the truth; jingyeom

parte seis

— Lo esperaré aquí, gracias —dijo sentándose en el mismo lugar del día anterior en la sala de visitas.

El guardia se dirigió a buscar a Kim y en un par de minutos lo había acompañado hasta allí.

El menor tomó asiento frente a Jinyoung, tenía su mirada baja y solo observaba un punto fijo en la mesa.

— No seas maleducado niño —le dijo el hombre detrás suyo dándole un empujón para que levantara la vista hacia Park, quién se sorprendió de esa actitud.

El rostro de Yugyeom se convirtió en una mueca de enojo y desprecio hacia el guardia pero obedeció y miró a Jinyoung a los ojos, dejando ver esta vez su mirada temerosa, pero molesta a la vez.

— No es necesario que me mires si no lo quieres, Kim —dijo Park calmado— solo necesito que escuches mis preguntas y las respondas ¿puede ser?

Yugyeom suspiró y recargó su peso en el respaldar de la silla.

— ¿Puede ser? —insistió.

Kim se encogió de hombros, acabando casi con la poca paciencia de Jinyoung.

— ¿Puedes responder maldita sea? —preguntó de mala gana el guardia, el fiscal lo miró molesto al notar que Yugyeom volvía a agachar su cabeza.

— Disculpa, pero te agradecería que no intervengas en esto, sé como tratar con una persona, y si él no quiere hablar, quizá otro día quiera, quédate cumpliendo tu trabajo y no interfieras en el mío, por favor —pidió, no pudo evitar mucho la molestia en su voz pero había hecho su mayor esfuerzo para esconderla, el guardia solo guardó silencio.

Yugyeom lo miró a los ojos.

»Parece un niño« pensó Jinyoung.

— ¿Qué haces aquí para entretenerte? —cuestionó, buscando la manera de que Yugyeom dijera al menos una sílaba, pero solo recibió una mueca de burla y una ceja en alto de parte del menor—, no me mires así, quizá hay algo que te entretenga cuando estás aburrido —se encogió de hombros.

No había logrado hablar con él, pero al menos esa vez había mantenido más tiempo su vista en alto, Jinyoung no podía creer que un chico como él estuviese en ese lugar y con el historial de antecedentes que tenía, tan solo diecinueve años y estaba siendo acusado de ocho asesinatos, robos, y otros tipos de delitos.

Cualquier persona que viera a Yugyeom creería que no sería capaz de hacer todas esas cosas, pero si, lo era, o al menos eso decían en la corte.

-Bien, veo que no quieres hablar conmigo por nada en el mundo -rió-, ya debo irme -informó, y Kim levantó su vista de nuevo-, pero volveré la siguiente semana, no me permiten venir todos los días seguidos, pero creo que con un par de días a la semana avanzaremos bien -sonrió de lado-, voy a darte tiempo para que decidas hablar conmigo Kim pero no tenemos todo el tiempo del mundo, lo sabes, si quieres que te ayude a salir de acá tienes que declarar, de lo contrario te seguirán viendo como culpable ¿conoces ese dicho? "El que calla, otorga" algo parecido sucede en este caso, es necesario que dejes de guardarte todo -le dijo mientras guardaba los papeles en su maletín y se levantaba de su silla para irse-, nos vemos la próxima semana -sonrió para voltear e irse.

Kim lo observó hasta que salió de la sala y de pronto el brusco movimiento del guardia tomandolo de su brazo lo hizo sobresaltarse.

— Camina idiota —pidió entre dientes, se levantó y enseguida comenzaron a caminar hacia su celda.

Se recostó en su cama y se acomodó para dormirse, era temprano si, pero no tenía nada que hacer, y cuando Jinyoung le preguntó si hacía algo para no aburrirse, claramente la respuesta era no.

— ¿Fuiste a verlo? —preguntó Bambam con cierto tono de emoción en su voz e intentando ocultar su sonrisa.

— Ajá —asintió desinteresado.

— ¿Hoy habló?

Negó con su cabeza mientras acomodaba unos papeles.

— ¿Siempre es así el tema de los guardias?

— ¿Eh? No, aveces hay otros...

— Me refiero a si siempre le hablan así de mal, lo inhiben.

— Ah, eso.. si, siempre fue así, supongo que no toleran a supuestos asesinos —se encogió de hombros.

— ¿Tu cuándo vas a ir a verlo?

— El viernes ¿por qué?

— Yo iré el lunes, le dije que regresaría a verlo.

— ¿Quieres que le diga algo cuando lo vea?

— No, solo intenta convencerlo de que no estoy para juzgarlo mal ni para ir en su contra... —pausó—, noté el temor en su mirada y no quiero que me tenga miedo, es por eso también que no quiero ir muchos días seguidos, quizá si le doy un tiempo comprenda que no buscamos presionarlo y si tenemos suerte quizá hable un poco.

Kunpimook asintió y buscó algo en su bolsillo.

— Ayer conseguí estas fotos de él cuando era pequeño —entregó las pequeñas fotografías a Park, las tomó y las observó unos segundos-, ella es su mamá, y el su papá... —habló tranquilo.

— ¿Hace cuánto conoces a Yugyeom?

— Como desde los diez años, ya no vivía con ellos cuando lo conocí.

— ¿Y que sucedió con ellos? —preguntó señalando la fotografía.

— L-lo abandonaron hyung, no lo querían, su madre adoptiva dice que lo dejaron solo porque era un niño agresivo y cada vez era más violento.

— Sin embargo se ven muy felices aquí... —murmuró observando la pequeña familia de la foto.

— Pero no todo es lo que parece hyung —se encogió de hombros.

— Lo sé —musitó Park devolviéndole las fotos—, ¿por qué no quieres contarme el resto de las cosas? Al menos puedes declarar con anonimato, así avanzaríamos más rápido.

— Antes de entrar a la cárcel el me pidió que no le diga a nadie sobre todo lo que sé, se lo prometí hyung y no voy a romper esa promesa, puede sonar estúpido pero soy la única persona que le queda a su lado y no quiero defraudarlo como todos los demás, ya te dije lo que podía decir, ahora tenemos que hablar con él y... te dirá lo demás, tenemos que darle un poco de tiempo.

— Pero yo no tengo todo el puto tiempo del mundo, demasiada paciencia le estoy teniendo, debería haber dejado atrás todo esto hace dos días —suspiró.

Bambam suspiró suavemente, sabía que Yugyeom no era fácil de tratar en ese momento, y también era muy consciente del carácter de Park, pero aún así no se había rendido y había logrado que al menos Jinyoung sospechara de todo aquello.

— ¿Me traes café, por favor? —pidió sentándose en su lugar—, pero que no esté muy dulce.

El menor asintió y fue en busca de su pedido, por suerte solo faltaba media hora y terminaría su jornada laboral e iría a casa a descansar para mañana regresar al trabajo.

— Toma hyung, ya debo irme, si necesitas algo llámame ¿si?, debo ir a ver a mamá y a hacer un par de cosas —informó entregándole el café.

— Suerte.

— Gracias, no te quedes hasta muy tarde, descansa un poco más —sonrió saliendo de la oficina.

Definitivamente esa sería una larga noche para Park.