Importantes decisiones que se toman en la vida

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Cuando Minho salió del antro, después de dejar al peliplateado con la boca abierta por su inesperada declaración, Onew pensó que su amigo se había vuelto loco; que agarraría el primer vuelo a Japón y que así nada más, confesaría todos sus sentimientos al pelirrojo.

Pero no fue así, ¡Gracias a Dios!

Porque esto no era una clásica novela rosa, donde los protagonistas olvidaban del pasado, se perdonaban mutuamente todas sus errores y, felices todos.

¡No!

Ésta era la realidad.

Y Minho, aunque era un tonto enamorado, sabía que no podía solo ir, confesarle sus sentimientos a Taemin y hacer como si no hubiera un terrible secreto aún sin develar.

Por eso, después de casi dos horas de buscar y poner patas arriba todo el departamento de Taemin y Minho, el alto estaba asumiendo que el objeto que tanto buscaba, e había perdido en algún momento de sus vidas.

Pero aún no estaba seguro de ello, porque si su memoria no le fallaba, había visto a Minwoo alguna vez sosteniendo el relicario de Taemin con asombro y codicia en la mirada, pidiéndole con mucha insistencia se lo obsequiara.

Claro que Minho nunca le dijo a Minwoo que aquella joya no le pertenecía a él precisamente, sino a su ex. De lo contrario, estaba seguro habría tenido no uno, sino miles de escándalos por aquello.

Por eso es que ahora estaba preocupado, y es que no podía entender cómo es que habiéndolo guardado en la pequeña caja fuerte, que había comprado años atrás para guardar cosas importantes, ahora no estaba.

-Tal vez lo robaron.- pensó en voz alta.

-¿Y solo se llevaron el relicario?- Onew preguntó incrédulo- ¡Vamos hermano! Tienes dinero ahí también, y al parecer está todo.- Minho se quedó pensando un poco, lo que decía su amigo tenía sentido- ¿Quién más tenía la clave de la caja?

-Minwoo, pero él no...- Onew se detuvo con un par de documentos en la mano, levantando la ceja en claro desacuerdo a lo que estaba por decir el alto.

-Es mejor que dejemos de volver todo patas arriba, Minho. Es un hecho que Minwoo se llevó la medalla de Tae.

Minho bufó frustrado.

Tiró de su cabello hacia atrás y pateó un cojín cercano, de puro enojo.

-Si es así... su pecho subía y bajaba y sus ojos se estaban volviendo rojos por la tensión acumulada- Tendrá que devolverlo, porque de lo contrario...- apretó un puño contra su palma con fuerza, gruñendo- No logrará terminar su condena de 6 años en la cárcel, en una sola pieza.

Onew lo miró unos segundos, a ver si la cara póker que tenía su amigo cambiaría a una de «¡Hey, solo estoy bromeando!»

Pero eso nunca pasó.

Entonces resopló cansado y se tiró sobre uno de los muebles de la sala colocando una almohada sobre su cara.

Tal vez si dormía u poco y despertaba tiempo después, la casa volvería estar en orden como por arte de magia.

...

-No juegues conmigo, y dime donde está.- gruñó en voz baja, intentando que los guardias cerca no escucharan nada.

Los puños los tenía apretados por encima de la mesa, y aunque moría de ganas por apretar aquel delgado y ahora no tan delicado cuello que tenía apenas a un metro de distancia; la custodia que había en lugar, cuidando cada uno de los movimientos de los reos, le impedía perder el control.

Olvídame (2min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora