Cada vez estamos más cerca del final!!!
- ¿Nat? - escuchó una voz a la lejanía - ¿Nat, puedes escucharme?
Natasha movió su cabeza y un dolor punzante recorrió cada parte de ella. Sus ojos, que aún se mantenían cerrados, comenzarón a arder y Natasha parpadeó tratando de abrirlos.
Le tomó cierto tiempo, pero cuando por fin lo logró, se topó con el rostro de su hermano frenre a ella.
- Eso es - lo escuchó decir - Sabía que eras lo suficientemente fuerte como para no dejarte vencer.
- ¿Qué...? - Natasha escuchó su voz y se sorprendió al no reconocerla. Se escuchaba ronca y más gruesa de lo normal. Carraspeó un poco para aliviar el dolor de su garganta e intentó volver a hablar - ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy?
- Estás en el hospital, hermanita - respondió Clint.
- ¿Qué me pasó? - repentinamente, Natasha abrió los ojos asustada y su respiración comenzo a alterarse - ¿Dónde esta Bruce? ¿Dónde esta mi hija?
- Hey, hey, tranquila - Clint se sentó a un costado de ella en la cama de hospital y le pasó una mano por su cabello - Ellos están bien. Están terminando de revisar a Bruce y mi sobrina esta con Pietro.
Natasha suspiró aliviada y cerró los ojos por un momento. Algo llegó a su mente y los volvió a abrir.
- ¿Bucky? - preguntó mirando a su hermano - ¿De verdad esta muerto?
- Sí - respondió con una sonrisa - Completa e irremediablemwnte muerto.
- Por fin - dijo Natasha con una sonrisa, que se borró casi al instante - Clint, dime la verdad. ¿Él... él ab... abuso...?
- No - contestó Clint antes de que pudiera terminar la pregubta - El doctor nos dijo que hubo cierto contacto pero no penetración.
Natasha comenzó a llorar. Al principio Clint pensó que era de alivio al saber que Bucky no había abusado de ella. Pero conforme su llanto aumentaba, Clint notó que no era uni de alivio sino de dolor y angustia.
- ¿Nat? - preguntó alarmado - ¿Por qué lloras?-
Bruce... no... me va a... querer - respondió entre lágrimas y sollozos.
- ¿De qué estás hablando? - preguntó mirándola como si de pronto le hubiese salido una tercer cabeza.
- Bruce no... va a querer... estar más conmigo... si sabe que... Bucky volvió a... tocarme - Natasha lloró más fuerte.
- No seas tontita - susurró Clint - Bruce sabe perfectamente que estabas bajo el efecto de la droga. Nada de lo que ocurrió fue tu culpa.
- No... podría soportar... perder a Bruce - siguió diciendo entre llanto - No otra... vez.
- Y yo no podría dejar ir a la mujer de mi vida - dijo una tercera voz.
Ambos hermanos fijaron su vista en la persona parada en la puerta y Natasha trató de sonreír entremedio del llanto ante la presencia de su esposo.
Clint le sonrió a su cuñado antes de darle un beso en la frente a su hermana y salir de la habitación. Dejando solos a la pareja de enamorados.
Bruce no perdió el tiempo y pronto ocupó el lugar donde había estaeo Clint. Tomó entre sus manos las de Natasha y besó tiernamente cada una.
- ¿Cómo estas, amor? - preguntó mirándola con un profundo amor - ¿Cómo te sientes?
- Me duele todo el cuerpo - Natasha había dejado de llorar pero su mirada aún era de miedo y tristeza y sus ojos estaban rojos e hinchados.
- Pensé que te perdía - susurró Bruce y Natasha notó como la voz de su esposo se quebraba - Cuando te sentí desvanecerte en mis brazos sentí que me moría de tan solo pensar en perderte.
- Nunca me vas a perder - le aseguró - Yo siempre buscaré la forma de regresar a ti.
Bruce sonrió y se inclinó para tomar los labios de su esposa entre los suyos. Ambos se fundieron en un dulce beso cargado de amor, dolor, consuelo y esperanza. En ese momento, era como si sus almas se estuviesen volviendo a encontrar... a conectarse. Volvían a ser un solo ser. Una sola alma en dos cuerpos.
Natasha fue la encargada de romper el beso al sentir la protesta de sus pulmones ante la necesidad de respirar.
- Te amo - susurró Bruce aún cerca de sus labios - Te amo y siempre lo voy a hacer.
- Bruce...
- Se lo que Bucky te hizo - Bruce miró como los ojos de Natasha se volvían a llenar de lágrimas - No llores amor mío. No te culpo de nada.
- No me dejes - no le importó sonar desesperada - Se que quizá no me quieras ahora que sabes que...
- Te amo, mujer tonta - dijo antes de volver a besarla - Tu eres mía. Mi mujer. Mi esposa. La madre de mi hija - le dijo al separarse - Tu no eras consciente de lo que ocurría con tu cuerpo, amor. No voy a dejar, ni ahora ni nunca.
- Te amo, te amo, te amo - repitió Natasha con lágrimas en sus mejillas, pero esas eran de felicidad.
Ambos se volvieron a perder en un beso cargado de amor y felicidad hasta que la necesidad de respirar los hizo separarse.
- ¿Cómo esta Becca? - preguntó Natasha.
- Bien. Tiene unas pequeñas irritaciones en sus piernas por el tiempo que estuvo en contacto con el suelo - explicó Bruce - Pero nuestra hija es una niña fuerte y afrontó esta situación con la misma valentía que su madre.
- Y que su padre - agregó Natasha con una sonrisa - ¿Sabes cuándo podré salir de aquí?
- El doctor dijo que si todo continuaba bien y tus estudios salían bien, mañana por la tarde.
- Perfecto - Natasha suspiró de alivio - Lo único que quiero es irnos a casa y estar los tres juntos.
- Yo también - respondió con una sonrisa - Adémas, ya viene el cumpleaños de Becca.
- En cuatro días - asintió Natasha - No puedo creer que ya vaya a cumplir un año. Parece que fue ayer cuando la tuve en mis brazos por primera vez.
- Lo sé - respondió Bruce con la misma melancolía que su esposa - Nunca voy a perdonarme el haberme perdido gran parte de sus primeros meses.
- Hey, no fue tu culpa - Natasha tomó las manos de él en las suyas - Todo lo que hemos hecho ha sido gracias a las desiciones de los démas. Pero ya no. A partir de ahora, nuestro futuro es nuestro y de nadie más.
- Me encanta como suena eso - sonrió Bruce antes de besarla una vez más.
Natasha se entregó en ese beso que prometía muchas cosas. Pero sobre todo, que prometía un futuro lleno de felicidad, amor y momentos inolvidables.
Natasha esperaba con ansias comenzar a vivirlo.
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What It Used To Be (Brutasha)
RandomNatasha tenía una vida que si bien no era perfecta, en momentos lo parecía. Todo marchaba bien en su vida, hasta que alguien del pasado volvió y amenzó con arrebatarle todo.