16 || Carliste Pendragon

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⚜️

|Leo Blackhawk|

—La niña... ella no debió nacer —Murmuró con lamento.

—Pero lo hizo; tu hermana la trajo al mundo sin importar lo que eso podría significar.

—No sabemos si sigue con vida.

—Lo está —Aseguré—. De la misma forma en que los malditos Osborne siguen con vida.

—No, eso... —Trago grueso al ver mi expresión. Debía tener muchos huevos para negar aquello en mi cara—: Yo... lo lamento, alfa.

—No necesito tus míseras disculpas; quiero información, y la quiero ahora.

—Los Osborne fueron sentenciados a muerte después de los hechos ocurridos en la guerra fría, pero la Tríada escapó. No pudimos hallarlos en el continente, por lo que asumimos que se habían exiliado justo como los demás. No creí... que realmente seguirían con vida.

—Eso no es lo peor —Reí sin gracia—. Los malditos están aquí en el continente, en Mónaco.

—Es imposible.

—No lo es, Carliste. Están vivos, quieren venganza y para tenerla, necesitan encontrar a la abominación. Necesitan a tu sobrina, cuya sangre tiene el poder para derrocar a cualquier imperio.

Ante mis palabras, negó varias veces con la cabeza, luciendo totalmente confundido.

—Solo nosotros sabíamos de ella, nadie más.

—¿Nadie más, dices? —Golpee la superficie del escritorio con fuerza—. ¡Los malditos Osborne saben de ella, de su existencia, y la quieren consigo! ¿Qué parte de todo lo que he dicho no has entendido?

—Es que eso solo podría significar que alguno de nosotros divulgó esa información. O, en su defecto, que los Osborne lo hayan sabido desde mucho antes. Ambas opciones son impensables.

—La primera opción, tal vez. Vlad y sus lamebotas no te traicionarían, y los lobos del consejo son tan orgullosos y leales como para divulgar la existencia de una híbrida. Eso nos deja la segunda opción.

—Esa opción es incluso más impensable que la primera; su alteza real, Frederick Leonhart, no habría dejado rastro alguno de su hija. Además, ellos fueron exiliados.

—Pero antes de aquel suceso, tenían meses de haberse casado. Tuvieron mucho tiempo para esconder el embarazo de tu hermana y ocultar a la niña. 

El rubio se mostró pensativo. Parecía estar analizando toda la información, y sobre todo, entendiendo finalmente el motivo de mi presencia allí.

—¿Usted la encontró, no es así? —Me tense, mas no respondí—. Dioses, sí lo hizo —Se puso en pie—. Debe matarla.

—No haré tal cosa —Rugí, levantándome también del asiento—. Ella me pertenece.

—No... eso no puede ser. La luna universal... ella no... —Se llevo ambas manos hacia la cabeza, luciendo aterrorizado—: ¿Es consciente del peligro que ella representa? Es un arma letal, y si los Osborne la obtienen...

—Para ello tendrán que pasar primero por encima de mí, y eso no es fácil de lograr. Además, Rassel es mi mate, mi luna, por lo que voy a protegerla sin importar el costo que deba pagar por ello.

—Rassel... ¿ese es su nombre? —Asentí y, poco a poco, sus ojos se cristalizaron por las lágrimas—. Mi hermana una vez me dijo que si llegaba a tener una hija, la nombraría «Rassel Marie».

Luna Roja [+18] [Sangre & Acero I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora