El canadiense lleva media sesión mirando a todos lados como si estuviera buscando una manera de salir de aquél lugar, y eso estaba comenzando a cansar a Millie ya que a ella tampoco la tenían por gusto en esa sala atemporal como habían decidido llamarlo ya que en esa sala todos los días eran 30 de febrero como lo recalcó su psicólogo personal y "coach" Hudson una y otra vez aunque antiguamente ese salón llevaba otro nombre pero tuvieron que cambiarlo porque él señor Hudson se molestó con ellos cuando a la chica se le salió decirle a sus amigos del cast que iba al salón del aburrimiento total, era muy largo ese nombre también sabía que apestaba pero al menos le quedaba y como la vida siempre le sonríe a Millie oportunamente estaba atrás el doctor Hudson así que la castaña recibió el sermón de su vida.
— ¿Qué te pasa?— habla Millie observando atentamente a su compañero
— Nada.— dice Finn haciendo un gesto que le quita importancia
— Tienes algo y de aquí no sales hasta decírmelo.— insiste la chica rudamente cruzando los brazos
Estaba cansada de recibir reclamos del chico sobre que no se interesaba en los problemas de los demás y que no podía decir una oración sin incluirse en el tema de conversación, ya le demostraría que no era del todo cierto. Aunque le sacaría la verdad de forma hostil si era necesario.
— Se llaman pensamientos intrusivos.—suelta el ruloso con voz de cansancio.
— No te estoy entendiendo,—dice la británica sentándose más recta— explícame por favor estamos aquí para conectarnos para eso necesito saber qué te sucede.
La duda se veía claramente en los ojos de Finn, era muy raro que él comenzara a hablar de sus sentimientos muy pocas personas lo hacen en realidad y la mayoría de estas son mujeres, los hombres no se ponen a meditar lo que sienten solo lo hacen, pero esas semanas el canadiense había hecho eso de meditar y realmente se sentía en paz. Al final decidió hablarle a la chica con la verdad porque ¿De qué servía ocultarse?
— Son pensamientos que no puedo sacar de mi cabeza por más que quiera,— Finn comienza a hablar moviendo la pierna— me atacan,—hace una pausa breve pensando en como explicar todo— toman mi mente hacen que me den ganas de correr a otro lado donde esté solo pero si estoy solo generalmente es peor.
— ¿Quién te dijo como se llamaba eso?
Se sentía un poco confundida, no sabía que era tan grande el problema, él nunca se dejaba ver mal.
— El psiquiatra con el que voy.— responde con obviedad sin dejar nunca su tono sarcástico que lo caracteriza.
— ¿Vas con dos psiquiatras?— dice una sorprendida Millie
La voz de la conciencia de la chica la recrimina fuertemente, uno de los que hace llamar por redes sociales y en televisión uno de sus mejores amigos casi su hermano mayor tiene problemas internos más fuertes de los que cualquier adolescente de su edad lidia y ella no estaba al tanto.
— No, solo voy con uno—tiene una expresión incómoda al comentar eso— la persona que nos atiende aquí es un psicólogo clínico un psiquiatra estudió medicina por lo que hace recetas médicas.
— ¿Por qué no nos dijiste?— pregunta ella sintiéndose una mala amiga quizás Finn tenía razón de que ella no se fijaba en los problemas ajenos
— Creo que te enteraste que tengo ataques de ansiedad,—habla dando un largo suspiro— hice el caso público
— Sí.
En esos momentos siente que es una palabra muy corta para algo tan grande como la salud de Finn. Siente como si su boca estuviera pegada y un ligero mareo.
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30 de Febrero
FanfictionPor cuestiones de química de pareja la actuación de Finn Wolfhard y Millie Bobby Brown se ve afectada, al no dejar de pelear los productores los obligarán a tomar terapia de pareja para regresar a la complicidad que tenían estos dos antiguos amigos...