30 de Febrero

Coldplay vol. II (magia... tal vez)

La última vez que Finn Wolfhard vio el reloj este marcaba las 11:28 de la noche y el recién salía de bañarse, Nick estaba tirado en la cama de Finn murmurando cosas sobre la traición de su hermano menor ya que recién hace quince minutos ambos hermanos se encontraban en una pequeña discusión y al menor Wolfhard se le salió el decir sobre como su hermano se había atrevido a ir a esa fiesta para después irse con una mujer y no recordar si utilizo algún tipo de protección semanas antes de que los acompañara a Los Ángeles, su madre había escuchado eso y sin importarle que Nick Wolfhard para la sociedad ya era un hombre adulto que pagaba impuestos, poseía derecho a votar, posibilidad de unirse a la milicia, licencia de conducir y un trabajo estable ya que según las palabras de Mary Wolfhard habían sido: "mientras vivas bajo mi techo, tú me perteneces niño, no me interesa cuánto dinero tengas o si me pagas renta, a mí me vienes a dar cuentas" eso ultimo también lo dijo volteando a ver a su hijo menor, señalando que ese regaño también iba hacia él aunque en si el chico era inocente de las idioteces que cometía su hermano mayor, sus padres ya le habían advertido con anterioridad que querían que su hijo menos conservara los pies en la tierra sin importarles las altas ganancias que reflejaban los estados de cuenta del menor de edad, para ellos seguía siendo su hijo el cual tenía que hacer su cama todos los días y levantar su ropa sucia del suelo como todos los jóvenes de su edad, una de sus responsabilidades entregar un promedio aceptable más que filmar todo el día en un set o hacer campañas.

Era algo de lo que Finn se sentía completamente agradecido con sus padres, que antes de preocuparse por el dinero que ganaría con un contrato verificaran si era algo de interés para el chico dejándole tiempo para vivir una juventud plena, con salidas con sus amigos y pasatiempos aparte de la actuación.

El timbre de su celular había interrumpido sus pensamientos, tenía la idea de saber quién era ya que había hablado con ella prácticamente todas las horas que les era posible entre sus agendas, estaban en un punto raro de su relación donde no sabía muy bien a donde iba eso, pero le encantaba eso. Era el tiempo en el que se tenían mucha confianza, aunque seguían tratando de verse cool ante toda situación.

Al ver el mensaje frunció un poco el entrecejo preguntándose como haría para realizar lo que la actriz le pedía. Soltó un suspiro y se tiró a la cama para contestar rápido su mensaje.

Millie lo tenía muy confundido, pero creía que ya sabía lo que debía de hacer en esos momentos. La misma castaña le advirtió con anterioridad que los pequeños movimientos son los que cambian las cosas radicalmente sin que nos demos cuenta, como el contestar los mensajes enviados o el expresar que extrañas a esa persona, el decir que quieres a alguien, por muy pequeñas que suenen esas palabras hacen la diferencia de todo.

Soltó un suspiro y le dijo a su hermano mayor:

―Yo duermo en la sala ―comenta soltando un suspiro―, me lo merezco por bocón.

― ¿Por qué dormirías en la sala si el departamento tiene tres cuartos?

Pregunta el mayor Wolfhard levantando la vista de su celular.

―Entonces, ¿Qué diablos haces en mi cuarto?

―Mereces soportarme a mí y a mi preocupación por hocicón.

Comenta el mayor, en ocasiones Nick se empelaba en molestar a su hermanito, un poco de bullying amoroso no le hacia mal a nadie.

―Nick quiero dormir.

Se queja el pelinegro, había sido un día pesado emocionalmente hablando, horas atrás

―Y yo no quiero ser papá.

― ¿No dijiste que compraron la pastilla post day?

―Si.

― ¿Entonces? ―su ceño se frunce un poco antes de lanzar su siguiente pregunta― ¿Cuál es tu preocupación?