Olvídame (2min)

Mi corazón se aferra a ti

Un día más pasó, con Taemin recuperándose satisfactoriamente de sus heridas.

Y una vez más, Minho había suplicado para poder verlo, pero esta vez Onew había llevado refuerzos con ellos para conseguirlo.

Sung Ah había ofrecido su ayuda, al ver al pelinegro completamente desesperado desde que volvió a saber de su ex novio. Así que después de una corta plática con Sung Hee, consiguió que Minho pudiera verlo unos pocos minutos, antes de que Chang Min estuviera de vuelta.

Pero como no sabían a ciencia cierta, cómo es que el alto reaccionaría al ver al menor, decidieron que Sung Ah ingresara con él también. Así y con su ayuda, ya que la mayor había consolado durante la noche anterior al pelinegro ganándose su confianza, podría calmarlo si se descontrolaba nuevamente.

Apenas Minho cruzó la puerta de la habitación del menor, sintió quedarse sin aire.

Su cuerpo entero temblaba, y esto obviamente le impedía poner un pie delante del otro, quedándose en el umbral.

-Minho...- susurró Sung Ah- No tenemos todo el tiempo.

Minho parpadeó tupido volviendo en sí, porque se había quedado en sus recuerdos y en la historia que horas antes le había sido dicha sobre la primera vez que Taemin estuvo en el hospital.

Cuando él estúpidamente no supo por lo que estaba pasando.

Tragó haciendo un pequeño gesto de dolor porque su garganta estaba completamente seca, mientras que sus ojos parecían estar humedecidos casi todo el tiempo.

Miró de reojo a la mayor detrás de él, nervioso.

No quería entrar, pero a la vez estaba ansioso por hacerlo.

Era tan complejo y a la vez tan contradictorio, porque todos sus pensamientos se habían vuelto una maraña imposible de desenredar en su cabeza.

-Vamos...- le dio un pequeño empujoncito- Yo estoy contigo- le sonrió, tomando su mano de forma protectora, brindándole confianza y seguridad.

Como una madre.

Minho parpadeó un par de veces más, asintiendo quedito. Seguía muy tenso, pero saber que una persona como Sung Ah estaba ahí con él, brindándole aún su apoyo después de lo que había le confesado, lo reconfortaba y le daba un poquito más de seguridad en cuanto lo que había decidido hacer ahora, y en el futuro.

De él y Taemin.

Porque después de la corta pero intensa plática con Chang Min la noche anterior, había decidido que aunque el más alto tenía la ventaja ahora, por ser el novio actual de Taemin, él no se daría por vencido.

Lucharía por su amor.

Y le costara lo que le costara, Minho estaba decidido a recuperarlo, y se juraba así mismo y a todos los dioses que nunca más volvería a perderlo.

Minho tragó saliva una vez más, sintiéndose confiado ahora.

Entró seguido de Sunga Ah, quien cerró la puerta detrás de ellos.

-...T-Tae...- suspiró apenas lo vio, tendido sobre sábanas completamente blancas.

Los moretones alrededor de su cuello fue lo primero que notó, enfureciéndolo al instante.

-Maldito Minwoo- gruñó con toda su rabia, apretando fuertemente sus puños al lado de su cuerpo- Cuando te encuentre... Haré que te arrepientas... hasta de haber nacido, maldito.