parte trece

503 102 14
                                        

— ¿Quieres hablarme de algo? Quizás ¿contarme qué haces en la prisión o qué hacías antes de entrar allí? —preguntó Mark sonriendo, Yugyeom suspiró y negó con su cabeza.



[...]



Tres sesiones habían pasado ya, Kim no hablaba casi y había agredido varias veces a Park cuando lo visitaba en prisión.

—¡No vengas a verme nunca más! —gritó enojado—, ¡Vete ya de aquí, déjame tranquilo! —pidió a gritos.

— Yugyeom quiero ayudarte, permíteme eso, no sea-

Fue interrumpido debido a un puñetazo del menor, había golpeado su boca, llevó su mano a esta para comprobar si su labio sangraba y así era.

Devolvió su vista al menor quién lo miraba con sus ojos bien abiertos y su boca entreabierta, como si también estuviera sorprendido de aquello, miró su propia mano y negó con su cabeza varias veces para luego irse rápidamente hacia su celda.

— Yugyeom, espera -lo llamó pero fue totalmente ignorado—, maldición —suspiró volviendo a tocar su labio que aún sangraba.

— ¿Y Kim? —preguntó el guardia cuando lo vio salir de la sala.

Jinyoung solo señaló con su cabeza en la dirección que el menor se había ido y salió del lugar con la mano en su labio, una vez que subió a su auto se limpió un poco y se fijó en el espejo retrovisor si se notaba el corte, si, se notaba, pero no tanto, limpió lo más que pudo y encendió el auto camino hacia su oficina.




[...]




— Buenos días —saludó Tuan entrando a la pequeña sala, había tenido una mala mañana hasta el momento, de ninguna manera iba a poder disimular el toque de molestia en su rostro. Yugyeom notó enseguida que no traía la sonrisa de siempre.

— Buenos días —respondió con su suave voz, sorprendiendo a Mark ya que nunca le respondía nada, mucho menos los buenos días.

— Tu voz es linda, deberías hablarme más seguido -sonrió levemente.

— ¿P-podemos ir a su consultorio? —preguntó Kim suavemente.

Mark lo notó un poco alterado e incómodo, pero no dijo nada, solo asintió y fue a avisar que lo llevaría con él y que en una hora estarían de nuevo allí, le colocaron las esposas y salieron rumbo al consultorio del mayor.

Jinyoung había podido conseguir el permiso para que lo dejaran salir al menos para las sesiones con Tuan.

— ¿Pasó algo que querías venir aquí? —Preguntó sentándose en su sillón.

Yugyeom asintió.

— ¿Quieres contarme?

El labio inferior de Kim tembló por unos segundos, estaba por llorar.

— Te daré tu tiempo, no te preocupes —dijo tranquilo—, toma —le entregó un vaso con agua, Yugyeom lo agarró y bebió rápidamente el líquido, como si llevara tiempo en un desierto.

— Y-yo no... —pausó con su respiración agitada y sus ojos llorosos—, no q-quería -tragó saliva nervioso-, no quería golpear a hy-hyung —dijo una lágrima cayó por su mejilla—, no quería lastimarlo, y-yo... —tartamudeó mientras sus ojos se llenaban de pequeñas gotas saladas y trazaban una línea por su rostro tan angelical.

the truth; jingyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora