Sus días cambian,
Tan solo un poco,
Su amor resiste,
Ante todo.~~~^§§§^~~~
Una vez que se calmaron, el sol había comenzado a ocultarse, tal parece que habían tardado casi medio día en descargar todo el pasado, como en los viejos tiempos decidieron recostarse en el pasto, disfrutando de la compañía del otro.
En medio del silencio, la luna se irguió brillante en el oscuro cielo y las estrellas comenzaron a danzar a su alrededor.— Nuestra estrella mi amor —Susurró Sebastián, acomodándose mejor en los brazos de Erick— Sigue siendo tan brillante como en aquellos días.
— Lo sé —Muerte suspiró mirando el astro, tantas veces soñó con esos momentos y tantas veces se convenció que jamás pasarían, que ahora temía sea solo un sueño más— Pero...nuestra estrella siempre es más brillante cuando la veo a tu lado, en realidad, toda mi vida es más hermosa si te tengo junto a mi.
El demonio rió sutilmente, suspirando en medio, ahora recordaba las bellas palabras que su príncipe siempre le decía y no podía estar más agradecido con los dioses por permitirle escucharlas el resto de su eterna existencia.
— Te amo, Erick, incluso si no me hubieras devuelto los recuerdos, mi corazón y mi alma siempre regresarían a ti —Lo abrazó con fuerza y con cuidado tomó su mano y la colocó en su vientre— Y aunque ya no esté con nosotros, también te amó y sabe que no pudo desear mejor padre que tú para protegerlo.
A sus dulces palabras, se les sumó un tierno beso en la frente, Muerte había necesitado tanto escuchar eso, de algún modo sentía que quizá no fue su culpa en verdad.
Y después de tanto tiempo se sentía listo.
Se sentía verdaderamente listo para perdonarse a si mismo por no cumplir su promesa.
Después de todo, siempre amó a su familia y en el fondo sabía que hizo todo lo posible por cuidarlos.
Ya era tiempo de permitirse ser feliz otra vez, sin rencores ni remordimientos.— Gracias —Habló el hombre, con una sonrisa sincera y llena de amor— Vamos a casa mi amor, nos guste o no, el Infierno es nuestro hogar ahora —Besó la mejilla de Sebastián. Y con una divertida sonrisa decidió molestarlo un poco— Y no es para menos, dudo que puedan soportar a un demonio como tú en otro lugar.
Sebastián lo miró haciéndose el ofendido, entreabrió la boca y entrecerró los ojos, con una postura orgullosa se puso de pie mirándolo con fingido enojo.
Casi parecía que jamás pasaron por el momento tan doloroso de hace unas cuantas horas, ahora ambos se sentían bien y llenos de paz y felicidad.— Pues a ver si encuentras a alguien que te soporte a ti, que tampoco eres ningún ángel —Sonrió con suficiencia y con gracia giró sobre sus talones.
— Oh mi amor, te mostraré todo lo que tienes que soportar si así lo quieres —Susurró Erick, mirando al menor con diversión y un poco de perversión.
En un rápido movimiento, Muerte se lanzó hacia el demonio, haciéndolos rodar a ambos por la colina, el hombre se encargó de terminar sobre Sebastián, mirándolo con una sonrisa depredadora.
El chico lo miró expectante, mordiendo su labio inferior en el proceso y pasando juguetonamente las yemas de sus dedos por la espalda de Erick.— ¿Qué esperas para mostrarme cariño? —Susurró en el oído contrario, provocando que el mayor se estremeciera y que su mirada se oscureciera por completo.
— Primero te llevaré a mi habitación, no quiero que nadie tenga el placer de escucharte gritar mi nombre —Habló con lentitud, Muerte podía ser muy amable y tranquilo, pero si despertaban a la bestia, alguien no podría caminar por días— Y créeme, tengo planeado hacerte gritar toda la noche.
ESTÁS LEYENDO
¿Una fugaz eternidad? [Yaoi/Gay]
RomansaEn aquella época tan remota, cuando la Tierra era joven y la población escasa, dos almas se encontraron, destinadas a amarse, ambas de mundos tan diferentes, porque aún en aquella era, la división social prevalecía, un latente recuerdo de que su amo...