¿Lo sabías?

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Para Tiffany y Taeyeon era liberador el hecho de poder despertar día tras día y recibir un beso de buenos días por parte de la otra.

En realidad, nunca habían dormido juntas, porque el espacio de las camas era un poco estrecho (cabían dos personas, pero no había demasiada movilidad) y ninguna de las dos realmente quería apurar las cosas. Inteligentemente, cada una por su lado decidió dejar que fluyera sin haberlo realmente hablado con la otra.

Era lindo salir de la habitación y encontrar a la otra haciendo el desayuno, con el olor a café impregnando el lugar; era lindo recibir una sonrisa, un "Buenos días" seguido de un beso. Eran muy felices así en sus tempranos diez días de relación.

Sí, era algo deprimente salir juntas a la calle y no poder tomarse de la mano. Aún así, Taeyeon estaba en un estado de felicidad máxima al exhibir su nueva bufanda de color rojo como si fuera la reliquia más valiosa del mundo, y Tiffany por su parte, disfrutaba inmensamente de verla feliz, además de probar nuevas cosas con la paleta de maquillaje que Taeyeon le había dado.

En esos días de temprana relación, Tiffany había aprendido que: Taeyeon (por alguna razón) sabía maquillar (y muy bien, cosa que la llevaba a preguntarse más cosas de las que tenía resueltas), había re confirmado que tenía pésima coordinación, al punto en que Tiffany fue presa de un ataque de risa al ver cómo intentaba atrapar una pelota o seguir tres sencillos pasos de baile, y cómo olvidar verla intentar aprender a tomar los palillos de sushi. Supo que detesta los centros comerciales porque la marean, termina con dolor de cabeza y fatiga, y que por eso odia ir de compras en general, por lo que su ropa le dura bastante. En opinión de Tiffany, no muy sorpresivamente, la rubia tiene poco sentido de decoración de espacios u objetos, y tampoco tiene demasiado estilo al hacer outfits, limitándose a cosas simples que le gustan y combinan; cosa que no significa que se viera mal, pero al lado de los elaborados ropajes que Tiffany acostumbraba a llevar, los de Tae eran bastante más sencillos. Notó que se le dificulta leer y comprender cosas que no tengan relación con las ciencias, teniendo una comprensión lectora muy mala, mas no una ortografía, ya que se sabía las reglas al no querer equivocarse. La castaña tampoco se sorprendió al darse cuenta de que a su novia se le hacía más fácil hacer amigos hombres que mujeres; al punto en que llegó a estar un poco celosa de alguna de sus amistades masculinas como Baekhyun, Chanyeol o Taecyeon, cosa que sinceramente le consternaba un poco. Tiffany no quería ser una novia celosa y maniática, pero los celos que sentía eran algo que no podía controlar, y que debía trabajar con urgencia. También le quedó totalmente claro que a su novia le encantaban los mimos; darlos y recibirlos, que le encantaba e ilusionaba muchísimo cuando le preparaba sándwiches de jamón y queso derretido mientras estudiaba; aún más cuando venían con algún café o un chocolate escondidos para complementar. Y que, aunque no lo dijera, agradecía cuando la obligaba a pausarse de los estudios y hablar un poco de cómo fue el día de cada una, de recibir un par de besos antes de seguir en esa monotonía. Tiffany supo también, mediante historias y comentarios que Taeyeon contaba y decía, que tenía, además de un padre (recordó de golpe que Tae le había contado que su padre le había enseñado a conducir a los dieciséis), madre y abuela; también tenía un hermano, una tía que detestaba (aunque no sabía si era de lado paterno o materno) y que nunca tuvo mascotas.

Y, para Tiffany, lo más lindo de todo, era que un helado sabor choco croco era capaz de solucionar cualquier cosa si es que de Tae estaban hablando.

Por su parte, Taeyeon disfrutaba de simplemente sentarse y abrazar a Tiffany en el sofá en sus tardes libres, si es que no salían a alguna parte, y limitarse a escuchar historias o cosas sobre ella. La rubia disfrutaba de reír escuchando las anécdotas de su castaña, de cómo le habían pintado las uñas al perro y su madre había quedado hecha una furia, de todas las bromas pesadas que se habían hecho entre hermanos, siendo Leo el ganador, llevando a que en algún punto Michelle y Tiffany se unieran contra él. La vez en que se fracturó un brazo andando en patineta, o el "legendario", según la propia Tiffany, desfile de modas con Sooyoung a los nueve años; cuando le ganó por primera vez en Mario Kart a su hermano y accidentalmente se rompió un ligamento al saltar mal. Tiffany tenía cientos de historias así, que hacían reír sin parar a la rubia, que por otro lado, anhelaba verla bailar algún día. Había descubierto que Tiffany estuvo en el equipo de baile de su escuela desde los ocho años, y había notado en el brillo en sus ojos lo mucho que le encantaba bailar; incluso se enteró de que su chica a veces se planteaba audicionar para el de la universidad, teniendo un total deseo de que lo hiciera. Descubrió, sin demasiada sorpresa, que Hwang había sido bastante popular en sus días de secundaria, aunque a la castaña siempre le había parecido que todas las chicas a su alrededor eran unas tontas que no sabían nada, que se pasaban todo el día hablando de chicos estúpidos y siendo unas perras unas con las otras. Así fue cómo Taeyeon descubrió lo importante que Sooyoung era en la vida de Tiff, quedando un poco extrañada al no verla tanto últimamente.

Compañeras de PisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora