Guerra de sangres

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La pelea entre el señor Lee y su hijo por la custodia de Sung Ah en el hospital duró alrededor de una hora.

Ninguno dejaría que el otro se llevara a la paciente de ahí.

Era una lucha constante contra el otro, en donde el menor le hizo saber a su padre sobre sus averiguaciones.

-¿Es que no entiendes que todo lo hice por ti?- espetó molesto.

Se habían apartado al fondo del pasillo para hablar sin que nadie pudiera escucharlos, luego que la policía se convenciera que la injerta de mercurio había sido voluntaria.

El mayor de los Lee había presentado pruebas de la baja autoestima y desequilibrio mental de su esposa, y eso había ayudado a eliminar las sospechas sobre él o un tercero.

-¡¿Por mí?!- se indignó el platinado- ¡No quieras usarme para hacer realidad tus asquerosas ambiciones, Padre!

Onew estaba tan molesto y decepcionado, que hasta le costaba referirse a su progenitor como tal, de lo sucio que se sentía al llevar su apellido.

-No te uso. Hijo...- Onew se alejó de la mano que pretendía tocarlo, estaba intentando con todas sus fuerzas no parecer débil, pero era tan difícil.- Escucha...- suspiró resignado, bajando la mano para buscar algo en su saco- Está bien.- resopló pareciendo darse por vencido mientras buscaba algo en su teléfono- ¡Ganaste!. ¡¿Feliz?!

Onew arqueó una ceja confundido.

-Puedes llevar a tu madre a casa cuando le den el alta. Yo tengo asuntos que atender ahora mismo y...

-¡No!- lo detuvo de seguir en su monólogo- Mamá no volverá a casa- el mayor frunció las cejas confundido- No contigo.

-Pero ¿Qué estás diciendo? ¿Cómo que no volverá?- se puso alerta y más molesto aún.

-Lo que oíste. Me llevaré a mi madre lejos de ti. Y Tú no harás nada para impedirlo, de lo contrario, iré a la policía con todas las pruebas que tengo y les diré todo lo que hiciste.

-Lee Jinki...- arrastró las palabras muy molesto, mostrando indignación y amenaza- ¡Tú no puedes...!

-¡Claro que puedo!- se acercó un par de pasos hacia su padre, enfrentándolo- Así que, déjala ir y no me meteré en tus asuntos... Puedes hacer lo que quieras con la agencia porque yo me mantendré al margen...- el señor Lee apretó los dientes, apretando los puños a los lados- Pero a mi madre no la tocas.

-Te estás pasando...- apretaba los dientes con fuerza, hablando muy bajo y amenazador.

De pronto desvió la mirada hacia un punto lejano, detrás de su hijo. Ablandó la mirada y como si fuera una mera conversación entre padre e hijo, apretó su hombro, sonriendo de lo más casual.

-Cuídala hijo...- dijo en un tono de voz normal, para luego acercarse y susurrarle en el oído- Esto no ha terminado, Jinki... No me conoces.

Onew abrió los ojos, sorprendido, asustado y sudando frío por la inminente amenaza que acababa de recibir de parte de su propio padre.

De la persona que lo había criado y protegido por llevar su propia sangre.

Y ahora que lo pensaba.

Si no hubiera sido así.

Si no fuera su hijo, ¿También habría corrido la misma suerte que su abuelo, Sung Ah y su hijo?...

¿Pero qué clase de hombre era su padre?

¿Con qué monstruo había vivido todo ese tiempo?

Olvídame (2min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora