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Viernes, último día de clases, llegué de la escuela. Saludé a mi mamá quien preparaba la comida.

—Hola— Dije besando su mejilla.

—Hola mija. Te tengo una sorpresa— Sonrió mientras preparaba enchiladas.

—No me digas que...— Dije emocionada.

—Si—

—¡Compraste los boletos para ir a Miami!— Grité, dando pequeños saltos.

—No, mejor aún— Dijo poniendo sus manos en mis hombros.

En ese instante pensé, ya me reservó el mejor hotel y nos iríamos mañana.

—¡Dime!— Sonreí exageradamente.

—¡Irás de campamento!— Gritó emocionada.

Mi sonrisa, ¿la recuerdan? la de hace unos momentos; se fue cuando mi mamá mencionó "irás" y "campamento".

—¿Cómo?— Mencione confundida.

—Eso, en vez de ir a esas aburridas vacaciones con Ava en Miami, irás a un campamento a que hagas amigos y aprendas cosas nuevas.—

—Eres tan graciosa, mamá— Solté una carcajada. —¿Donde están los boletos?— Dije seria.

—Te lo digo en serio, tú irás a un campamento—

—Claro, lo que digas.— Sonreí. Dando por terminada la conversación.

Fui a mi habitación.

Sabía que no podia hablar en serio. Junto a mi mejor amiga, Ava, planeamos este viaje todo el último semestre de secundaria. Pero el no tener boleto no me impedía ir.

Solo crucé la calle y ya me encontraba en la casa de mi mejor amiga, quien también es mi vecina.

Toqué solo una vez el timbre y ella abrió la puerta.

—¡Maddie! ¿Preparada para viajar mañana?— preguntó emocionada.

—Sobre eso— Hice una pausa. —¿Recuerdas que mi mamá si me había dado permiso, solo con la condición de que fuera ella y también tu mamá?— Asintió. —Bueno, pues después no me negó el permiso, pero aún no a comprado mi boleto—

—Amiga, tal vez en la tarde lo comprará— Dijo despreocupada.

—No lo sé, dijo que me mandaría a un campamento—

—¡¿Qué?! No te preocupes, tenemos mucho planeando esto, yo compraré el boleto, tú solo empaca para mañana. Yo se lo que hago.— Dicho esto cerró la puerta.

Ava a sido mi mejor amiga hace 9 años, desde que entramos a la primaria; siempre a sido mi vecina, pero nunca le había hablado, hasta que ingresamos a la escuela.

Mañana nos iríamos a Miami.

Se preguntarán, ¿que hice toda la tarde? Empaqué, empaqué y ¡empaqué!. En la noche acomodé todo para despertar mañana e irnos.

***

Desperté por los rayos del sol, ¡Me iría a Miami!. Me vestí con algo cómodo y bajé mis maletas. Mis padres me miraron mal.

—¿A donde vas?— Preguntó mi mamá con sus manos en la cintura.

—¿Como que a donde? ¡A Miami duh! Y recuerda que tú vas con nosotras, ¿y tus maletas?— Pregunté confundida.

—¿Pensaste que lo del campamento es broma?— Preguntó mi padre.

—Si, por que lo es, ¿no?— Dije esperando su respuesta.

—No lo es, así que sube y desempaca esas maletas, y lleva lo necesario para un campamento. No estaba bromeando—

—¿Pasar mis vacaciones en un campamento? Escuchen, me gradué de mi escuela con el promedio más alto, ¿en serio me quieren mandar a un campamento?—

—Si, vas a ir. Porque somos tus papás, las autoridades aquí, aún eres menor de edad, cuando tengas 18 años harás tus propias reglas, ¡así que empaca para el campamento!— Dijo mi mamá enojada.

Solo giré y comencé a subir las escaleras, no podía hacer nada, son mis padres tengo que obedecerlos, en 3 años podré hacer lo que yo quiera.

Puse en su lugar los traje de baño que llevaba, algunos sombreros, y de más cosas para la playa, y los sustituí por algunos bolígrafos, ropa deportiva y libretas, ¿que se suponía que se llevaba a un campamento?

Tomé mi teléfono y llamé a Ava.

—Aborta misión— Dije decepcionada.

—¿Perdón?—

—El campamento, era cierto— Ava se asomó por su ventana y yo la vi. Con señas me preguntaba si le exigía a mi mamá que me dejara. Yo solo negaba.

—¿Que se supone que haga?—

—Quédate con nuestros boletos, ve con tu familia.—

—Pero este viaje era para nosotras— Escuché como hablaba tristemente.

—Lo sé, pero ya sabes cómo es mi mamá, y si no la obedezco me va mal—

—¡Madison!— Gritó mi mamá.

—¡Ya voy!— Grité. —Amiga me tengo que ir, que disfrutes tu viaje.— Colgué antes de que contestará.

Mi mamá solo me llamó para ayudar con la comida, y después de eso no hice nada, más que lamentar el no haber podido ir a Miami.

***

—¡Se te hace tarde!— Gritó mi papá desde el otro lado de la puerta, haciendo que despertará.

—Si, si— Respondí frustrada.

Eran las 6:30 a.m. Me dí una ducha, me vestí, lavé mis dientes y me peiné. Como el día de ayer tomé mis maletas, y bajé a la sala.

—¿Lista?— Preguntó mi madre, besando mi frente.

—No— Respondí fría.

—No seas amargada, te va gustar— Dijo mi papá emocionado.

—Ustedes están más emocionados que yo, en ese caso vayan ustedes— Recibí un leve golpe de mi mamá, ella siempre intentaba que yo tuviera una buena disciplina, y mi papá, él quería hacer lo mismo, pero yo salía victoriosa siempre.

Subimos al auto, e hicimos 4 horas para llegar al dichoso campamento. Al llegar había muchas personas. Chicos de mi edad, adultos despidiendo a sus hijos, y algunos estaban charlando.

—Bien, adiós— Le di un beso a mi mamá y otro a mi papá, después los abracé. A mi mamá le empezaron a salir lágrimas, a lo que yo la abracé más fuerte y salí del auto.

—Nos vemos en unas semanas— Dijo mi papá.

Ellos se subieron al auto y los vi alejarse mientras nos despedíamos con un movimiento de manos.

Cuando al fin se fueron, me puse los auriculares y prendí mi teléfono, viendo un mensaje reciente de Ava, que decía:

"Ya llegué a Miami con mis papás y mi hermanita, me siento mal por ti:("

Le contesté, y empecé a reproducir música. Lo único que me importaba era estar en Miami, no aquí. Todo era tan aburrido, había papás aún, tal vez cuando se marchen empezarán las absurdas actividades.

❝𝘜𝘯𝘦𝘹𝘱𝘦𝘤𝘵𝘦𝘥 𝘊𝘢𝘮𝘱❞ ┋ ᵃˢʰᵉʳ ᵃⁿᵍᵉˡDonde viven las historias. Descúbrelo ahora