El accidente

1K 116 10
                                    

La noche estaba siendo muy larga para Minho.

Su conciencia no lo dejaba tranquilo, mucho menos si no sabía nada del castaño después que atravesó la puerta.

Había intentado hablar con él innumerables veces, pero sus llamadas solo habían sido ignoradas.

Y lo entendía, sabía que Taemin no contestaría, pero al menos quería intentarlo.

No esperaba que le contestara con un amable «Hola Minho».

Tal vez sería más como un «Espero que te quemes en el maldito infierno Choi Minho». 

Pero eso valdría para saber que estaba bien.

Pero Taemin no contestó ninguna de sus llamadas, y eso lo tenía inquieto, sobre todo si sentía un ligero dolor que se había alojado en el pecho y no quería irse.

...

El sonido que salía del aparato en las manos de Taemin era estridente, le molestaba demasiado al punto de empezar a odiarlo. Y aunque ésta era una melodía que ambos compartieron desde el principio solo para ellos dos, porque la amaban, ahora le parecía la más horrible que hubiera escuchado en su vida y quería dejar de escucharla o se volvería loco.

Así que sin más, destapó el aparato y le sacó la batería, para después, no estando conforme con eso, estrellarlos contra la acera.

Se llevó la mano derecha hecha puño hasta la boca, intentando callar los sollozos que escapaban. Se inclinó ocultándose entre sus piernas, gimiendo con fuerza, llorando como no quería hacerlo porque lo que Minho le había hecho no se lo esperó nunca.

Ellos se amaban, Minho se lo había demostrado tantas veces.

«Todo fue mentira...»

Gimió desesperado, apretando su camisa con fuerza sobre su pecho, intentando desgarrarla él mismo.

«Solo yo te amé... Nunca me amaste Minho...»

«Nunca»

No podía dejar de llorar, su corazón palpitaba fuertemente, a tal grado que creía poder escucharlo en medio de la noche, en medio de todo el silencio que lo rodeaba.

Se sentía tan mal, tan traicionado y tan cansado de todo, que estaba seguro que en cualquier momento colapsaría.

Y eso estaba bien, porque quería dejar de sentir, de respirar... de amar.

¡Ojala no te hubiera conocido nunca, Choi Minho!

Un ruego desesperado desde lo más profundo de su corazón.

Un deseo expresado con tanta rabia y dolor que el cielo mismo sería capaz de conceder sin dudar.

...

«Perdón... Perdóname Taemin...»

«Y olvídame, por favor»

Se llevó la mano al pecho cuando sintió faltarle el aire por un segundo.

Una imagen aterradora pasó por su mente.

Tan rápido que no podía recordar qué había sido, pero que lo dejó más inquieto y nervioso que antes.

Tomó el teléfono nuevamente, remarcando el número que sabía de memoria, aunque ya no fuera el número uno en su lista de contactos.

Marcó y remarcó tantas veces, pero siempre con el mismo resultado.

Sin pensarlo dos veces, buscó sus llaves y salió.

Olvídame (2min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora