Tres minutos con cincuenta y cuatro segundos

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Esa noche la castaña se estaba preparando para ver una película cuando escucho el ruido de una notificación, por lo que desbloqueo el celular, el corazón se le acelero un poco al darse cuenta que había llegado un mensaje de Finn, era una nota de voz que duraba tres minutos con cincuenta y cuatro segundos, lo que la convertía en lo suficientemente largo como para preocuparse, así que accedió rápidamente a este con la curiosidad comiéndosela ¿Qué tendría que decir el canadiense? Así que sus dedos dieron play al mensaje de voz:

'Hola Millie, creo que tenemos que hablar ¿no crees? la voz del chico era ronca y le resulto reconfortante―, recibí tu mensaje y en realidad no sé qué hacer ya que no puedo ir contigo a darte mi respuesta en realidad sonaba un poco frustrado―, no me diste oportunidad de defenderme en esto, creo sabes perfectamente que yo soy partidario de tratar los temas de frente.'

Hubo un pequeño silencio para meditar lo que iba a decir, se notaba que el pelinegro no lo quería arruinar:

'Créeme que no dudaría en darte un abrazo cuando me dices eso porque no sabes cuánto me rompe el corazón verte llorar y lo peor de esto es que esas lagrimas no son actuación yo las puse en tu rostro, cuando grabamos en realidad no se a quien le duele más verte llorar, si a mi o a Mike porque recuerda que aun siendo ficticio yo lo represento y eres igual a su Eleven, la persona que mas ama en el mundo porque esa niña sin cabello y ojos grandes se tiene una gran parte de sus sentimientos.'

Todo lo que escuchaba la chica sonaba tan profundo que cayo perdida en las palabras del musico, era cierto algo que le habían dicho hace un tiempo atrás «los músicos tienen un alma de poeta frustrado, cuidado si caes por uno, que siempre sabrán como endulzar todo y mas si es un experto en componer canciones, ellos tienen una manera particular de expresarse tan mítica que esa es la razón por la que muchas chicas caen perdidamente enamoradas de los músicos.» El chico tomo una ligera respiración antes de continuar:

'En mi caso una niña británica se llevó mi corazón y en realidad no se si quiero recuperarlo, creo que ella siempre sabrá cuidarlo.'

No podía creer lo que estaba escuchando, el gran Finn Wolfhard estaba confesándose:

'Estoy a unos segundos de subir al avión de regreso a casade fondo escucho los dedos del chico tamborilear con nerviosismo―, aunque en realidad ya ni siquiera sé dónde está mi verdadero hogar. Quiero besarte y pedirte ser mi novia con todas mis fuerzas, pero no puedo Minnie, yo no sería tan egoísta para hacerte eso.'

Se escucha como se aclara la garganta el actor para no perderse en divagaciones:

'No estoy listo para amar a otra persona y aun así te amo a ti, por mucho que te duela admitirlo tú tampoco estás lista para esto.'

Bueno, eso debía doler, escucharlo tan crudo la sacudió un poco:

'Aquí te va la razón: no te amas Millie.'

Eso fue difícil de escuchar, realmente no sabía que pensar, así que dejo que el chico continuara hablando:

'Tienes un enorme corazón y das muchísimo amor a todo el que te importa pero no te lo das a ti misma, no sabes lo difícil que es para mí verte no amarte porque eres el ser humano más genial del universo entero y aun no entiendo porque no te quieres, das demasiado Millie, le regalas todo tu cariño y amor a niños que ni siquiera conoces, preparas discursos para fundaciones con gran renombre, eres atenta con todos tus seres queridos, he visto cómo te desvives por tus hermanos y aun estando cansada me regalas una de las mejores sonrisas que he visto en mi vida.'

La voz de él se notaba tan cargada de orgullo por Millie, el chico en esta ocasión no tuvo que detenerse para decir lo que pensaba, le estaba hablando directamente de lo más profundo de sus sentimientos:

30 de FebreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora