parte siete

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— Vine un rato más tarde porque no me dejaban entrar —dijo Kunpimook, Yugyeom solo asintió—, confundieron los días de visita —suspiró.

Kim jugueteaba el mantel de la mesa, era viernes, los viernes era el día de visita de la mayoría de allí, y se encontraban almorzando con sus familias o amigos.

— Jinyoung me dijo que te vino a ver, ¿no has hablado con él?

El menor negó con su cabeza, haciendo suspirar al contrario.

— Él es la única persona que nos puede ayudar, Yugyeom, no dejes ir esta oportunidad, él no es de actuar así en casos como este, tienes suerte de que aún esté interesado en ayudarte —suspiró suavemente, Yugyeom mordió su labio inferior y continuó comiendo tranquilo.



[...]



— Iré a verlo ahora —informó Jinyoung colocándose su abrigo.

— Bueno —respondió Bambam, haciéndose a un lado para dejarlo pasar.

— ¡Hyung! —lo llamó corriendo hasta alcanzarlo antes de que se suba a su auto.

— Tengo algo que decirte —dijo agitado luego de bajar las escaleras del edificio corriendo.

—Sube y vamos, me dices en el camino, ya voy tarde.

— Hablé con él, el viernes.

— ¿Hablaste? —cuestionó burlón.

— Sí, me dijo... me dijo que quiere hablar contigo, pero -pausó-, dice que le tengas un poco más de paciencia, y que cuando quiere hablarte se pone muy nervioso y simplemente no salen las palabras de su boca —suspiró—, me contó que con las demás personas simplemente no quiere hablar, pero contigo si pero se pone mal.

— Bueno, buscaré la forma de que se calme cuando esté yo, gracias por decirme esto —sonrió de lado.

El resto del camino lo hicieron en silencio hasta que llegaron a la pequeña sala donde siempre se reunía Park y Yugyeom.

Le dedicó una sonrisa calmada a Bambam y entró al lugar.

— Hola —sonrió levemente cuando el hombre llevó a Kim enfrente suyo.

Le hizo algunas preguntas sin obtener respuestas, Yugyeom solo miraba sus propias manos y asentía de vez en cuando.

— Te propongo algo —dijo de repente Park—, te daré esto —mostró un paquete de pastillas de menta, Bambam le había hablado sobre cuánto le gustaban a Yugyeom—, pero a cambio debes responderme más seguido, no te asustes, solo debes usar "si" y "no" ¿te parece? -cuestionó sonriendo de lado.

Kim asintió desconfiado y acto seguido Jinyoung le entregó una pastilla.

— Cómela, es tuya -la acercó más y el menor la tomó y la llevó a su boca—, ¿sabe bien?

Yugyeom asintió.

— Recuerda el trato que acabamos de hacer —le recordó.

— Señor, no puede darle cosas —dijo el guardia.

— Estoy haciendo mi trabajo, y lo hago a mi manera ¿bien? Si no le gusta puede ir y quejarse en la fiscalía, pero ya le pedí con esta dos veces que no intervenga en mis asuntos así que espero no tener que volver a hacerlo —dijo molesto, Yugyeom sólo lo observaba con atención.

— Bien, regresemos a lo nuestro -observó su carpeta, tenía muchas preguntas por hacerle pero no sabía por donde empezar, y lo que le había dicho Bambam antes de llegar le había cambiado todo lo que había preparado—, ¿te gustan los animales? —preguntó tranquilo.

Yugyeom se mantuvo en silencio, observó al guardia y luego regresó su vista a Park.

— Yugyeom, acabamos de hacer un trato —dijo un poco molesto, sabía que ese tono de voz no ayudaría en nada pero no podía contener mucho su molestia.

— Me gustan los perros —dijo suave.

Jinyoung se esforzó por ocultar la sonrisa de su rostro, había logrado que le responda, y no solo un "si" o un "no", sino que había formulado cuatro palabras, era suficiente para que no quisiera dejar todo.

Al escuchar esa voz tan suave y calmada se sintió tranquilo, creía que recibiría algún insulto de parte del menor pero no.

— Son lindos —afirmó—, yo tenía uno pero se escapó de casa —agregó—, era tierno, pero cuando rompía mis medias me hacía enojar mucho -rió.

— ¿Tu tenías uno? —preguntó.

— Si —musitó Kim.

—¿Cómo se llamaba?

— N-no lo recuerdo —dijo bajando su mirada hacia sus piernas.

— Comprendo, yo también olvido cosas, hace unos días olvidé mi dinero en casa, y cuando fui a comprar... realmente pasé mucha vergüenza —suspiró.

Notó que el menor hizo una pequeña mueca parecida a una sonrisa, estaba avanzando más de lo esperado ese día.

— Ya debo irme —informó luego de una hora—, no quiero agobiarte tanto, voy a volver a verte el miercoles -guardó sus cosas y se levantó de su lugar—, Kunpimook está afuera, ¿quieres que lo llame?

— No.

Jinyoung asintió y salió del lugar, esta vez, Kim no quería que se fuera, quería hablar de una vez pero simplemente las palabras no salían de su boca, se le hacía corto el tiempo que Park le podía dedicar.

— ¿Hoy tampoco? —preguntó Bambam mientras entraban a la oficina de Jinyoung.

El mayor lo miró y sonrió contento.

— Le gustan los perros, tenía uno, pero no recuerda su nombre.

— ¿Él te dijo eso? —cuestionó sonriendo, aún sin poder creerlo.

— ¿Quién más sino? —sonrió abriendo su computadora—, ah, y también le dije si quería que entres a verlo pero dijo que no, te cuento esto para que sepas que tuve en cuenta que fuiste conmigo —rió suave.

— A mi me ve seguido, es obvio que pueda estar harto de ver mi rostro —rió—, dime ¿cómo conseguiste que te responda?, él es complicado en verdad.

— Hicimos un trato, yo le daba una de estas —mostró el pequeño paquete de pastillas de menta—, y él me respondía con "si" o "no", pero para mi sorpresa habló mucho más que esas simples palabras.

— Todavía le gustan, te lo dije —sonrió con nostalgia—, lo extraño tanto... —murmuró.

— ¿No me han dejado nuevos casos o algo? —preguntó Jinyoung buscando distraerlo.

— Eeh.. si, bueno, hoy lo buscaron mientras no estábamos aquí, me avisó la muchacha de abajo, el hombre pasará de nuevo mañana.

— Perfecto —pausó—, oye, en las fotos que me mostraste ayer, había una de Kim con un cachorro ¿no? —cuestionó.

— Creo que sí, luego me fijaré y te la doy.

— Gracias.

Últimamente pasaban más tiempo juntos buscando pruebas e intentando sacar conclusiones sobre el caso que ambos investigaban. Pero el tiempo se acababa y las cosas parecían que no tenían una salida.

Kunpimook estaba contento de que su hyung pueda ayudar a su mejor amigo, pero también estaba preocupado, los tres lo estaban, y Park estaba viendo todo con ojos de águila porque habían varios detalles inconclusos que lo hacían dudar bastante.

the truth; jingyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora