Volverte a ver

923 111 23
                                    

Taemin se había citado con Key en una tienda comercial, una tarde en que había salido temprano de clases porque necesitaba comprarle un regalo a su novio porque se acercaba su cumpleaños y quería buscar algo especial para él.

-Este jersey te queda pintado bebé. Chang se va a morir cuando te vea con él.

-¡Pero tiene muchos huecos, Key!- se quejó inflando las mejillas mientras halaba la prenda- ¿Cómo puede haber algo como esto y además ser tan caro?- se iba a quitar la prenda pero su amigo lo detuvo- ¡No lo quiero!- refunfuñó.

-¡Nada de eso! ¡Déjatelo puesto!- le dio un golpe en la mano para que dejara la prenda en paz- Además quien paga es Chang, no sé por qué te preocupas tanto.

-Porque el que seamos novios, no significa que abuse de su billetera... Además...- volvió a mirarse al espejo- El color no me favorece. ¡Parezco un fantasma!

-¡Estás loco!- se puso detrás del azabache mirándose ambos al espejo- ¡Se te ve hermoso! Pareces un ángel, bebé.

-Ok... Me lo quedo- dijo resignado, se puso de lado para verse mejor y lo que vio le gustó, así que no siguió quejándose.- Omma ayúdame con algo ¿quieres?

-¿Qué bebé?- preguntó curioso mientras revisaba la tonelada de ropa esparcida por toda la cabina.

-Es que se acerca el cumpleaños de Min y quie...

-¿Quieres comprarle algo?- la voz acompañada de su voz chillona y muy alta, le hizo saber al más bajo, que había cometido un error.

Ahora no saldrían de ahí hasta el anochecer. Y aún era mediodía.

Bufó resignado, bajando la prenda aún enredada en sus brazos.

...

Minho estaba cansado, para variar; pero aún le faltaba una última toma antes de volver con el equipo a editar la sección que saldría en el programa que le había sido encomendado por su jefe.

-¡Eso es todo!- gritó el director, y la conductora frente a la cámara bajó el micro que tenía sobre sus labios y exhaló exhausta.

-¡Por fin!- dijo Kristal sonriendo. Se estiró un poco, doblando su espalda hacia atrás porque el cansancio se hizo presente con más fuerza. Miró al frente y sonrió aún más amplio al ver una botella de agua que le era ofrecida- Gracias oppa- bebió de ella casi con desespero.

-¡Hicieron un buen trabajo todos!- dijo el alto moreno mirando alrededor, mientras los demás aplaudían y él le hacía un leve masaje en los hombros a la castaña.

-¡Ay! ¡Ahí ahí oppa ahí!- fruncía las cejas en un gracioso gesto que indudablemente era de placer- ¡Ahhhh! Qué bien se siente...

-En lugar de masajes, parece que te estuviera haciendo algo más- se rió acercándose tranquilo Onew.

-¡Oppa!- lo riñó, lanzando un lapo al aire, pero con las mejillas completamente rojas- ¡Eres malo! Me avergüenzas...

-Ya, ya...- la abrazó dejando un beso en su frente- No te enojes pequeña...

-Es que de verdad- volvió a quejarse, pero devolviendo el abrazo cariñosamente- ¿Qué tal lo hice?- levantó su cabeza para mirarlo a los ojos- ¡¿Lo hice bien?! ¿Te gustó?

-Claro que sí, pequeña- apretó sus mejillas juguetonamente- Lo hiciste excelente. Como siempre.

-Ya no le digas nada hyung- intervino Minho dejando a la chica a un lado de él- Ahora ¿quién la aguantará?- Kristal lo miró feo- ¡Yo no!

-¡Oppa!- gritó otra vez, pero esta vez furiosa.

Mientras el personal se disponía a recoger todo para volver al estudio y luego descansar, esos tres se pusieron a jugar y hacerse bromas como si de unos niños se tratara. Minho había congeniado muy bien con Kristal desde que la conoció, y por ser la única mujer entre ellos había sido acogida como una hermana menor.

Olvídame (2min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora