19 || Sueños

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⚜️

|Rassel Leonhart|

Mientras caminaba por el sendero que se adentraba en el bosque, una suave brisa acariciaba mi rostro; elevé la mirada, observando los altos árboles que extendían sus ramas hacia el cielo y sus hojas susurraban una melodía que parecía invitarme a entrar a lo más profundo de el.

El aroma a tierra húmeda y a madera recién cortada llenaba mis sentidos, despertando una sensación de tranquilidad que parecía envolverme por completo pero, al llegar a un pequeño lago, logré vislumbrar la verdadera apariencia que tenía en ese momento: era una niña.

Miré curiosa mi rostro, mis manos, mi pequeño cuerpo cubierto por un vestido, medias blancas y pequeñas zapatillas de color negro, llevaba también, una cinta roja en mi cabeza sosteniendo delicadamente mi cabello.

Aquella apariencia era la misma que tenía la última vez que los vi...

A mi padre... y a aquel lobo blanco de ojos esmeraldas.

«Otra vez estaba soñando» pensé, alejándome del lago y empezando a recorrer una vez el bosque.

Mis dedos recorrían con delicadeza la corteza rugosa de los troncos, sintiendo las texturas cambiantes a medida que avanzaba, desde la suavidad de los jóvenes arces hasta la aspereza de los añejos robles. Bajo mis pies, el suelo estaba cubierto por una alfombra de hojas secas y musgo, amortiguando el sonido de mis pasos y haciéndome sentir como si caminara sobre un tapiz natural.

Fue entonces cuando aquel extraño susurro desapareció y, así mismo, el silencio se volvió ensordecedor, el cual se rompió por el canto de los pájaros y el ocasional crujir de las ramas.

Me detuve un momento, cerrando los ojos y concentrándome en los sonidos que me rodeaban, dejándome envolver por la serenidad de aquel lugar. En ese instante, tuve la sensación de que el bosque me acogía, como si fuera un viejo amigo que me diera la bienvenida a su hogar.

Y, cuando creí que esto solo era sueño alejado de mi realidad... escuché una voz.

—Recuerda... —Voltee rápidamente hacia el lugar de donde provenía aquella voz, y ahí estaba él, mi padre, cuyo rostro todavía no podía reconocer—: Recuerdanos y solo entonces sabremos cuándo regresar por ti.

El aullido de un lobo me hizo estremecer pero por alguna razón no tenía miedo, sino que me sentía a la expectativa, queriendo ver a aquel lobo blanco. Y al girarme lo encontré muy, muy cerca de mí.

El color de sus ojos era precioso, parecían dos esmeraldas y, noté en ellos, un profundo apego hacia mí... vi amor.

Extendí mi mano para tocarlo, queriendo sentir su hermoso pelaje pero, sin esperarlo, gruñó mostrando sus dientes. Algo empezó a sentirse realmente mal. Fue entonces cuando vi el bosque incendiarse, grandes llamaradas cubrían todo el lugar y yo me hallaba en el centro de aquel desastre.

El lobo blanco había desaparecido, mi padre igual, y en su lugar, un lobo negro de ojos verdes se hallaba. Aquel ser de ojos tan bonitos se alzó entre las llamas, pasando a través de ellas hasta llegar a mí.

Era enorme, al menos un poco más grande que Hunter considerando que solo lo había visto una vez cuando nos emboscaron. ¿Realmente existía algo más grande que Leo y Hunter?

Antes de siquiera pensar en una respuesta, el lobo se inclinó ante mí, mirándome, como si pudiera ver a través de mí...

«Hera...» susurró mi mente.

Luna Roja [+18] [Sangre & Acero I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora