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—Michael es tan lindo. Siempre me regala flores—

Y por siempre, Emily se refería por los pasados dos días. Ya llevaba hablando de él por más de dos horas; si escuchaba una palabra más de Michael, juro que vomitaría. Demasiado Michael me trae mareada.

Mia entró corriendo.

—Tenemos que ir a hacer las actividades, la directora notó que últimamente nos la hemos saltado— Dijo agitada.

Mía es bipolar, aveces nos habla, aveces no,no hay quien la entienda.

—¡Genial! No más Michael por un rato— Brinqué de la cama, Emily me miró mal. —No te ofendas pero ya me tenias cansada, de hecho estaba apunto de aventarte una almohada—

Salí corriendo de ahí para hacer la actividad de hoy. Voleibol. Era mujeres contra mujeres; y los hombres jugaban fútbol entre ellos al otro lado del campus.

—¡Elizabeth pégale al malito balón!— Grité al ver las tiradas que hacía, la instructora la puso en mi equipo y era un saco en ese deporte, pobrecilla.

—¡Elizabeth se le pega con la mano, no con el pie!—

—¡Dios te damos a Elizabeth y devuélvenos a Cameron Boyce!— Todos miramos a Mía riendo y después nos quedamos hablando de esa parte de nuestra infancia que se había ido.

Los del otro equipo lograron anotar un punto, por culpa de Elizabeth.

—¡Elizabeth, te toca sacar!— Habló una chica alta del equipo contrario.

Todos hicimos un 'buh'

—No. Mejor saco yo—

—Si, que saque Madison— Exigió Mia.

—No chicas, es turno de Elizabeth— La instructora interrumpió.

Le pasaron la pelota, ella la miró con miedo. Luego la tiro según ella hacía el equipo contrario, pero la pelota rebotó en la red haciendo que cayera en mi cara.

Caí al suelo, por suerte me sentía bien, solo fue el impacto que casi me deja sin neuronas.

—¿Estas bien Madison?—

—¿Cuantos dedos ves?— Vi una persona mostrarme su mano completa.

—Ah— Parapadee. —¿dos?— Mentí, solo para bromear. Desde un inicio no quería venir aquí, así que por lo menos tenía que ser un poco ¿mala?

—¡Está mal! No mira bien— Elizabeth puso su mano en el pecho asustada.

—Bromeó. Solo quería darle un susto a Elizabeth—

Me ayudó a levantarme, me sentía un poco mareada pero después recobré el equilibrio.

—Nota mental para todas: nunca le den un balón a Elizabeth si quieren sobrevivir— La fulminé con la mirada. Ella me miraba apenada, ¡esperen! ¿Elizabeth? ¿Apenada?

—Tienes razón—

—Bueno, bueno, sigamos—

—Ahora saca el otro equipo—

(...)

—¿Entonces la besaste?— Preguntó Ethan, a Asher.

—Dos veces— Contestó y pateó la pelota para anotar un gol.

—¿Besa bien?— Preguntó esta vez Michael.

—Creo qué hay mejores. ¿que tal Emily?— Respondió Asher a este mismo.

—En realidad me da lo mismo. ¿Y tú Ethan?—

—Mia en una escala del un al diez, le doy un cinco— Hizo un acorta pausa. —...negativo. Pero aquí la más importante es Madison, Emily ya es novia de Ethan, y Mía es mi novia. Tienes que darte prisa Asher si quieres que todo salga bien— Él Asintió y volvió a patear la pelota.

—Ya casi, solo denme unos días más— Contestó el de los hoyuelos.

—¿Días? Bro, esto debe ser ahora, quedan pocos días en el campamento—

—Exacto—

—Retomemos, Madison tiene que ser mi novia, ¿cierto?— Preguntó Asher para aclarar.

—Si, solo eso—

—No es mucho para ti, ¿no?—

—De hecho no, pero tampoco es tan fácil; Madison es la más terca de esas chicas—

—Tú tienes suerte, ¡Mía no se calla!— Gruñó.

—Por lo menos habla, ¡Emily siempre me come a besos y nunca hablamos!— Habló con fastidio.

—Hablando de la que no se calla— Rodeó los ojos al ver a su novia Mía venir hacia ellos.

Cuando llegó le dio un beso, y este no lo pudo negar, así que lo respondió con desagrado.

—Nosotros te dejaremos—

Los dos chicos se fueron de la cancha de fútbol para jugar algo de basketball.

—¡Hey! ¡Allá viene Madison!—

—Si Michael, ¿podrías gritar más fuerte?, los del otro campamento no te escucharon—

Michael sonrió apenado. Pero era verdad, ella estaba pasando a unos metros frente a ellos; llevaba un short de mezclilla y una blusa holgada con sus vans. Se veía realmente bonita.

—¡Cierra la boca! Te entrará una mosca— Le gritó a Asher mientras permanecía mirándola hipnotizado.

Esté se tapó la boca dándose la vuelta para no mirarla. Madison soltó una carcajada.

De pronto, llegó Emily dispuesta a sacar de la cancha a los chicos.

—Michael, mi amor, ¿me podrías traer un balón?—

—Em... si... supongo—

—Se fue uno, falta el otro— Habló bajo y sonrió. —¡Angel!— Asher volteó. —¡Vete!—

—¿Quien te crees?— La miró ofendida.

—Me creo Madison Jones, ahora vete si no quieres recibir unas buenas patadas. Queremos practicar basketball que competiremos con otro grupo de chicas—

—Me iré con una condición y además haré que Michael no vuelva para que practiquen basketball ustedes dos—

—No tengo dinero, y no robaré un banco para cumplir con tus estúpidas condiciones—

—Nada de eso— Sonrió.

—¿Entonces?— Ella sabía a que iba

—Dame un beso—

—¿Consumes drogas? Porque parece que estás loco—

—No, y no estoy loco. Un beso es igual a irme de aquí—

—Solo bésalo para que nos deje practicar en paz—

—Haz le caso a Emily—

—De acuerdo—

El se acercó, la tomó de la cara y la besó. Ella siguió el beso. Le encantaban sus labios.

Madison se separó y Asher la miró.

—Ya tienes tu beso, ahora vete—

—¿Quieres ser mi novia?— Lo sacó de la nada.

¡Mierda! ¿Ahora que? Él esperaba con todas sus ganas que ella aceptara, lo tenían planeado tenía que seguir, no podían detener este juego.

❝𝘜𝘯𝘦𝘹𝘱𝘦𝘤𝘵𝘦𝘥 𝘊𝘢𝘮𝘱❞ ┋ ᵃˢʰᵉʳ ᵃⁿᵍᵉˡDonde viven las historias. Descúbrelo ahora