* Extra sobre como comenzaron a trabajar juntos Muerte y Alex, se desarrolla en el tiempo en que Muerte no estaba con Sebastián.
Una difícil tarea,
Se encomienda ya,
Al pequeño demonio,
Que la va a aceptar.~~~^§§§^~~~
Muerte había sido llamado a la oficina de Hades, caminaba con pereza y, como siempre, de mal humor.
Meses habían pasado desde la última vez que vió a Sebastián a la distancia, el demonio sabía evitarlo muy bien y eso no lo ponía de buen humor.
Él mismo había decidido poner esa distancia con todo el mundo gracias a su actitud, pero el no poder mirarlo, únicamente para comprobar que se encontraba bien, era una tortura que, aunque odiaba admitirlo, él se la había buscado.Entró al lugar sin tocar la puerta, tan poco le importaba lo que suceda a su alrededor que no se percató de los gritos provenientes de esa habitación.
— ¡No! Escúchame Hades, tú podrás ser el jefe aquí, pero no voy a permitir que Alex, que MI pequeño Alex trabaje con él —Gritó un hombre, de piel pálida, cabello azulado, que casi podía confundirse con negro y de ojos turquesa, todo en él gritaba "mar" y no era para menos, era el tan afamado Leviathan, alguien a quien Muerte conocía muy bien, no precisamente por buenas razones.
— ¿Puedes callarte pescadito? —Gruñó Muerte, ninguno de los dos podía soportarse, ¿la razón? Ambos sabían cosas del otro, no cosas buenas para ser exactos— Tus gritos infantiles me dan dolor de cabeza.
— Cierra la boca caperucita negra —Contraatacó el demonio de alto rango— Esta es la precisa razón por la que no lo quiero cerca de Alex —Contestó enojado, mirando al dios frente a si— Él puede hacer solo su trabajo, después de todo tiene mucho tiempo libre —Leviathan sonrió malicioso, sus palabras con doble significado atacando a Muerte.
— Es una túnica idiota —Respondió Erick, ignorando sus últimas palabras— Mejor ve a nadar y déjanos a las verdaderas deidades arreglar nuestros asuntos, quizá en tu paseo encuentres a alguien más a quien convertir en demonio —Susurró la última frase, con el sarcasmo cubriendo por completo la oración.
Antes de que las palabras se convirtieran en golpes, Hades intervino en la pequeña discusión.
— No me importa lo que ninguno de ustedes piense, Muerte te asignaré un compañero, te ayudará en tu trabajo, su nombre es Alex, un demonio de clase baja —Habló el dios y cortó al menor cuando supo que iba a responder— Sabes que si necesitas un compañero, las guerras de este tiempo te dejan demasiado trabajo. Y tú, Leviathan, no te estoy ordenando esto a ti, se lo estoy pidiendo a Alex, así que no quiero escuchar otro maldito comentario de ninguno de los dos, ¿entendido?
Ambos hombres asistieron sin ganas, hacer enojar a su jefe no era la mejor idea.
Su rivalidad podía rozar lo ridículo, mucho más por la manera en que comenzó.
Todo sucedió por un pequeño choque entre ambos, en el peor de los días.Muerte estaba de un humor terrible, en aquella época solía visitar a Sebastián, cuando este aún reencarnaba, pero esa semana el trabajo se duplicó debido a que una epidemia se estaba extendiendo, así que no había ido en lo que él consideraba un muy largo tiempo.
Por otro lado, Leviathan tenía a un pequeño joven rondando su mente desde hace tiempo, el chico vivía en un pueblo a las orillas del mar, el demonio siempre rondaba por ahí en su forma mítica, una serpiente marina enorme y horrenda, la pesadilla de cualquier pescador. El chico al que observaba era encantador y muy tierno, una tarde había salido a pescar y había visto al demonio, como era de esperarse, salió del lugar lo más rápido posible totalmente asustado. Aunque en el fondo Leviathan sabía que su reacción era normal, no podía evitar sentirse rechazado, así que había empezado a desquitar su malestar con quien se cruzara en su camino.
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¿Una fugaz eternidad? [Yaoi/Gay]
RomanceEn aquella época tan remota, cuando la Tierra era joven y la población escasa, dos almas se encontraron, destinadas a amarse, ambas de mundos tan diferentes, porque aún en aquella era, la división social prevalecía, un latente recuerdo de que su amo...