Coldplay vol. 1 (sin notarlo)

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En el camino hacia la sesión de fotos el mas joven de los Wolfhard no podía parar la recapitulación de todo lo que había pasado, y tal vez sería difícil, pero dejaría atrás todo lo que paso, él sabía que lo lograría.

Se sentía triste, al final de cuentas estaba enterrando una amistad de varios años para darle paso a una relación estrictamente profesional, no sentía ni ganas de odiarla, la soltaría y seguiría con su vida.

― ¿Qué tienes pulgoso?

Interrumpe el monólogo interno su hermano mayor.

―Nada.

―Ese nada me suena a un todo.

―Deja de hacerte el filósofo Nick ―bufa molesto sacándose el cinturón con brusquedad―, que te hayas leído un libro de Platón porque te quieres agarrar a una tipa no te hace más sabio.

Par de intensas.

Estaba a punto de darle un puñetazo a Nick la siguiente vez que le hablara en español, no soportaba que le dijera cosas que no pudiera entender, aunque la última vez que checo en el traductor de Google una frase que le dijo no tenia nada de sentido algo como cancelar un mariachi o algo así:

―Haznos un favor a todos y no vuelvas a hablar en español. Deja de ver telenovelas mexicanas por favor.

―Nunca, tendrías que ver La Casa de las Flores que esta buenísima está un poco fumada, pero ese es tu estilo de producciones.

―Deberías dejar de hacerle caso a las recomendaciones de Jack― el adolescente nota que Nick no se ha quitado el cinturón cosa rara ya que siempre se quejaba de lo incómodos que le resultaban, cuando era más joven y su familia hacia un viaje decía que le apretaba en las bolas― ¿No vas a bajar?

― ¿Quién crees que arrastro al lado oscuro a quién? ―cuestiono el mayor con sorna― y te iba a decir que me acaban de mandar un mensaje...

―Ve, ya estoy acostumbrado a hacer esto solo.

―Eres el mejor Finnister.

Abrió la puerta y se trago las palabras que le quería decir realmente, con Nick sentía que siempre pudo hablar todo lo que le pasaba hasta que su hermano creció y dejaron de importarle algunas cosas que los unían no como hermanos, sino como amigos:

―Ya lárgate ―se detuvo unos segundos antes de decirle a su hermano―, pero si tomas pides un Uber.

―Claro que sí, señorito responsabilidad.

Cerró con un poco mas de fuerza de la que debía y se encamino a la entrada del edificio, en el hall pudo ver que todo era muy minimalista, las paredes eran altas y blancas, había un par de esculturas de cerámica pulidas junto con otros adornos de color negro solido en la pared izquierda estaba un reloj análogo que no producía ruido alguno.

―Soy Finn Wolfhard y tengo una sesión programada.

La recepcionista levanto su mirada del computador para analizarlo, los ojos de esta estaban delineados limpiamente y vestía solo de blanco, de pies a cabeza, el único color que había era el rojo de sus labios.

―Acompáñeme por favor.

La señorita se levanto para llevarlo a la sala de vestuario donde ya lo estaban esperando, la recepcionista le pregunto al joven si necesitaba algo a lo que el chico negó agradeciendo la atención de la mujer, una de las maquillistas le pidió que se colocara en uno de los puntos para tomarle medidas, así que mientras estiraba los brazos para que una de las mujeres asara la cinta métrica otra de las mujeres con un cabello increíble se acercaba para comenzar a trabajar con su cara.

30 de FebreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora