the truth; jingyeom

parte doce

 — ¿Cómo estás? —Le preguntó Park un par de minutos después de un corto silencio entre ellos, hacía apenas cinco minutos había llegado a verlo.

Yugyeom no respondió y Park suspiró. Quería dejar el caso, quería continuar con su trabajo tranquilamente pero algo hacía que no pudiese dejar de intentar ayudar a Kim.

— Bueno, no quieres hablarme, está bien —dijo guardando su libreta—. Me voy, le diré a Mark que entre ahora —se levantó de su lugar y se quedó parado al lado de la mesa, observando la cabeza agachas del menor—, ¿algún día querrás hablar de todo esto conmigo? -preguntó, el menor no dijo nada y se mantuvo en la misma posición—, ¿puedes al menos mirarme a los ojos?

Kim levantó su rostro y Jinyoung pudo ver un corte cerca del ojo izquierdo de Yugyeom, ¿qué le había pasado? Era una pregunta que el menor ni siquiera se molestaría en responder.

Salió de la sala dejando a Kim en espera de Tuan.

—¿Cómo está?

— Como siempre —se encogió de hombros.

— ¿Sabe que iré yo ahora?

— Si, le dije.

Mark entró con una sonrisa en su rostro.

— Hola —sonrió sentándose frente al menor-, me dijeron que no hablas mucho, pero, confía en mí, a partir de lo que tu me digas puedo decirle al fiscal Park cosas que ayuden a tu causa ¿si? — Preguntó calmado recibiendo un silencio de parte de Kim.

— Yo no te voy a preguntar nada, solo voy a escuchar lo que sea que quieras decirme en el momento que quieras hacerlo, no voy a presionarte para nada ¿bien? —dijo viendo al menor que tenía su vista clavada en un punto fijo del suelo.

Mark se mantuvo en silencio, uno largo que reinó entre ellos hasta que el menor lo rompió con su débil y suave voz.

— ¿Puede venir el fiscal Jinyoung, p-por favor? —Preguntó.

— Claro, lo llamaré -guardó sus cosas—, te veré pronto Kim, espero que la próxima vez si puedas decirme algo —sonrió. No le molestaba para nada el hecho de que el menor no le haya hablado, era la primera vez que se veían, era comprensible, además de que sabiendo las condiciones de vida de Kim era obvio que no confiaría en nadie.

— Quiere que entres —informó sacando a Park de sus propios pensamientos.

— ¿Yo? ¿Por qué? ¿Te dijo algo? —dijo sorprendido parándose del banco donde esperaba.

— Si, me dijo que si podía entrar el fiscal Park ¿ese eres tu, no? —dijo con sarcasmo.

Jinyoung se adentró a la pequeña sala encontrándose con el menor distraído en su propia mente.

— ¿Qué sucede, Yugyeom? —Preguntó.

— Se llamaba Max —dijo en un murmuro.

Jinyoung sonrió y se sentó enfrente, aún sin dejar de sonreír, sabía que se refería a su cachorro.

»— Bueno, no importa, pero si en algún momento lo recuerdas me dices ¿si?

-—Si.«

Se sentía contento, el menor avanzaba, de a poco, pero lo hacía, y quizá era eso lo que lo mantenía sin poder dejar aquel caso.

— Es un bonito nombre para un perrito —afirmó.

Yugyeom no dijo nada, ahora que recordaba a su primer cachorro no podía evitar sentirse mal, mucho menos pensando en la otra parte de la historia de aquel animal tan adorable.