Olvídame (2min)

El pasado nos une

Solo gritos llenos de algarabía era lo que los cuatro chicos podían oir desde que llegaron al orfanato de Cheonhwang. Llamado así, debido a que se encontraba en las faldas de la montaña Cheonhwangsan.

Un amable anciano fue el responsable de llevarlos ante la directora del orfanato.

Ésta sabía de antemano por Minho, que llegarían ese día porque necesitaban respuestas sobre uno de los niños que había crecido ahí.

Y sin más, la joven directora, a quien no tenían el placer de conocer hasta ese día, les entregó todos los documentos que pudo recopilar sobre Lee Taemin; antes Song Taemin.

No era mucho lo que había, solo su ficha de ingreso en donde constaba la forma en la que había llegado. Algunas fotos de sus padres muertos y de su corta estadía en el lugar, y la partida de adopción firmada por los Lee.

Después de recibir las pocas pertenencias que dejó cuando fue adoptado, Taemin pidió que lo dejaran un momento a solas.

Se sentó en una banca debajo de un árbol de cerezo y con mucha paciencia observó cada objeto de aquella pequeña caja, intentando con todas sus fuerzas recordar algo de su vida pasada.

Pero no pudo hacerlo.

-Es tan frustrante.-Se quejó mirando hacia su lado derecho, donde un grupo de pequeños niños jugaban a la ronda con dos cuidadoras- Se ven felices- susurró con alivio en la voz.

-Nosotros también lo éramos.

A su lado había espacio suficiente para que Minho se acomodara sin problemas, Taemin lo miró sin expresión alguna, para luego volver a mirar a los niños.

-¿Recordaste algo?

Aunque su voz era calmada al dirigirse al pelirrojo, Minho estaba ahogándose por dentro porque no sabía qué esperar de Taemin con tantos recuerdos alrededor suyo. Porque él podía recordar todo lo que vivió con el menor tan solo con mirar a su alrededor.

Era difícil para él, olvidar todos aquellos momentos felices que vivieron juntos.

Los juegos, las peleas, los susurros junto a las risas traviesas cuando escapaban de sus habitaciones porque no tenían sueño y trepaban a lo más alto de su árbol favorito. Un viejo roble que tuvo que ser cortado por el peligro que representaba para los niños, pero que ahora había sido convertido en algunas mesas y sillas rústicas que eran usadas por los niños y los padres que iban todo el tiempo por una oportunidad de adopción.

Minho se convenció entonces que si Taemin no pudo sentir desde el principio ese sentimiento puro de añoranza que Minho sí podía sentir, entonces nada le devolvería sus recuerdos.

Pero de otro lado se alegraba de que fuera así, aunque sonara terriblemente egoísta, porque entonces podía estar alrededor del menor sin aquel temor que lo embargaba siempre.

El que algún día Taemin recordara lo que le hizo y lo odiara y echara de su vida para siempre.

Es por eso que al verlo tan calmado y callado, decidió acercarse y hacerle un poco de compañía, mientras la otra pareja hacía un recorrido más extenso y detallado por los alrededores. Jugando con algunos niños y recorriendo las instalaciones de los bebés.

-No puedo recordar nada.- le enseñó algunos cosas, sacándolas de la caja- Esto no sé qué es, o si había algo dentro...

Minho tomó el pequeño cofre en forma de corazón. Era de plata con algunas incrustaciones en la superficie, revestida en su interior por fino terciopelo negro. Antes no lo sabía, pero ahora ya adulto, podía saber qué era valioso y qué no. Y esa pequeña caja, era muy valiosa.