Tú siendo tú, yo siendo yo

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Cuando puso un pie en el pavimento, los flashes comenzaron como locos, no quería verse exagerado pero sus ojos pedían a gritos unos lentes oscuros y las voces comenzaron a hacerse más fuertes, era su nombre, todos gritaban su nombre, no podía evitar sentir un orgullo en su pecho, lo había logrado, el delgado, pálido y alto canadiense lo había logrado, en esta tercera entrega de la serie se había dado cuenta de eso, lo que tenía era algo que muchas personas añoraban y lo probable seria que nunca lo lograría, ahora a él joven solo le queda disfrutar y ver hasta cundo la gente lo soporta en pantalla.

Levanto una mano para saludar después bajando la cabeza para que no lo mareen la mezcla de gritos y luces, camino con largas zancadas y se acomodó la chaqueta lo mejor que pudo dirigiéndose hacia los entrevistadores que estaban en la alfombra roja, trato de no caminar encorvado para que su madre luego no pueda regañarlo luego que vea las grabaciones que están haciendo.

Después de unas cuantas preguntas logro ver a Caleb por lo que no se contuvo y corrió a abrazarlo;

―Hermano.

Se palmearon la espalda, la verdad era que no era lo mismo hablar por mensaje que hacerlo en persona, Caleb era una de las personas que Finn más extrañaba cuando llegaba la hora de separarse, el muchacho entendía perfectamente el sentido del humor de Finn, siempre estaban en la misma página.

―Te extrañe sapito.

―Y yo a ti chocolatito.

Antes de que pudieran continuar su conversación, varias voces comenzaron a gritarles insistentemente:

― ¡Caleb, Wolfhard una foto!

Girándose hacia el frente los dos jóvenes posaron para las fotos que les pedían, a lo lejos escuchaban como sus compañeros del cast llegaban porque sus nombres se unían al coro de gritos que había en el lugar. Sonrisas, poses, caminar firme en eso consistían las alfombras rojas de las premieres, ser amable y feliz así que eso era lo que hacía.

El momento de hacer la foto grupal era de sus favoritos, siempre sacaban dos estilos de fotos, uno era serios y profesionales, en el segundo tipo de foto salían haciendo desmadre siendo alocados y prácticamente siendo sus yos más realistas, a su costado veía una bola de telas rosas, la chica lucia como un lindo algodón de azúcar que al momento que se acercaron para tomar la foto Finn estiro el cuello para decirle a la británica:

―Me vas a sacar caries, algodón de azúcar.

Millie no pudo evitar dar una sonrisa grande que fue capturada por un paparazzi, la británica no se contuvo en decirle:

― ¿Tú ves algo con el alambre que te cargas por cabello?

―Amanda tardo horas en arreglar esto. ―comenta el chico señalando su cabeza

Las caras de los chicos estaban lo humanamente cerca posible que lo permitían sus lugares, aunque dieron un pequeño brinco al escuchar el profundo e imponente grito que David dio para llamar la atención de ambos jóvenes:

― ¡Siete centímetros de distancia!

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Cuando entraron al teatro comenzaron a guiarlos a los asientos designados, los cuales por azares del destino (o los entrometidos de los Duffers y Shawn) los asientos de Finn y Millie estaban juntos así que al momento de pasar a los lugares el canadiense le ayudo a la chica con la cola del vestido, al momento de sentarse todo el tul la elevaba un poco.

El lugar era muy amplio su la pantalla fácilmente era de las más grandes que había visto en su vida, los asientos eran rojos muy vintage, habían condicionado la sala para que pareciera sacada de una pelicula de los ochentas, hasta la alfombra lucia muy similar de las que se usan en el set, los botes de palomitas y refrescos también llevaban esa onda junto con el uniforme de los empleados del lugar, para Finn era como estar dentro del set grabando, aparte de que las películas con aire de los ochentas se encontraban en el repertorio de trabajos que ha realizado a lo largo de su corta pero fructuosa carrera.

30 de FebreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora