Compañeras de Piso

Chocolate Caliente y Un Beso En La Mejilla.

Taeyeon quedó impresionada consigo misma de lo simple y rápido que fue perdonar a Tiffany, cuando siempre había sido de las cosas más difíciles para ella de realizar. Le daba un poco de temor notar eso, darse cuenta de lo cegada que quizás podría encontrarse por su atracción hacia Tiffany, que parecía no parar de crecer. Cada vez que ella se proponía establecer límites con respecto a la castaña, con el fin de protegerse a sí misma y evitar lo que había ocurrido en su universidad anterior, parecía que todas las barreras que ella estaba dispuesta a construir se desmoronaban a penas establecía una conversación con la más alta.

En otras condiciones, Taeyeon se habría martirizado más por ello, habría intentado con mayor esfuerzo poner en práctica lo que se había prometido a sí misma, pero disfrutaba demasiado de la fría brisa invernal golpeando su rostro mientras escuchaba la risa de Tiffany a su lado, paseando el pueblo en rumbo a "la sorpresa cutre", como la había denominado la estudiante de ingeniería.

La rubia se permitió disfrutar del momento, a pesar de saber que no debería estar haciéndolo por el peligro que representaba para ella. Pero, ¿cómo iba a resistirse a esa preciosa risa? ¿Cómo se iba a resistir a tener conversaciones que duraban horas y horas con ella? Tampoco pudo negarse lo mucho que extrañó durante esos días de enojo escucharla cantar canciones navideñas en las mañanas, mientras se hacía su desayuno; el sólo hecho de que Tiffany la recibiera con una sonrisa preciosa mañana tras mañana. Parecía que jamás se cansaba de conocerla, de pasar tiempo a su lado y admirar el tesoro de persona que era.

Por otra parte, Tiffany no dejaba de pensar por qué demonios hizo lo que hizo, y de agradecer a los astros que Taeyeon la había perdonado después de unos cuantos días de enojo.

Recordó cuando solía leer libros, hábito que había dejado hace muchísimos años con la llegada de su teléfono móvil; recordaba sus habituales quejas porque la protagonista era siempre una tonta que no pensaba nunca... Entonces, ¿por qué ella parecía ser esas protagonistas tontas que no pensaban? No comprendía por qué demonios se le había cruzado por la mente que eso era una buena idea. Sí, tenía curiosidad sobre Taeyeon (cosa que, lejos de solucionarse, sólo había aumentado), y sí, quería ayudarla a abrirse con ella también, pero lo que hizo estaba lejos de ser una ayuda o un camino a la apertura a los sentimientos de la rubia.

Si bien, no comprendía cómo es que hace tan solo dos días se encontraba intentando aguantar las lágrimas cuando pensaba en el posible odio de Tae hacia ella, para ahora encontrarse paseando por el pueblito con ella sonriendo a su lado; agradecía de corazón y alma cómo la situación había cambiado tan drásticamente a su favor.

Tiffany se alivió inmensamente al ver que su sorpresa cutre (galletas navideñas de una pastelería que le gustaba mucho, recién salidas del horno con algunas otras cosillas), lejos de desilusionar a su amiga, le habían traído una alegría más. La castaña compró varios aperitivos navideños y le propuso algo insegura a la rubia si le apetecía una tarde de películas para zamparse los aperitivos entre las dos. "Algo así como una pre-navidad", sugirió entre risas.

La más baja aceptó gustosa, con la única condición de que la acompañara al supermercado del pueblito que más le gustaba. A pesar de estar extrañada por la petición, Tiffany aceptó gustosa.
Le gustaba hablar con Taeyeon, ir a la mayor cantidad de lugares posibles con ella. Le gustaba la manera en que de a poco se soltaba con ella, pasando de ser super callada y reservada a ser un pequeño loro parlanchín que hablaba hasta por los codos, que reía todo el tiempo y decía todo lo que se le cruzaba por la mente, haciendo reír la mayoría del tiempo a Tiffany con la estupidez divertida de sus comentarios.

El pensamiento le hizo sonreír, para automáticamente recordar las palabras de Yoona: "Lo más lindo que tiene las personas como Taeyeon, es que cuando te tomas el tiempo y el cariño de conocerlas..., cuando esperas con paciencia, paso por paso, a que por fin se sientan en confianza contigo... Llega un minuto en el que te das cuenta de que lo único que necesitan es amor, de lo maravillosas que son".