18 || Desorientado

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⚜️

|Leo Blackhawk|

La mujer era hermosa, eso no podía negarlo. Tenía una presencia magnética, era esbelta y sus ojos no se apartaban de mí; desde mi punto de vista, no parecía ser una humana ordinaria pero, al no sentir nada extraño provenir de ella, simplemente lo dejé estar y la ignore.

Después de haber encontrado a Rassel, las demás mujeres que mostraban interés en mí me resultaban molestas al grado de hacerme sentir incómodo, por lo que ignorarla no fue difícil.

Seguí bebiendo y disfrutando de la música, y después de varias horas, realmente no creí que algo sucedería considerando que mi paranoia anterior me hacía estar alerta. Grave error.

Empecé a sentirme un poco mareado y, al igual que yo, Mike y Ryan también empezaron a sentirse extraños. Hasta ahora nadie se había acercado a nosotros, nuestras bebidas las inspeccionaban mis hombres de seguridad antes de siquiera poder tocarla, así que descartamos cualquier "ataque" en contra y asumimos que solo habíamos bebido demasiado.

En algún punto de la noche, o madrugada, varias mujeres se habían acercado a nosotros. Unas conversaban con Mike, otras con Ryan, nada comprometedor. Luego ella se acercó también.

—Hola, ¿puedo hacerte compañía? —Preguntó sonriendo—. Veo que te han dejado sin tus amigos.

Voltee a mirarlos y, en efecto, ellos estaban distraídos en sus respectivas conversaciones como para prestarme atención, así que volví a mirar a la mujer y le permití sentarse a mi lado.

Ella mantuvo su distancia en todo momento, pidió varias bebidas y, ciertamente, no era tan desagradable como pensé en un principio que sería.

—No quiero sonar atrevida o algo por el estilo pero, ¿me dirías tu nombre? —Sonrió—. Llevo algunos minutos aquí contigo y es extraño seguir refiriéndome a ti como «señor» a secas.

—Leo —Respondí con simpleza.

—¿Leo, Leo? ¿O Leo de «Leonard», «Leonel»...?

—Solo Leo —Reí—. Ese es mi nombre.

—Vaya, qué peculiar —Bebió un sorbo de su bebida—. Yo soy Sonia. Mucho gusto, señor Leo.

Volví a reír, y aquello se lo atribuí a la cantidad de alcohol que había en mi cuerpo. Sinceramente, beber vodka no era lo mío, pero aun así me gustaba beberlo.

La pelinegra siguió hablando sin parar sobre varias trivialidades; yo, por otro lado, aporté algunas frases y monosílabos. Poco a poco empecé a perder la noción del tiempo y, después de varios tragos más... nada.

Desperté en una habitación de hotel, solo y completamente desnudo.

Pánico. Eso fue lo que me embargó cuando, poco a poco, varias escenas empezaron a aparecer en mi mente sobre lo que pudo haber ocurrido antes de terminar aquí.

«—¿Te sientes bien? —Preguntó la pelinegra—. ¿Necesitas agua? Te ves un poco mareado.

—Estoy bien —Respondí, para luego buscar con la mirada a Mike y Ryan—. ¿Dónde están?

—Oh, ellos acaban de ir a la pista de baile —Me señaló el lugar por donde se habían ido y, en la lejanía, comprobé que estaban bailando con las chicas que anteriormente le hacían compañía—. ¿De verdad estás bien?

Su tono preocupado me sorprendió; parecía genuino, así que al final admití que no me sentía bien.

—¿Te gustaría salir a tomar aire? Será solo un momento, eso puede hacerte sentir mejor.

Luna Roja [+18] [Sangre & Acero I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora