Capítulo 29

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Al día siguiente

Narra Victoria

La fiesta de ayer fue increíble, sinceramente la necesitaba. Nunca creí que volvería a ver a las personas más importantes de mi infancia, las que se mataron haciendo tonterías... para ayudarme a superar lo de mi padre, lograr mis metas... hasta que me reencontre con Marco en la gala del balón de oro, y para mí fue como volver al pasado, recordar y volver a sentir cosas que hacía tiempo que no recordaba y sentía, como por ejemplo: las mariposas en el estómago al estar con la persona que amas, porque sí, le sigo amando, o sentir que puedo hablar del tema de mi padre con alguien que ha experimentado algo parecido. Tras volver a llevarme con él recuperé la esperanza de ver a toda aquella gente de mi infancia, a la pandilla y, por fin, tras la fiesta de ayer los volví a ver, y ahora tengo claro que no voy a dejar que nada nos vuelva a separar. Es más hoy hemos quedado para ir por ahí, comer juntos y ponernos al día, aún más.

Ahora me voy a ir a duchar y vestirme para irme con Saúl y con todos.

- Saúl me voy a duchar- le grito a pleno pulmón para que se entere hasta el vecino.

- Vale, no tardes. Yo voy a ir a ducharme también- me contesta de la misma forma.

- Vale. Creo que el vecino nos va a poner una queja por molestos- le contesto riendome, como consecuencia escucho sus carcajadas.

He de confesar que me encanta ducharme, con música, el agua cayéndome por encima, no sé, lo adoro. Así que puedo pegarme horas, pero intento ser rápida para gastar menos agua y no dañar tanto el medioambiente. Entro al baño grande, por supuesto. Por si os lo preguntáis, aún nos peleamos por ese baño, pero claro, he llegado antes, así que me ducho yo aquí. Lo primero que hago es poner música, encender el grifo para que se caliente el agua y cuando está a mi gusto me meto dentro de la ducha.

- Eeeste amooor nooo se tocaa- canto mientras me lavo el pelo.

- No hace falta que cantes mal para que salga agua de la ducha, no es como la lluvia- me grita mi "querido" compañero de piso.

- Te podrías ir un ratico a la mierda, a ver si te aireas que tanto vapor te ha sentado mal- parecemos hermanos de verdad con nuestras peleas, pero no lo somos, sólo por si había dudas.

Me termino de duchar y de vestirme entre comentarios de este estilo de Saúl. Juro que cuando salga lo mato, me juego el cuello a que me ha grabado.

- Ya estoy tocapelotas- anuncio cuando salgo ya lista del baño.

- Aleluya, aleluya- me canta como respuesta, que ostia tiene.

- Vámonos anda.

- Aún no, que me falta el tupé- lo mato, os juro que lo mato.

- Recapitulemos un momentito- digo con cara de mala leche- me has estado dando por saco toda la maldita ducha, mientras tú- recalco apuntandolo con el dedo, mientras le reprochó enfadada- te has estado tocando los testículos a dos manos, para que cuando acabo de ducharme estresada por tu culpa, tú no estés listo. Te mato, te juro que te mato. Tira a peinarte el tupé- que a gusto me he quedado, no os lo podéis ni imaginar.

- Voy, joder que mal rollo que das- me dice asustado mientras sale disparado a peinarse.

Puede que me haya pasado, pero poneros en mi lugar, 15, 15 malditos minutos he tardado en ducharme con el pelo, y el pesado este ha tardado 10 minutos en ducharse. Pues en esos 5 minutos ha estado dándome por saco, y metiéndome prisa, para que cuando salga no esté listo. Es que es para matarlo.

- Ya estoy- dice una vez está a mi lado.

- Qué velocidad Saúl, me sorprendes, ni tres minutos has tardado.

Lo que callamos -Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora