Olvídame (2min)

Desconcierto

Si Minho se hubiese tomado un segundo para observar con quienes estaba Taemin en aquella mesa del centro comercial mientras esperaba por él, tal vez ahora, no estaría buscando al menor como loco, por las tumultuadas calles de Tokio.

Flashback

Minho sonreía como idiota mientras se acercaba al local de comida rápida.

Iba tan emocionado, envuelto en sus locas fantasías del feliz por siempre al lado de Taemin, sujetando con fuerza la pequeña caja que llevaba en el bolsillo de su casaca de cuero negro; imaginando sus miles de expresiones cuando se lo entregara y le pidiera una oportunidad para estar a su lado.

Que, cuando escuchó de boca de una de sus antiguas compañeras de universidad, aquél nombre que empezaba a odiar, y que pensaba cambiarlo también, no pudo menos que borrar su radiante sonrisa, clavando sus temerosos ojos oscuros en los más claros que aún no comprendían absolutamente nada.

Y es que en una fracción de segundos, su mundo entero se vino abajo.

Bastó ver primero, la cara de confusión del menor, preguntándole con la mirada qué era lo que estaba pasando.

Preguntándose así mismo, si había escuchado bien.

Pero después del «¿No, que no querías saber nada de tu ex, Taeminie?» que decía la pelirosa mirándolo con una ceja levantada y una sonrisa que en otra situación le habría parecido cómplice y hasta coqueta; pero que ahora, apoyada confiadamente en el hombro del alto, como si realmente tuvieran demasiada confianza, le hizo saber y entender, que no había oído mal.

-Mi... ¿Min-ho?- su voz apenas salió. Temblorosa y casi sin fuerza- Lo... lla-maste... ¿Min-ho?

-Tae- Taemin.

Minho se apresuró hacia el menor, asustado.

Intentando terminar con esa distancia que había aumentado cuando las dudas en el pelinegro aún lo tenían en un limbo tenebroso.

Pero éste retrocedió un poco más, violento.

Evitando ser rozado por aquella mano que pretendía sujetarlo.

-Di-dime...- boqueó unos segundos. Tomando aire profundamente, como si de verdad se hubiera quedado sin oxígeno, sintiéndose mareado repentinamente y sujetándose de una silla detrás suyo, porque sentía que podía caer en cualquier momento- Dime que no... Que no es cierto- Taemin negaba con la cabeza mirando a todos a su alrededor, esperando caras sonriendo, cómplices, que le dijeran que todo era una broma.

Pero no.

Porque entre las chicas que estaban con él, se miraban sin entender absolutamente nada.

Mirando atentamente sus expresiones, porque la que ahora tenía él, no era la misma que la de hace unos segundos atrás. Sino que más bien era la de un hombre a punto de sufrir un colapso nervioso.

-Taemin...- se asustó la pelirosa intentando acercarse, pero obteniendo el mismo resultado que el moreno- ¿Estás bien? ¿Por qué...?

-¡Dime su nombre! ¡Repítelo!- ordenó en un grito rabioso, señalándolo con el índice, llamando la atención de las personas más cercanas a su mesa.

Minho tragó grueso y demasiado asustado.

Todos podían ver su cuerpo demasiado tenso, que temblaba como si estuviera a punto de desmayarse al igual que Taemin, y es que aquél momento que tanto había temido, había llegado.

Y no podía hacer absolutamente nada para evitarlo.

-Pero...- la chica quiso replicar frunciendo un poco el ceño, haciendo una mueca nerviosa. Mirando después cómo el alto empezaba a sudar frío- ¿Qué quieres decir con que te diga su nombre?... ¿Acaso no es obvio?