Una mala noticia,
Se esparce con temor,
Y la suave brisa,
Lleva consigo el dolor.~~~^§§§^~~~
Mientras el tiempo transcurría el vientre de Sebastián crecía también, los días eran llenos de felicidad y emoción para la pareja que vivía en su pequeño paraíso.
Cada noche, sin falta, Erick hablaba con el vientre del menor, susurrando palabras dulces y llenas de amor, repartiendo besos por todas partes, últimamente habían sentido algunos movimientos casi imperceptibles si no prestabas la atención necesaria.
Mientras que Sebastián, que a veces despertaba en la madrugada por la incomodidad y algo de dolor, cantaba en un susurro acariciando su vientre, logrando así sentirse de a poco más aliviado y relajado.Bernardo se había vuelto prácticamente un miembro más de aquella familia, los visitaba constantemente revisando que todo fuera bien con el que habían confirmado al cien por ciento era un embarazo.
La reina, por otro lado, no los había vuelto a visitar, su malestar había empeorado considerablemente, ahora a penas podía caminar un poco por el castillo y siempre con la compañía de Héctor, el guardia y jefe de seguridad.
Sin darse cuenta, y antes de lo previsto, Olivia empezaba a corresponder a los sentimientos del hombre, quien aceptaba encantado las pequeñas muestras de afecto que la reina le ofrecía de vez en cuando, sin embargo, él, más que nadie, había podido notar como la vitalidad de la mujer se esfumaba de a poco, siempre se sentía cansada y con fuertes dolores de cabeza, por esto y a petición del guardia, Bernardo la había examinado, superficialmente no encontraba nada fuera de lugar, pero nadie conocía lo que podía estar pasando en el interior del delicado organismo de Olivia.Una mañana soleada alcanzó las ventanas del castillo y la reina despertaba de su cómodo sueño a causa de unas suaves caricias en su cabello.
— Buenos días mi reina, es hora de su desayuno —Sonrió Héctor, dejando un beso en su revuelta cabellera.
— Buenos días Héctor —Sonrió encantada y se puso de pie inmediatamente, más un terrible mareo y una fuerte punzada en su cabeza la detuvieron, ocasionando que casi cayera al suelo de no ser por los brazos del guardia que la sostuvieron— Gracias...solo fue un mareo, tranquilo, ya pasó —Susurró aún algo afectada.
— Olivia, yo...enserio lo siento —Suspiró el hombre, frustrado consigo mismo, deseaba poder hacer algo, deseaba ayudarla o de ser posible tomar su lugar y así evitar que ella sufriera— Me siento tan inútil, no puedo hacer nada por usted —Susurró con la mirada baja.
— Oh Héctor —Sonrió la reina acariciando su mejilla, obligándolo a mirarla con aquel gesto— Has hecho tanto por mi en este tiempo, no tienes idea de la felicidad que has traído a mi vida, es la primera vez que he podido disfrutar del amor de un hombre, de un verdadero hombre, cariñoso, dulce, tierno y muy respetuoso y comprensivo —Besó castamente sus labios, para luego alejarse un poco, con un pequeño sonrojo en sus mejillas.
Olivia no podía evitarlo, jamás se sintió tan encantada hasta que comenzó a hablar y conocer a aquel guardia, su esposo nunca fue un hombre digno de ser llamado bueno, no podía cumplir con el papel de padre e incluso podía cuestionar su labor como rey, sin embargo, aquella actitud de su parte nunca le había dolido a la mujer, pues tampoco lo amaba, ni si quiera lo conoció hasta el día en que se casaron, lo único que podía agradecerle a ese hombre era el haberle dado un hijo como Erick, quien siempre fue y será la luz de sus ojos. Ahora, con Héctor a su lado, al fin podía sentir el gozo de ser amada.
Héctor, en cambio, siempre admiró a Olivia, cuando ella y el rey se casaron él apenas empezaba como guardia en el castillo y una vez el príncipe nació pasó a ser uno de los guardias de este, pero el rey prohibió que la servidumbre hable o se relacione con su hijo más de lo necesario, no obstante, cuando nadie observaba, y era él el único guardia de turno en la habitación del niño, jugaba un poco con él, pues podía notar la tristeza y soledad que el pequeño emanaba, le enseñó arquería, la única de las tantas disciplinas que Erick estudió, que el hombre conocía, tiempo después lo promovieron a jefe de seguridad y él decidió autonombrarse como guardia principal de la reina, pudiendo al fin estar más cerca de ella.
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¿Una fugaz eternidad? [Yaoi/Gay]
RomanceEn aquella época tan remota, cuando la Tierra era joven y la población escasa, dos almas se encontraron, destinadas a amarse, ambas de mundos tan diferentes, porque aún en aquella era, la división social prevalecía, un latente recuerdo de que su amo...