía tener alguno por si acaso, pero esta vez no fue así.

Empezaba bien la noche.

Agarré mí celular rápido y lo desbloquee para ir rápidamente al chat de Mora porque conocía a Agustina y era tan colgada que dolía.

Lola💋: Mora bebé, necesito que me traigas un tampón urgente.
Lola💋: me acaba de bajar Andrés, que ganas de llorar lpm. Todo mal.

Para mí suerte la rubia de ojos verdes, no tardó en leer mí mensaje y su respuesta no tardó en llegar tampoco.

Mora💜: tranqui Lo, ya voy.

Me mordí la uña mientras esperaba que la rubia apareciera, y cuando escuche que tocaron la puerta y la voz de Mora del otro lado, no dude en sacar una sonrisa.

—Toma desastre, tengo más en la riñonera. Cualquier cosa me pedís ¿bueno?—habló con la voz tranquila y me paso el tampón por debajo de la puerta, lo agarré, entonces añadió:—Te espero allá.

—¡Bueno! ¡Gracias Morita, sos lo mejor que me pasó!—chillé y escuché su risa provocando la mía.

Después de colocarme el tampón, tiré las cosas en el tacho de la basura y salí del cubículo para lavarme las manos y mirar que no tuviera que retocarme el maquillaje.

Caminé por toda la pista hasta llegar a la zona, donde estaban mis amigas con los chicos. Ni bien aparecí, todas las miradas se centraron en mí y no pude evitar ponerme colorada, ante aquello. Agustina se encargó de presentarme y por educación, me acerque a saludar a los cuatro chicos que había allí, y como si fuera a propósito, el último fue Ezequiel. Quién me agarró con confianza y sin ninguna vergüenza de la cintura y se acercó a mí oído.

—Sos mucho más linda en persona—anunció el morocho, me separé un poco de el y le sonreí ampliamente, pero el volvió a acercarse para susurrarme—¿Bailás?

Asentí un poco atontada y este me agarró de la mano para llevarme hasta la pista de baile. Una vez llegamos a un buen lugar, donde teníamos espacio, empezamos a bailar, el me tenía agarrada de la cintura mientras que yo estaba apoyada en mis rodillas para apoyar todo mí culo en sus atributos, no tardé mucho en sentir como su bulto crecía y como su agarre se afianzaba.

—Dios—sentí como bufó y me reí por su expresión.

Cuando el género de la música cambio, me di la vuelta para enredar mis brazos alrededor de su cuello, este instantáneamente llevo sus manos a mí cintura al ras de mí culo, pero en ninguno momento me quejé y no me quejaría si llegara a bajar un poco sus manos.

—Me tenés loco—murmuró y ese comentario me hizo reír y darle un sonoro beso en el cachete que también lo contagió—¿Voy a tener que encararte yo, no?

Y si antes me había reído ahora estaba tentada y más por la manera en la que la había dicho. Este aprovechó que me estaba riendo para acercarme un poco más hacia el haciendo que inconscientemente llevará mis manos hasta su cara para acunarla.

La vista de Ezequiel se dirigió a mis labios y en un acto reflejo se pasó la lengua por los labios y luego alzó la vista para mirarme. A medida que se iba acercando, me estaba intentado relajar pero no podía y mucho menos cuando esté pibe era casi el clon o el hermano perdido de Mateo.

De todas formas, el se iba acercando a mí de manera desenfrenada, y estábamos a tal punto que nuestras respiraciones se mezclaban y nuestros labios se rozaban. Pero como si hubiera sido a propósito, la imagen de Mateo apareció en mí cabeza, provocando que me alejará y que el chico me mirará con el ceño fruncido.

—¿Estás bien linda?—preguntó con un tono bastante preocupado el morocho.

—Perdón Eze, yo...—empecé y me quedé callada para después bajar la cabeza pero no tardé mucho en levantarla de nuevo:—No puedo.

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hola si, hace un rato hice una fic de valen así que vayan a darle amor. Esta relacionada con unidos, tanto que jodian con valen acá tienen💗