La fuerza del amor

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Afuera se había desatado un intenso intercambio de balas.

Ninguno de los dos sabía qué era lo que estaba pasando, pero tampoco era que les importara mucho.

No, cuando frente suyo, a escasos 20 metros de distancia podían ver con dificultad a la persona por la que estaban arriesgando sus vidas.

Taemin estaba forcejeando fuertemente con dos tipos mucho más grandes que él, intentando liberarse porque las llamas que veían acercarse raudamente estaban por entrar al almacén.

No podían perder más tiempo.

El humo estaba entrando en grandes cantidades y les costaba mucho respirar.

Minho corrió a toda prisa, saltando sobre uno de ellos.

Creyó que el impulso haría caer al gigante, pero solo logró desestabilizarlo un poco.

Aun así, fue suficiente para que Taemin se soltara de uno de sus brazos y patear la canilla del otro tipo y distraerlo antes de que Changmin cayera también sobre éste.

Taemin se alejó unos pasos.

Cayó al piso, tosiendo y buscando aire porque el humo había invadido todo y los ojos al igual que su garganta ardían como el infierno.

Se levantó después de unos minutos en que apenas se repuso.

Escuchó golpes ir y venir detrás de él, gruñidos y alaridos de dolor.

No sabía quién o quienes habían llegado a rescatarlo, solo rogaba que éstos fueran mucho más fuertes y astutos que los que lo tenían; o estaría muerto.

Después de unos cortos minutos en que pudo reponerse y aclarar su visión, pudo ver una cabellera oscura y una silueta que conocía muy bien.

-¡Chang...(tos)... Changmin (tos)!

Sus ojos lagrimeaban.

Se giró un poco al oir el sonido de otra pelea, cerca de su prometido.

Los golpes iban y venían, cuerpos cayendo, gemidos y gruñidos demasiados altos, pero no podía ver quién era la otra persona que junto a Changmin había llegado a liberarlo.

Pensó que podía ser Jaeyeon.

Una explosión más fuerte y mucho más cercana que la primera, lo hizo caer al suelo, dejándolo inmerso en la inconsciencia.

...

La cabeza le dolía tanto al punto de creer que la tenía partida en dos.

Su garganta seca también dolía.

Su cuerpo adormecido.

Los párpados pesados, y un murmullo a su alrededor que empezaba a molestar porque no entendía qué estaba pasando.

-¡Está reaccionando!

La voz femenina se oyó suave pero llena de alivio.

Taemin intentó mover la cabeza, abrir sus ojos. Pero algo se lo impedía.

¿Qué su-cede?...

-¡¿Cariño, puedes oírme?!... Taemin, mi cielo... Abre los ojos por favor...

La voz era lastimera, acompañada de caricias y besos húmedos en su mano.

-¡Bebé por favor, abre los ojos para mamá!

¿Mamá?

-Tae, amor...- una caricia tosca en su cabello- Soy yo... Changmin...

Sollozos se oían, de todas partes, mezclados con susurros que solo lograban marearlo más.

Olvídame (2min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora