the truth; jingyeom

parte ocho

— Hoy traje algo que quizá te guste —dijo Jinyoung sonriendo de lado, llamando la atención de Kim—, mira —le mostró la fotografía, en la cual había un pequeño niño con un cachorro blanco con manchas negras.

Yugyeom observó la pequeña fotografía y devolvió su vista a los ojos de Park.

— ¿Este era tu cachorro? —preguntó sin borrar su sonrisa de su rostro, Park no lo sabía, pero ese gesto tan amable y comprensivo hacía que Kim se tranquilizara bastante.

— Si.

— ¿Aún no recuerdas su nombre?

Negó y llevó su vista a sus piernas.

— Bueno, no importa, pero si en algún momento lo recuerdas me dices ¿si? —rió suave.

— Si —aceptó el menor con su voz suave.

Jinyoung le hizo un par de preguntas, y notó el miedo y duda en la voz del menor, antes de responder su voz temblaba un poco y primero observaba por apenas una milésima de segundo al guardia que se encontraba detrás de Jinyoung.

— ¿Estás interesado en hablar más conmigo? —preguntó, recibiendo un asentimiento temeroso de parte de Kim.

— Disculpe, ¿podría retirarse hasta que yo termine de hablar con él? —le pidió al guardia, no era idiota, realmente había notado lo nervioso que lo ponía a Yugyeom.

— No tengo permitido eso, a menos que sea una orden del jefe de la prisión.

— Oh, bien, llevame con él entonces. —pidió con la poca paciencia que le quedaba.

— Oye, llevat-

— No, que se quede allí, yo volveré enseguida, aún no termino de hablar con él —interrumpió al guardia que iba a mandar a que se lleven a Yugyeom a su celda—. Volveré en unos minutos ¿bien? —cuestionó y sin esperar respuesta se encaminó detrás del guardia hasta llegar a la oficina principal.

— Yo necesito estar a solas con Kim y hablar con más tranquilidad y privacidad, ¿realmente usted va a negarme eso? —preguntó.

— Claro que no —dijo sorprendido de la pregunta—, tu espera afuera cerca de la puerta por si sucede algo -le ordenó al hombre.

— Gracias, lamento molestarlo pero él no quería salir de allí.

— ¿Te sientes mejor si él no está aquí? —preguntó tranquilo.

Kim asintió levemente y observó por la ventana a ver si se veía siquiera rastro de aquel hombre.

— ¿Quieres que las próximas visitas sean así, sin él?

Asintió.

— Bien, así serán entonces —afirmó escribiendo en su libreta.

Notaba al menor un tanto más apagado que antes, no se veía triste, preocupado o asustado, más bien se veía ausente, lo que le sorprendió a Park fue que era capaz de responderle coherentemente asi que dejó pasar aquello, hasta que notó que Yugyeom lo miró y casi calló al suelo por un mareo que le había tomado desprevenido.

— ¿E-estás bien? —preguntó parándose a su lado y sosteniéndolo de sus hombros.

— A-agua —pidió intentando mantenerse despierto y tener control de su cuerpo.

-Toma -le extendió el vaso una vez que lo sirvió rápidamente del dispenser que estaba allí al lado.

— Gracias —musitó casi inaudible, regresando a ser el chico con su mirada baja.