❝𝘜𝘯𝘦𝘹𝘱𝘦𝘤𝘵𝘦𝘥 𝘊𝘢𝘮𝘱❞ ┋ ᵃˢʰᵉʳ ᵃⁿᵍᵉˡ

》XI《

—¡Chicas!— Escuché la voz de la estúpida directora, seguida de unos brazos posados en mi cintura para alejarme de Elizabeth.

—¡Suéltame Asher!— Forcejaba, pero Asher era más fuerte que yo.

—¡Eres una salvaje!— Dijo Elizabeth con su espantosa voz chillante.

—¿Salvaje? Oh, maldita perra— Le di un codazo a Asher, él me soltó.

Me tiré arriba de Elizabeth para darle más bofetadas. Ella intentaba zafarse pero era en vano. Já.

—¡Señoritas! ¡Madison, suéltela! Joven Asher, ayúdeme.— Asher volvió a tomarme de la cintura, alejándome de la zorra. Esta vez no intente nada, estaba contenta por cómo la dejé.

—¿Pueden explicarme esto?—

—¡Ella empezó!— Gritó.

—Oh.. me la pagaras— Asher me soltó.

—¿Es eso cierto, Madison?— Me quedé callada. —¿Usted comenzó?— Volvió a hablar.

—Si... pero porque ella me dijo puta, mientras se reproducía con Asher— Contuve las ganas de vomitar, y sin exagerar.

—¿No le basta con el castigo de la cocina? Bien, ¡las dos! Se quedan fuera de las competencias finales— Nos apuntó y se fue.

—¡Todo es tu culpa!— Intenté acercarme a Elizabeth, pero ella salió corriendo. —agh, ¡vuelve aquí!— Estaba por perseguirla, pero Asher me lo impidió.

—¿Por qué hiciste eso?— Dijo con una mano en mi cintura.

—Ya te dije, ella me dijo puta. Así que hora suéltame, imbécil.—

—Y si no, ¿qué?— Levantó una ceja.

—Estas peor que Elizabeth—

—Ruda. Me gusta— Me soltó.

—Vete a la mierda, Asher— Le levanté el dedo de en medio y comencé a caminar hasta mi cabaña.

Cuando llegué estaban las chicas sentadas sobre la cama, conversado.

—Hola— Me senté con ellas.

—Hola, ¿donde estabas? Estuvimos buscándote— Dijo Emily.

—Golpeando a Elizabeth— Abrieron los ojos.

—¿Escuché bien?— Preguntó Mia.

—Si, larga historia—

—Eres mi ídola— Reí.

—¿Iremos a la fogata?— Emily cambio de tema.

—No lo creo, tengo planes para nosotras—

—¿De que hablas?—

Comencé a contarles todo, desde que llegué al lago, hasta que quedamos Asher y yo solos.

Atacaríamos esta noche, y les arruinaríamos el momento de felicidad a mis enemigos.

(...)

El momento de la fogata llegó. Fuimos solo un momento, y como era de esperarse, Elizabeth y Asher no estaban.

—Fíjate si están— Susurré. Mia se asomó por la ventana de los chicos.

—Si, allí están. ¡Que asco!— Miré yo, y me dio tanto coraje. Par de estúpidos.

—¡Tienen que salir! ¡Hay una bomba en el campamento!— Entramos a la cabaña gritando como locas.

Emily encendió la luz, aunque hubiera preferido que no lo hiciera. Los dos imbéciles estaban solo en ropa interior.

—¡La bomba va explotar pronto! ¡Salgan!—

Las chicas y yo intentamos no ver el cuerpo de Asher; era envidiable, se podía notar que lleva horas en el gimnasio.

—¡¿Una bomba?!— Dijo Elizabeth preocupada.

—¡Si! ¡Salgan! ¡Estallará en menos de dos minutos!—