Es Tiempo de Romper Promesas.

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La cara de furia de Yoona era un poema.

Y la de disgusto de Yuri también.

—Umm... E-Eso f-fue... u-un p-poco, en r-resumen, lo q-que p-pasó a-ayer —informó Taeyeon, con los nervios y ansiedad recorriendo todo su cuerpo.

Yoona frunció los labios con tristeza.

Taeyeon estaba tartamudeando mucho.

Jugueteaba en exceso con sus dedos y cojines alrededor.

Ella sabía perfectamente qué significaba eso.

Yuri rompió el silencio con suavidad.

—Tae, antes que nada, te quiero decir que, en nombre de todas —dijo, mirando a Tiff y Yoong—, te creemos, ¿sí? —aseguró Yuri, con una suavidad y cariño hacia Taeyeon que ninguna había visto para ella jamás, aparte de la propia Tae.

Yuri se acercó a la pequeña rubia, y tomó sus manos con cuidado.

—No tienes que darnos explicaciones ni justificaciones, ¿vale? —murmuró ella, viendo como los ojos de Taeyeon se volvían acuosos—. Tae, créeme cuando te digo que lo que nos ha dicho no está, no estuvo, ni estará puesto en duda en ningún minuto, ni en lo más mínimo, ¿sí? —aseguró ella.

Los labios de Taeyeon temblaron.

Ella asintió con dificultad, apenas observando a Yuri entre la mancha acuosa que consistía su vista.

—¿Te puedo dar un abrazo? Si no estás cómoda con eso, está perfecto, ¿sí? —afirmó Yuri, antes de asegurarse de que Taeyeon estuviese cómoda con tal acción. La chica asintió, dejándose envolver en los brazos de amiga, que acarició su espalda—. Con esto quédate tranquila, ¿sí?, estamos de tu lado —susurró, sintiendo cómo Taeyeon asentía suavemente—. Perfecto —terminó de decir, con la misma suavidad.

A Tiffany y a Yoona se les encogió el corazón.

Nunca veían muchas demostraciones de sentimientos ni de Tae ni de Yuri individualmente.

Ambas eran bastante más llevadas por los chistes sarcásticos y bromas con intención de ocultar sus sentimientos.

Pero Yuri y Tae tenían una relación especial.

Por alguna razón, confiaban mucho en la otra, incluso aunque no fuesen tan cercanas como para juntarse todo el tiempo o hablar todos los días.

Era una relación extraña pero hermosa.

Y aunque Tiffany y Yoona no la terminaban de comprender, la dejaban ser.

Hubo un silencio que delató la mezcla de sentimientos que las chicas presentes en esa pequeña reunión sentían, y Tae percibió cómo la mano de Tiffany tomaba la suya y las entrelazaba, acariciándola.

—¿Qué nombre le ponemos a ese idiota? —preguntó Yuri—. Lo primero es lo primero.

—Buena pregunta, e idea —respondió Taeyeon, teniendo una fugaz sonrisa que alegró su semblante.

En ese momento, a Yoona le dieron ganas de hacerle un altar de agradecimiento a Yuri por hacerla sonreír.

—El cacas —sugirió Taeyeon, antes de reír.

—Para nada mal, Tae —respondió Yul, dándole los cinco; haciéndola reír de nuevo.

Yoona definitivamente iba a hacerle alguna especie de altar de adoración y agradecimiento a Yuri.

—Hmmm... El tóxico... O el radioactivo —propuso Yoona, antes de que la mirada se le iluminara—. El tóxico radioactivo —dijo, orgullosa.

—Ese es un buen nombre —concedió Tae.

Compañeras de PisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora