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41. de lo que prometí no soy consciente.

Mateo

Después de ver cómo Lola volvía a pasar por el pasillo con el sándwich en la mano, supuse que había ido a hablar con mí mamá. Saqué todo el aire de mis pulmones y me pase una mano por la cara para finalmente levantarme y correr tras ella, no tardé mucho en alcanzarla y una vez estuve a la par de ella, la agarré de la muñeca para que se diera la vuelta, dándome como campo de visión una mueca y sus ojos bastante hinchados y rojos al igual que la zona de su nariz y cachetes.

—Soltame Mateo—pidió con un tono bastante furioso mientras las lágrimas seguían recorriendo su cara—¡Soltame!

La quedé mirando y mordí el interior de mis mejillas, no sabía que decirle, no me salían las palabras y no entendía el por qué.

—¡Soltame te dije!—habló nuevamente la castaña zafandose de mí agarra de un manotazo y mirándome con cara de pocos amigos.

Me avive para agarrarla del brazo y tironearla hacia mí, para después abrazarla fuertemente mientras escondía mí cara en su cuello y no tardaron mucho en aparecer las lágrimas.

—Quedate por favor—supliqué en llanto aferrándome a su pequeño cuerpo y enterrando toda mí cara en su cuello para que no me viera llorar como un nene de cinco años—No te vayas, perdón.

Después de un par de minutos me separé de ella para mirarla, estaba estática, ni siquiera me abrazaba. Tenía los brazos colgando a su costado y me miraba fijamente llorando, pero lo hacía en silencio. Sinceramente la estaba pasando muy mal, horrible más bien. No podía soportar el hecho de que mí hermano estuviera en el hospital y mucho menos que estuvieran dañando a Lola a costa mía porque me había mandado tremenda cagada en el pasado.

La castaña solo se limitaba a mirarme, lo único que se movía era su pecho marcando su respiración y cuando pestañeaba. Su celular vibró y no dudó en apartar la vista para centrarse en el aparato que tenía en la mano. Después de teclear un par de cosas, volvió a mirarme.

—Perdón yo, pero me tengo que ir—soltó y se acercó para darme un beso en el cachete, dejándome atontado y con un gusto amargo en la boca al ver que ni suplicándole se iba a quedar—Mañana te voy a ver.

Me pase una mano por el pelo y la lengua por los labios;—¿Vas a tardar mucho? Quiero que te quedes a dormir en casa, conmigo, que me abraces y que me digas que todo va a estar bien, que me hagas mimos, que nos cuidemos Lola.

—Después hablamos—expresó ignorando todo lo que había dicho y se volvió a acercar para darme un beso en el cachete—Chau.

Alcé la vista y la vi irse por el pasillo del hospital, sin darme una última mirada. Con el corazón en la mano volví al sitio donde estaba antes, no sin antes pasar por el baño para limpiarme la cara y relajarme un toque, ya que tenía la respiración agitada e hipo. Me miré en el espejo y estaba pálido, con la única diferencia que tenía los ojos rojos e hinchados de estar llorando, pero más allá de eso tenía unas ojeras bastante pronunciadas a causa de no estar durmiendo los últimos días. Una vez salí del baño, tanteé mí bolsillo y vi que tenía un par de monedas así que no dude en ir a una las máquinas expendedoras para sacar una botella de agua.

Fui hasta los bancos donde me encontraba minutos atrás, mí mamá ya se encontraba allí y con una revista en las manos y comida a su lado. Al parecer se había percatado de mí presencia porque alzó la vista y dejó a un lado lo que estaba haciendo, para después agarrar la comida y palmar con su mano el sitio indicándome que me sentará.

—¿Que pasó?—preguntó extendiéndome el donut junto con un café con cuidado para que no se me volcara. Lo agarré con gusto, y negué para restarle importancia—Bueno, sabes que podes confiar en mí y que te voy a intentar ayudar en lo que pueda.

—Si ma, pero en serio, ahora no tengo ganas de hablar de esto—determiné, ella asintió un poco dudosa y se acercó para dejar un beso en mí cabeza—Gracias igual.

Sonrió ampliamente y se levantó provocando que yo frunciera el ceño;—Ahora vengo.

Aproveche que se había alejado y que estaba ocupada para agarrar el celular y mirar rato las redes sociales, pero ni bien entre en WhatsApp, el primer chat que me apareció fue el dr Lola y no dude ni dos segundos en entrar; estaba en línea.

Junte los dedos pensando en algo para decirle, pero una notificación nueva me hizo sobresaltar y fruncí el ceño al ver de quién era, pero me tranquilice al ver lo que decía el mensaje.

Wosito💚: está conmigo quédate tranquilo.

Y me sacó un peso de encima, más que nada porque no se había vuelto al boliche y estaba con Valentín, quién la cuidaba y la quería como si de una muñeca de porcelana se tratará.

Junte los dedos para darle una respuesta, o más bien varias porque también le insistí con el hecho de que trajera a Lola a mí casa a dormir, pero sin presionarla.

Después de terminar de comer y tomar el café que me había traído mí mamá. Decidí ir a dar una vuelta por todo el hospital para despejarme un poco de toda esta situación, la vibración de mí celular en el bolsillo, me hizo sacarlo con desesperación y una sonrisa de oreja a oreja apareció en mí cara;

Wosito💚: ya la convencí, en un rato te la llevo.






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acá tienen infumables, dejen de bardearmeeeeee!!1!1!1

porque la que va a empezar a bardear voy a ser yo, como no vayan a darle amor a la novela de foyth. Primer y único aviso.

unidos ; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora