Un corazón furioso,
Una orden impuesta,
Un reino famoso,
Una linda princesa.~~~^§§§^~~~
Cada día su amor crecía más y poco a poco la pasión subía de tono, mientras la edad avanzaba y las hormonas se disparaban, los besos dejaban de ser suficiente para los jóvenes.
Ambos se convirtieron en adultos más pronto de lo esperado y las noches que pasaban juntos aumentaron con su edad, tan hechizados se encontraban en su burbuja de amor que no notaron como ciertos aspectos cambiaban en sus vidas.
Erick se encontraba cabalgando un poco mientras sorprendentemente su padre se le unía, hace ya un tiempo que lo miraba más como un rey que como un padre.
— Erick...necesitamos hablar sobre algo importante —Habló con voz firme el monarca, intentando en cierta forma controlar al príncipe con esta acción.
— Su majestad, ¿Qué podría ser tan importante para ser digno de su preciado tiempo? —Sonrió sarcástico el príncipe, aún sin girarse para evitar que su padre viera el gesto.
— Tienes razón, pero no tendría que malgastar mi tiempo si tan solo tú sentaras cabeza con una de las tantas opciones que se te presentan —Sin que Erick lo note, el rey había cabalgado hasta llegar a su lado.
— Mi decisión sigue siendo la misma que antes, no estoy interesado en ninguna princesa —Habló sin mirarlo— Y preferiría que hagas lo que has hecho hasta hoy y no te involucres en mi vida.
— Ten cuidado de como me hablas niño, si me apetece puedo encerrarte en el calabozo por faltarle el respeto a tú rey —Gruñó mirándolo.
Erick había perdido el respeto hacia su padre y mucho más hacia su rey una vez que había crecido y descubierto la clase de actividades que este practicaba. Cuando lo descubrió, su alma se lleno de ira y furia y de no ser porque su madre lo calmó, con su suave tacto y su dulce voz, quizá habría sido desterrado por intento de asesinato al rey.
Mucho más ahora que antes Erick no entendía como su madre soportaba todo aquello, como podía permitir que el idiota de su padre le falte así el respeto, a ella y al reino entero.— Oh pido disculpas entonces su majestad, por haber herido su desmesurado ego con mis improvisadas palabras —Susurró comenzando a cabalgar, tratando de alejarse lo más pronto, antes de comer una locura.
El rey apretó la mandíbula con fuerza pero cabalgó a su lado, pues le gustara o no, Erick era su único heredero.
— Suficiente, no tengo tiempo para lidiar con tus caprichos y berrinches —Lo miró, tomando las riendas de su caballo para detenerlo— En una semana llegará la princesa Artemisa, de nuestro reino vecino, te informo que la desposarás en cuanto los preparativos estén terminados.
— Lamento decepcionarlo mi rey —Mencionó con desprecio las últimas palabras— Pero no desposaré a nadie, sin embargo, agradezco la preocupación.
— Escúchame bien principito —Habló furioso el rey y con algo de sarcasmo, tomando con fuerza el mentón de su hijo— Estás en tus veintidós años y no voy a permitir que continúes jugando a la soltería —Bramó soltando su agarre con brusquedad— Tienes suerte que una princesa como ella este interesada en alguien como tú, debiste casarte hace años y lo dejé pasar, pero hasta aquí llegó mi paciencia mocoso.
— No lo haré padre —Escupió la última palabra con desprecio, apretando con fuerza las riendas de su caballo para evitar poner sus manos en el cuello del rey— Puedes tragarte ese compromiso y dejarme en paz.
En medio del silencio resonó la cachetada que el rey le había regalado al príncipe, tal fue el impacto que el joven casi se cae de su caballo.
— Espero verte arreglado y con una sonrisa en una semana, te casarás, ¡Es una orden de tu rey! —Gritó mirándolo con furia— Y como se te ocurra desobedecerla mocoso insolente, el destierro y la tortura serán tu castigo.
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¿Una fugaz eternidad? [Yaoi/Gay]
RomanceEn aquella época tan remota, cuando la Tierra era joven y la población escasa, dos almas se encontraron, destinadas a amarse, ambas de mundos tan diferentes, porque aún en aquella era, la división social prevalecía, un latente recuerdo de que su amo...