Luna Roja [+18] [Sangre & Acero I]

04 || Chocolate, rosas y... ¿fresas?

⚜️

|Leo Blackhawk|

«Toc, toc» escuché y, después de eso, la voz de mi nana.

—Mi niño, ¿puedo pasar?

—Sí, nana, pasa —Respondí. Al sentirla entrar despegué la mirada de los documentos frente a mí.

—¿Estás ocupado? No quisiera interrumpirte mientras trabajas.

—Solo reviso algunas cosas, así que no te preocupes. ¿Necesitas algo?

—Yo... necesito irme hoy mismo a Montecarlo.

—¿Sucedió algo? —Me puse en pie por su repentina solicitud.

—Buth... él... fue herido por un vampiro.

—¿Qué? Eso no es posible.

—Sé que todos ellos se fueron del continente, también sé que has aniquilado a los roguers que han estado apareciendo pero... Buth fue herido por uno de ellos. Y eso no es lo único.

Fruncí el ceño al verla tan nerviosa y... temerosa, así que acorte la distancia entre nosotros y sostuve sus manos con delicadeza.

—Nana, sea lo que sea, dímelo. Me ocuparé de inmediato.

—El vampiro que lo atacó... Buth dice que pertenecía al clan de los Osborne.

—No... eso no debería ser posible.

—Fue lo mismo que le dije cuando me llamó, pero Leo, no está mintiendo. Su voz... él estaba asustado. Sabes lo mucho que sufrió por causa de ellos en la guerra fría.

Lo sabía. Los malditos Osborne habían asesinado a su esposa frente a él y lo mismo hubieran hecho con su hija recién nacida si yo no hubiese llegado a tiempo.

La única razón por la que estaba vivo era porque su esposa no era su pareja destinada.

—¡Maldita sea! —Gruñí con rabia—. Esos malditos... ¿cómo mierda están vivos?

—No lo sé, pero debes tranquilizarte. Enojarte ahora no servirá de mucho.

—Sí, tienes razón —Suspiré con rudeza—. Comunícale a Mike sobre nuestra ida a Montecarlo.

—Mi niño, hace muchos años que no visitas Montecarlo.

—Lo sé, nana, pero esto amerita mi presencia, así que dile también a Mike que agilice todo rápido y que organice un equipo con gammas para partir en una hora. En cuanto a Mia, le pediré a Taylor que la cuide por ti.

—Está bien.

—También dile a Ryan que se aliste. Vendrá con nosotros —Deposité un casto beso en su frente—. Todo estará bien. Tus hijos y tu nieta estarán bien, lo prometo.

—Lo sé, porque un Blackhawk jamás rompe su promesa.

Partimos a Montecarlo tan rápido como pudimos y en ningún momento dejé de pensar en los malditos Osborne.

¿Cuántos de ellos estaban con vida?

¿Quiénes precisamente lo estaban?

Y más importante, me pregunté por qué malditamente no sabía sobre ello.

—Los del consejo encubrieron esto —Murmuró Mike a mi lado—. No es posible que un Osborne haya sobrevivido por dieciocho años si se suponía que los habíamos exterminados a todos.