El día llega,
La maldición nace,
Dolor entrega,
Y angustia esparce.~~~^§§§^~~~
Muy temprano a la mañana siguiente, Hades partió directo al Olimpo, dejando a Sebastián y Muerte a cargo del Infierno y de su hijo.
Muerte decidió terminar de inmediato con un poco de trabajo pendiente, pasó casi media mañana en la oficina y acabó todo.
Sebastián había alimentado a Daemian en la mañana y lo había dejado dormir un poco, sonreía mirándolo descansar, perdiéndose en su inmensa imaginación, preguntándose si tal vez, muy en el fondo, deseaba tener hijos.Mientras tanto en el Cielo, todos los dioses se reunieron, juntos se dirigieron al Oráculo de Delfos, dentro del lugar la Pitonisa los esperaba con rostro sereno e impasible.
— Bienvenidos dioses —Enunció la sacerdotisa haciendo una ligera reverencia— El Oráculo los ha convocado este día, para dar a conocer su más reciente profecía —Habló con calma y elegancia, mientras caminaba un poco más profundo hasta un pequeño pedestal, subió en el y cerró los ojos, dejando que el gran Oráculo tome posesión de su cuerpo para comenzar a manifestarse*— El mundo está avanzando y con ello crece su independencia —Declaró de pronto una gutural voz— Con esta profecía, se decidirá el rumbo que la humanidad tomará, bajo el mando del Olimpo o del Infierno —La Pitonisa, que se encontraba poseída por el Oráculo, abrió sus ojos, que ahora eran negros en la totalidad del globo ocular, dirigiendo su vista a Zeus y Hades— Hace un tiempo, un acto se consumó y fruto de aquello dos almas se han creado, ambas han nacido ayer y en cuanto dieron su primera respiración, su destino se selló —La voz sonó calmada y ahora miraba a Atenea y Poseidón— Una alma batallará a favor del Olimpo, siendo hijo de dos dioses fuertes —Luego paseó su mirada, hasta dejarla en Hades— La otra alma batallará a favor del Infierno —Antes de culminar con dicha presentación como la anterior, el Oráculo notó el ruego en los ojos de Hades y luego de un breve vistazo a Zeus decidió ayudar un poco al rey del Inframundo— Siendo hijo de un poderoso dios también —Todos los ojos estaban en Hades, de seguro su guerrero también era hijo de uno de los grandes— Cuando se encuentren en el apogeo de su edad, las dos almas combatirán, para decidir el futuro que se juega —De pronto sus ojos se hicieron más brillantes y la parte más importante de la profecía se enunció— Sus hijos están destinados a amarse y complementarse, así como también lo están a destruirse sin piedad, por ello, ninguno podrá conocer sobre esta profecía o sobre la identidad de su rival hasta que el gran día llegue.
La Pitonisa se dejó caer con gracia una vez el Oráculo terminó de hablar, los dioses no hicieron preguntas, pues todo había quedado muy claro, además el asunto involucraba con mayor intensidad solo a los principales.
El lugar comenzó a despejarse, dejando únicamente a Atenea, Poseidón, Hades y Zeus.
La primera pareja habló un poco con la Pitonisa en privado y una vez saldaron sus dudas, se retiraron también.— ¿Alguna idea de quién será tu guerrero hermanito? —Habló Zeus con la voz aparentemente calmada, pero con pequeños matices de sarcasmo.
El dios había esperado a estar a solas para abordar el tema que tanto lo intrigaba y lo usaría para molestar un poco al menor.
— Si, lo tengo y no es de tu incumbencia —Contestó Hades con frialdad mientras lo dejaba solo para charlar con la Pitonisa.
Una vez terminó dicha conversación, salió del lugar, volviéndose a encontrar con Zeus fuera.
— Un pequeño consejo, no te encariñes con tu protegido, yo lo voy a vencer —Sonrió el dios, sujetando el brazo del menor con cuidado, aún en ocasiones así trataba de ser lo más delicado con Hades.
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¿Una fugaz eternidad? [Yaoi/Gay]
RomanceEn aquella época tan remota, cuando la Tierra era joven y la población escasa, dos almas se encontraron, destinadas a amarse, ambas de mundos tan diferentes, porque aún en aquella era, la división social prevalecía, un latente recuerdo de que su amo...