Té y Medicinas.

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Taeyeon todavía no sabía cómo sentirse al respecto con toda su situación. De lo único que estaba segura, es que definitivamente se sentía infinitamente más tranquila y segura.

Había llegado a la nueva universidad de manera exitosa después del incidente. Tenía a Yoona a su lado. No tenía de qué preocuparse.

Igualmente, se encontraba en una situación difícil al tener a su nueva compañera de piso (la cual había conocido hace apenas un día) medio borracha en su habitación. No sabía mucho sobre ella (por no decir nada, cosa que la hacía inquietarse profundamente), y el hecho de que no eran cercanas y que la confianza no estaba realmente presente en su relación, la hacían aumentar, en contra de su voluntad, su ansiedad aún más. También cabía destacar que la belleza y extrema seguridad que su compañera, Tiffany, tenía en sí misma y emanaba (además de su gran relación, totalmente heterosexual), hacían que la chica rubia entrase en pánico. Y, ahora, agregando más pánico a la situación, se encontraba durmiendo medio borracha en su habitación después de la famosa fiesta a la cual toda la universidad menos ella había asistido.

Taeyeon no sabía qué hacer. Y definitivamente, estaba en un pánico interno que solo se acrecentaba más y más a medida que el tiempo pasaba y ella no dejaba de re analizar y re analizar la situación.

"¿Quién mierda decidió que hacerme padecer ansiedad desde los seis años era una buena idea?", maldijo mentalmente a nadie en específico, mientras se rascaba las muñecas por debajo de sus cientos de brazaletes, sintiendo un alivio parcial. Se movió desde el asiento de la barra de la cocina al sofá, sin dejar de contemplar, según sus palabras, esa estúpida y malparida puerta de mierda.

"¿Por qué demonios no hay manuales sobre cómo tratar estas situaciones?", se preguntaba, observando la puerta (recordemos, estúpida, malparida y de mierda) cerrada, que conducía a la habitación de Tiffany, su compañera. "Todo sería trillones de veces más sencillo si un estúpido libro lleno de órdenes de mierda, claras, específicas y sencillas, me indicaran qué hacer", medio-lamentó-medio-insultó nuevamente a nadie en particular.

"Si voy a ver cómo está... ¿es demasiado invasivo?"; la chica llevaba más tiempo del que podía identificar pensando, preguntándose si era una buena idea o no el hecho de ir a ver cómo su compañera de piso se encontraba. "Digo... no sé si le guste que vaya a entrar a su habitación a ver su estado..., especialmente por el hecho de que nos conocimos hace unas 24 horas aproximadamente... Puede que le caiga mal y me odie si hago eso...", pensó. "Pero... ¿qué sucede si vomitó y ahora está ahogándose en su propio vomito?", sugirió, alarmada. "Si muere, sería totalmente mi culpa", razonó la rubia. "Definitivamente debo ir a ver cómo se encuentra", concluyó. "Aunque sea un minuto", terminó por decidirse.

Levantándose con más seguridad de la que sentía, se dirigió a la puerta; pero antes de abrirla, una duda asaltó su mente:

"¿Le gustará el té?"

~ • ~

"¿Por qué demonios tomé tanto?", era la única pregunta que Tiffany podía formularse a sí misma, mientras se revolcaba entre las sábanas de su cama, sintiéndose moribunda.

Se encontraba en calzones y camiseta. Todo el resto estaba desparramado por el piso. Incluyendo su sujetador.

"Era mi primera jodida fiesta de universidad... Dios, cuánto tome", se lamentó, llevándose una mano en la frente, sintiendo como si su cabeza fuese a explotar en cualquier minuto.

La idea de tomar su celular y preguntarle a su novio, Siwon, cómo estaba, se le cruzó por la cabeza, pero inmediatamente la descartó al darse cuenta de que tenía que levantarse y buscar su móvil entre sus ropas. Era demasiado trabajo.

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