Nightmare- JJK (Omegaverse)

05

El color rojo era el protagonista principal de las paredes de aquel gran salón. Se había desatado una verdadera batalla campal con los alfas que defendían al líder. Todo me parecía sacado de una novela medieval, una escena completamente dantesca. Ambos bandos peleaban a muerte, mostrando su fuerza, imparables ante cualquiera.

Y aquí me encontraba yo, forcejeando con una beta no transformada. Había intentado herir a Soora por la espalda, aprovechando que ella se encontraba centrada en una alfa que había saltado sobre ella nada más pusimos un pie en esta habitación. Aquel puñal se encontraba sobre nuestras cabezas, esperando a ser clavado en alguno de nuestros cuerpos. Con ambas manos en el puñal, intenté con todas mis fuerzas aproximarlo hacia ella. Ella por su lado hacia lo mismo. Mis ojos, reflejados en los de ella, no se despegaban de sus verdosos iris, los cuales mostraban la furia y desesperación de la situación.

— Eres una puta, una don nadie, te voy a matar jodida repudiada— sus palabras eran como veneno bien recibido por mí. No hacía más que aumentar mi adrenalina sacando una fuerza que jamás pensé que tendría.

— No sé por qué— siseé antes de bajar el cuchillo hacia su abdomen y hundirlo en sus costillas, cerca del corazón— Pero siempre me dicen lo mismo— giré aquel puñal hundiendolo más en su interior.

El cuerpo inerte de aquella beta cayó al suelo en un golpe seco, llamando la atención del alfa que estaba luchando contra Soora. Este aulló notablemente enfadado, y de un movimiento demasiado rápido se quitó a Soora de su camino, lanzándola hacia una de las paredes. Corrió veloz hacia mí, dispuesto a degollarme por haber asesinado aquella beta.

Lo siguiente lo viví como si de una cámara lenta se tratara. Aquel lobo ya había saltado hacia mí, con sus patas delanteras elevadas hacia delante, mostrando sus afiladas garras y su boca abierta, revelando sus brillantes dientes adornados con gotas de sangre. Podría decir que esa imagen hubiera sido la última que habría visto antes de abandonar este mundo, pero no fue así. Otro lobo, que triplicaba en tamaño a aquella alfa, se abalanzó sobre ella, impidiendo que llegara hasta mí. Solo hizo falta un golpe por aquel gran lobo para que los ojos de aquella alfa perdieran su brillo amarillento.

Cuando el lobo se cercioró que aquella alfa estaba bien muerta se apresuró a ir donde el cuerpo, ya convertido en humano, de Soora se encontraba. Ella estaba inconsciente y aquel lobo, en un intento de hacerla reaccionar, la meció suavemente con su hocico.

— ¡Soora!— el grito femenino, demasiado agudo y falseado, de otra chica en la habitación, me despertó de mi ensoñación haciendo que fuera consciente de que varios lobos junto con otros no transformados habían invadido aquella habitación.

Intenté aproximarme a Soora, pero aquel gran lobo no me lo permitió. Aquella chica de pelo rubio, que había entrado gritando su nombre, se encontraba arrodillada junto a ella, cubriéndola con lo que parecía ser una chaqueta. El resto de lobos siguió la acción del primero, y ahí me encontraba yo, rodeada de alfas gruñones dispuestos a arrancarme la piel a tiras.

— Estoy con ella— señalé a Soora, quien se encontraba siendo atendida por el grupo de no convertidos que se habían adentrado junto con los de 4 patas— Me podeís llevar atada si quereís, yo no pretendo hacerla nada— aseguré con voz firme extendiendo mis manos hacia las fauces de aquel gran lobo.

Aquel gran lobo de pelaje cobrizo hizo una seña con la cabeza, y uno de los lobos que me rodeaba se me acercó por detrás, dándome un leve cabezazo en la parte baja de la columna para indicarme que avanzara.

Miré hacia donde se encontraba Soora, observando como uno de ellos la aupaba en su espalda. Miré a mí costado encontrándome con la mirada del lobo gris que me gruñía cada dos por tres.